Arquitectura y diseño

Quién es Kengo Kuma y por qué todos en España quieren un edificio suyo

Por Sol G. Moreno

Estadio olímpico de Tokio, 2020

Primero fue la Casa Batlló, después el HIT de Logroño y ahora acaba de empezar su nuevo proyecto en Sevilla. Desde que el arquitecto japonés diseñó el estadio olímpico de Tokio en 2020, su nombre ha ganado fuerza entre los promotores de nuestro país. ¿Cuál es la razón?

Es uno de los arquitectos del momento. Desde que diseñó hace dos años el estadio olímpico de Tokio para albergar los Juegos, el nombre de Kengo Kuma se ha convertido en uno de los candidatos favoritos para desarrollar grandes proyectos. Solo desde 2021 ha creado la fantasiosa Biblioteca Haruki Murakami en Japón, el Museo Hans Christian Andersen en Dinamarca y el luminoso Padova Congress de Italia.

Y eso que no encaja con el perfil de arquitecto star-system como Gehry, Foster o Nouvel. Puede que ellos sueñen con construir edificios cada vez más arriesgados, más impactantes y más desafiantes, pero el autor de Yokohama solo tiene una obsesión: el olor de los árboles. Esa debilidad confesa y su principal objetivo –“recuperar el lugar”– le convierten en una especie de autor a contracorriente, una rara avis amante de las cosas sencillas, tradicionales y, por encima de todo, sostenibles.

Kengo Kuma. Foto: REUTERS/Russell Cheyne

A sus 68 años, Kuma sigue manteniendo su apuesta por crear espacios que faciliten la vida al hombre sin afectar al entorno. Levanta edificios sí, pero siempre tratando de no entorpecer a la naturaleza. Sus obras siempre suman, no llegan para tomar protagonismo y apropiarse del lugar. Eso explica su predilección por materiales de origen natural como la madera, el bambú, el carbono ecológico o el EFTE, un polímero termoplástico de gran resistencia al calor.

Museo Hans Christian Andersen inaugurado en Odense
		Foto: © Rasmus Hjortshøj- COAST
EFE/Manuel Bruque

Reapertura de la casa batlló

El autor descubrió su pasión constructiva a los 10 años, cuando visitó con sus padres el icónico Gimnasio Yoyogi de Tokio diseñado por Kenzō Tange para los Juegos Olímpicos de 1964. “Trató la luz natural como un mago. Desde ese día, quise ser arquitecto”, ha confesado en una entrevista. Paradojas de la vida, aquel niño que ansiaba simular a Tange ahora tiene su propio edificio junto al maestro que tanto le marcó.

Resulta casi poético que haya sido precisamente él quien haya tomado el testigo para elaborar un nuevo estadio en la capital nipona –la propuesta inicial de Zaha Hadid resultaba demasiado cara–, ya que se trata de uno de los arquitectos que más respeta la tradición japonesa (eso sí, a menudo con materiales de alta tecnología). Mucha madera y decenas de miles de troncos le sirvieron para construir una especie de árbol gigante vivo donde se respira austeridad.

“Mi arquitectura es una especie de marco de la naturaleza”, mantiene el propio autor y lo repite como un mantra en cada uno de sus proyectos. De ahí esa fijación por la armonía con el entorno. Esa que ahora busca en dos ciudades españolas tan distintas como Sevilla o Logroño; la misma que hace año y medio encontró en Barcelona.

Instalación para las escaleras y el atrio de la Casa Batlló en Barcelona.Foto: Subliminal. © Miguel de Guzmán y Rocío Romero
Instalación para las escaleras y el atrio de la Casa Batlló en Barcelona.Foto: Subliminal. © Miguel de Guzmán y Rocío Romero
Instalación para las escaleras y el atrio de la Casa Batlló en Barcelona.Foto: Subliminal. © Miguel de Guzmán y Rocío Romero

La presencia del japonés en nuestro país ya se ha dejado notar con pequeños encargos, como el que hizo en 2019 para la tienda de Camper en el barcelonés Paseo de Gracia. Entonces utilizó la teja para simular hornacinas donde mostrar los productos y trabajó con la idea de cúpula como cubierta. Más recientemente ha participado en la reapertura de la Casa Batlló, un espacio mágico de Gaudí que ahora suma el aliciente de mostrar la impresionante intervención de Kuma.

