Arquitectura & Diseño

El día que decidimos cambiar el cine de nuestro barrio por un súper (y otras historias del Madrid desaparecido)

Por GUILLERMO MARTÍNEZ

Última reforma que sufrió el Real Cinema, en los años 70

La ciudad cambia tan rápido que ya nos cuesta recordar cómo eran las calles por las que pasamos todos los días hace unos años. Desde El Grito arrancamos una serie de artículos que repasan algunos de los cambios más significativos que ha sufrido la capital.

Dos imágenes desde el mismo lugar pueden ser completamente distintas si las separan algunos años, sobre todo si se trata de alguna de las calles de Madrid, donde las rehabilitaciones y nuevas construcciones no dejan de sucederse. Estos cambios a nivel urbano, en poco tiempo, consiguen que olvidemos la anterior disposición: jardines, carriles, edificios, aparcamientos y asfaltado son elementos que se entrecruzan para depositar en nuestra memoria un nuevo sedimento. Lo vemos todos los días y ya no somos capaces de recordar cómo era antes, hace apenas unas décadas, hasta que alguien nos enseña una foto y pensamos: “Qué rápido cambia todo”.

Según comenta Ramón Andrada, vocal de Patrimonio en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), Madrid sufrió una gran expansión con el Plan General de Ordenación Urbanística de 1997 y tras la creación de barrios en la segunda circunvalación como Sanchinarro, Las Tablas o el PAU de Vallecas. "La transformación de la ciudad fue inevitable. Se puso al servicio del coche. Pero eso está cambiando, poco a poco se van peatonalizando más zonas”, explica al respecto.

Lo cierto es que no son pocas las estampas que nos dejó la capital hace décadas y que ahora ya ni siquiera están en el imaginario social. Edificios rehabilitados, otros ampliados, también los hay derribados. Eso que un día fue y ya no es, desaparece de nuestros recuerdos hasta que, por casualidad, nos encontramos con una fotografía antigua que lo rememora.

¿Quién sabría describir gráficamente la composición de la Plaza de Callao cuando por ella transitaban vehículos? ¿Alguien se acuerda de cómo era la Plaza de Colón, donde había hasta jardines, hace apenas unas décadas? ¿Qué forma tenían los scalextric repartidos por la ciudad para dinamizar el tráfico y que ahora están desapareciendo? ¿Cómo era el interior de ese cine en el que ahora hay un supermercado?

CINE MARVI Y REAL CINEMA

Eran los años 50 y en la calle Cartagena, número 88, se inauguraba un nuevo cine: el Marvi. “Un espacio moderno y bonito que se ha perdido de la manera más tonta”, resume Alberto Tellería, vocal técnico de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP). La sala cinematográfica, que tenía hasta dos mil localidades disponibles, se derribó después de que la decadencia de los cines también llegara al Marvi y se convirtiera en una sala de bingo.

El mismo Tellería cuenta el final de esta historia: “Con la normativa que aprobaron hace algunos años, podían demolerlo para hacer locales comerciales”. Eso fue lo que ocurrió en 2017 para, un año después, inaugurar el LIDL que actualmente ocupa ese enclave.

Fachada del cine Marvi
Interior de una de las salas del Cine Marvi
El cine Marvi cuando ya es un bingo llamado Sala América

Lo mismo ocurrió con el Real Cinema. Poco queda de aquella sala a la que llegaron a acudir los reyes de España, ubicada en la Plaza de Ópera e inaugurada el 15 de mayo de 1920. “Nosotros denunciamos su derribo porque en principio ese edificio estaba protegido por ley, como todos los cines anteriores a 1936”, enfatiza Tellería. No surtieron efecto sus demandas: pese a que el espacio había sufrido numerosas reformas y siempre continuó con su uso habitual, terminó demolido en 2020.

Finalizaba así la historia del primer cine monumental de España, si no de Europa. Además, en su haber está ser la primera sala que se concibe también como un teatro, algo que después se expandió y normalizó. En estos momentos, en la ubicación que acogía a este cine y teatro que tendría más de un siglo han levantado un hotel.

