Una antigua fábrica de corcho, transformada en meca de los artistas del Empordà

Aquí el arte nace de lo local y lo cercano. De la riqueza presente en los pequeños pueblos o ciudades repartidos por el paisaje. Y se exhibe en el corazón de Palafrugell (Gerona), concretamente, delante del mercado y a solo tres minutos a pie de la plaza más céntrica, la Plaça Nova. En lo pequeño del territorio surge, así, la grandeza del arte. En ese lugar exacto, la escultura contemporánea catalana acapara un espacio que quiere poner en valor a los creadores del entorno. Por eso Can Mario, el Museo de Escultura Contemporánea de la Fundación Vila Casas acoge alrededor de 200 esculturas que pertenecen a varios artistas nacidos o residentes en Cataluña. Los hay de todas las épocas: desde la década de los 60 hasta la actualidad.

El origen del museo, uno de los cinco espacios expositivos a cargo de la Fundación Vila Casas, está intrínsecamente ligado a la figura del empresario farmacéutico Antoni Vila Casas, que un día soñó con promocionar el arte contemporáneo catalán. Creó su institución en 1986 y la convirtió en una plataforma desde la que exhibir el fondo permanente de su colección, junto con otras exposiciones temporales de los artistas que lo integran.

Una nueva mirada

El Museo de Escultura Contemporánea llegó en el año 2004, para lo que se rehabilitó una antigua fábrica de corcho de principios del s. XX, Can Mario, que formaba parte del conjunto arquitectónico fabril de la empresa corchera Miquel & Vincke. Hoy en día, es un espacio para la contemplación artística situado en la plaza de Can Mario, que comparte espacio con la modernista Torre del Agua y el Museo de Corcho.

Desde abril de 2011 se han sucedido varias novedades en el museo, como la colocación de 33 esculturas de artistas del Empordà en el Jardín de Can Mario, una exposición permanente al aire libre, o la Sala Empordà, que desde octubre de 2011 está destinada a exposiciones temporales de artistas del Empordà; se hacen dos al año. Pero el cambio más significativo ha llegado a mediados del reciente mes de junio.

La Fundación Vila Casas ha renovado la exposición permanente de escultura contemporánea catalana de Can Mario con una nueva mirada museográfica. Se trata del primer cambio destacado a las colecciones desde el año 2017 y acoge, por primera vez, numerosas esculturas que se han incorporado a los fondos de la fundación durante los últimos seis años.

Una exposición más diáfana

El nuevo recorrido expositivo, formado por doscientas obras, pone en diálogo, independientemente de cronologías y tendencias, el conjunto de la colección para potenciar nuevas interpretaciones y fomentar las relaciones plásticas entre generaciones. Hay que destacar que las nuevas colecciones se presentan siguiendo unos nuevos criterios museográficos, más diáfanos y espaciados, con la intención de potenciar cada una de las obras y establecer una mayor proximidad con el visitante.

Entre las obras expuestas se cuentan esculturas de Antoni Llena, Amèlia Riera, Joan Miró, Jaume Plensa, Anna Ill, Gabriel, Gerard Mas, Stella Rahola, Medina Campeny, Pep Duran, Sergi Aguilar, Rosa Amorós, Francesc Ruestes, David Bestué y Aurèlia Muñoz, entre muchos otros.

Desde el pasado 20 de mayo y hasta el próximo 26 de noviembre, Can Mario acoge una exposición temporal de un colectivo de artistas del Empordà. Mar de fondo, Artistas del Empordà (2), que se llama la muestra, es la continuación de una cartografía artística de la comarca histórica iniciada a principios de 2022 con Localismos Universales, Artistas del Empordà (1).

En esta ocasión, aunque los artistas pertenecen a un mismo territorio, sus planteamientos son distintos y huyen de la pintura o la escultura en el formato más tradicional. La muestra aglutina una nueva treintena de nombres, todavía lejos de completar la radiografía artística del Empordà, y sirve, nuevamente, de trampolín para empezar a fijar la identidad de un territorio que ve cómo año tras año crece en su oferta artística. Una que ahora recoge Can Mario.