Si la arquitectura del modernista catalán es un homenaje a la luz del Mediterráneo, la gran cortina metálica concebida por el japonés en las escaleras del edificio es un homenaje a ese genial uso de la luz. Por eso ha concebido una fantasía de 260 metros cuadrados que simulan las formas orgánicas de Gaudí –¿quizá como una piel de dragón?–, al tiempo que se inspira en la fachada y el tejado rugoso de la casa, que huye deliberadamente de la línea recta. De esta forma, el japonés consigue reflejar en el interior esa sinuosidad que se aprecia en el exterior mediante cadenas de aluminio que, al moverse, atrapan brillos, matices lumínicos y sombras.

El hit, la futura sede de bosonit en logroño

En pleno casco antiguo de la capital riojana se está construyendo un Centro de Alto Rendimiento de Bosonit Tech & Data. Kengo Kuma trabaja desde 2020 junto a Javier Villar para crear un edificio multidisciplinar que piensa acoger oficinas, residencia para jóvenes talentos, centro de investigación tecnológica y laboratorio I+D. Aun siendo un proyecto privado, estará abierto a la ciudadanía con un espacio comunitario en la azotea que, por supuesto, contará con espacios verdes.

Futuro Centro Tecnológico Bosonit en Logroño
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“El objetivo de la obra es recuperar la tradición de los edificios y reinterpretarla con un punto de vista contemporáneo”. Una idea que de nuevo se repite en el japonés y que, en este caso, se traduce en el uso de materiales de la zona –hierro y piedra–, en honor a los dos puentes más destacados de la ciudad: el Puente de Hierro y el Puente de Piedra.

Hace ya dos años que el estudio de arquitectura nipón tuvo la osadía de proyectar un edificio que se abría al público, especialmente a los peregrinos, a través de una escalera exterior que aspira a convertirse en zona de paso de todo aquel que quiera disfrutar de las vistas panorámicas de Logroño. La idea entusiasmó a sus promotores, ya que establece una conexión con el Camino de Santiago y con el río Ebro. La finalización de las obras está prevista para 2025, tiempo más que suficiente para tenerlo todo preparado antes del próximo Año Xacobeo.

El cubo de Sevilla

La capital hispalense es la última en sumarse a la fiebre Kuma con un proyecto promovido por KKH y el ayuntamiento que pretende rehabilitar la fábrica de tabacos de Los Remedios. Se trata de un ambicioso plan cuyos detalles aún están por determinar y en el que van a participar otros autores como Carlos Ferrater o Michel Virlogeux. De lo que no hay duda es de que ‘El Cubo’ proyectado por el japonés será el elemento estrella: un edificio icónico en medio de un gran complejo cultural que busca su propio efecto Guggenheim en Sevilla.

Recreación del proyecto previsto en la antigua fábrica de Altadis de Sevilla y el edificio “El Cubo” (Cedida)

La idea es transformar el edifico central de la antigua tabacalera de Altadis en una gran plaza pública ajardinada abierta al barrio y conectada mediante una pasarela con el casco histórico, especialmente con el Palacio de San Telmo. “Quiero mantener la conversación de este espacio con la ciudad. Es triste, además, que exista una separación con el río, por eso procuraré reconectar el barrio de Los Remedios con el Guadalquivir”, mantiene el arquitecto.

Recuperar el entorno, la armonía y nuestra conexión con la naturaleza. Ese es el leitmotiv de los edificios de Kuma, el arquitecto que solo aspira a oler los árboles y dejar que todos lo hagamos con él.