Real Cinema
Interior Real Cinema
Real Cinema justo después de la Guerra Civil, tras ser reparada
Real Cinema antes de su demolición
El proyecto del hotel que sustituirá al Real Cinema, ya construido

LA PLAZA DE COLÓN

Es uno de los casos más paradigmáticos de la transformación de Madrid. Todos los edificios que la rodeaban se sustituyeron en una década y media, entre 1964 y 1979. La plaza con edificaciones monumentales históricas dejó paso a otra que no llega a convencer a Andrada, pero tampoco a Alberto Tellería.

“Lo curioso es que los edificios por los que sustituyeron estos históricos también están siendo renovados y sustituidos, como ocurre con el Centro Colón, obra del arquitecto Rafael de la Hoz”, comenta el propio Tellería.

Peana del monumento a Colón y Torres de Colón en 1980
Las torres de Colón que se construyeron sobre las casas de Galdós
Proyección del crecimiento de las torres de Colón

La renovación de fachadas y la demolición han dejado paso a una sede de Barclays cuyo aspecto ha sido modernizado por Normas Foster, donde antes estaba el histórico Banco de Valladolid. La Quinta de Bruguera, que dejó de existir en 1979, se convirtió en el Banco Sabadell, y las llamadas Casas de Galdós se echaron abajo en 1966 para levantar las Torres de Colón, intervenidas ahora, “aunque ya era un disparate su altura y en su día aplazaron la obra por eso”, completa el miembro de MCyP.

La quinta de Bruguera, quien la construyó, ubicada donde estuvo el banco de Sabadell
Las casas de Galdós y el monumento a Colón en el centro de la plaza, que era ajardinada

“Tampoco existe la Casa de la Moneda desde 1970, ni el Palacete de Medinaceli, derribado en 1964. Según Andrada, “la Plaza de Colón ha ido a peor como lo más significativo que tiene una ciudad, su espacio urbano”.

HOSPITAL GÓMEZ ULLA

El reconocido hospital militar no siempre fue tal y como lo podemos ver en la actualidad. En 1889, el por entonces Ayuntamiento de Carabanchel cedió unos terrenos para lo que sería “una auténtica ciudad hospitalaria”, compuesta por numerosos pabellones ordenados simétricamente. Todos ellos desaparecieron excepto el pabellón de recepción, una impertérrita construcción que sigue siendo santo y seña del barrio.

La capilla desaparecida y algunos pabellones
Situación actual, con el pabellón de entrada en primer plano y el rascacielos del hospital moderno asomando detrás

El aumento de la población demandó la construcción, visible desde todo el terreno, de la alta torre posterior que a día de hoy continúa en pie. “El derribo de los pabellones antiguos no fue inmediato, sino que perduraron mucho tiempo después de la construcción del nuevo edificio”, apunta Tellería, quien afirma que su destrucción supuso una pérdida bastante grave para el patrimonio madrileño. “Hoy en día se habría planteado una remodelación de los antiguos edificios que la construcción de uno nuevo, sostiene. Sea como fuere, desde 2005 se permite el uso civil del Hospital Militar, accediendo así a una vieja reivindicación de los vecinos de los barrios madrileños de La Latina y Carabanchel.

LOS PASOS ELEVADOS DE ATOCHA

Si se les llama scalextric, es por algo. A pesar de que esta solución urbanística resolvía el problema del tráfico en el eje del Prado, poco después de su inauguración en 1968, los técnicos decidieron que lo mejor que se podía hacer era empezar con su derribo. Corría el año 1985 y gobernaba en la capital Enrique Tierno Galván.

Pasos elevados de Atocha ahora soterrados
Vista a érea de la plaza, se ven los jardines cuando eran jardines, nadie recuerda que sea un parque público

“Aquello era monstruoso, quizá el caos más bestia que te podías encontrar por Madrid. Fue una fantástica idea resolverlo mediante túneles”, admite Tellería. Andrada, en este sentido, pone la vista en el futuro: “En un momento determinado, se pensó que el tráfico tenía que ser fluido y evitar los cruces, por eso aparecen estos carriles superpuestos. En Atocha por fin se suprimieron y volvió a aparecer el espacio urbano. Esperemos que poco a poco se vayan desmontando los pocos que quedan en la ciudad”.