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DE 200.000 A 53 M DE DÓLARES: ¿QUIÉN ERA CAILLEBOTTE Y POR QUÉ HA PEGADO ESTE PELOTAZO?

Por Sandrine Ortega

‘Calle de París, tiempo lluvioso, boceto’, Gustave Caillebotte

A principios del año 2000 todavía se podían comprar obras menores del artista por alrededor de 200.000 dólares. A partir de 2010 sin embargo, se disparó el precio de sus cuadros en el mercado privado.

El conglomerado de moda y lujo francés LVMH (propietario de Louis Vuitton, entre otras marcas) donó recientemente al Museo de Orsay una obra de Gustave Caillebotte, valorada en 43 millones de euros. El museo, que ya contaba con 14 cuadros del pintor en su colección, sumaba de esta forma ‘Paseo en barca’.

Pero lo cierto es que no es la primera vez que esto ocurre. De todas las obras de arte del autor francés que se encuentran en el Orsay en la actualidad, únicamente dos de ellas (‘El café’ y ‘El nadador’) fueron adquiridas con fondos provenientes íntegramente del presupuesto del museo. Y eso fue en la década de los 40. Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que el pasado año la pinacoteca contó con tan solo 3 millones de euros para adquisiciones, una cifra muy alejada de las subastas y ventas privadas de arte.

No mucho tiempo antes, en 2021, el J. Paul Getty de Los Ángeles adquirió a través de Christie’s su pintura ‘Hombre joven en su ventana’ por 53 millones de dólares, batiendo un nuevo récord en las subastas del pintor.

‘Hombre joven en su ventana’, Gustave Caillebotte
‘Paseo en barca’, Gustave Caillebotte

Pero, ¿cómo ha pasado Caillebotte de poder adquirirse en los años 40 con dinero público a valer 53 millones de euros? Según Beatriz Ordovás, directora de Christie's España: “La obra de Caillebotte siempre ha sido apreciada por los expertos y amantes del arte impresionista. Sin embargo, no ha sido hasta hace unos pocos años cuando la apreciación por su arte no ha parado de crecer”.

En concreto, a partir de los años 90. Primero en 1994, con la exposición ‘Gustave Caillebotte: Urban Impressionist’ organizada por el propio Museo de Orsay junto con el Art Institute de Chicago. Después, en 1996, a través de ‘Gustave Caillebotte. The Unknown Impressionist’, en la Royal Academy of Arts de Londres. Y a continuación, con las múltiples exposiciones y revisiones históricas posteriores que se encargaron de redescubrir a este gran pintor olvidado.

A principios del año 2000 todavía se podían comprar obras menores del artista por alrededor de 200.000 dólares. Tal fue el caso de ‘Cobertizo en el jardín de Petit Gennevilliers’, vendida en 2001 por 226.00 dólares; ‘El Sena y la punta de L'lle Marande’, por 186.700 en 2004; o ‘Paseo de Argenteuil’ por 168.000 en 2006. Pero es a partir de 2010 cuando se elevó el precio de sus cuadros en el mercado privado hasta alcanzar en 2019 los 15 millones de euros por su obra ‘Camino cuesta arriba’. Desde entonces, la obra del pintor no ha bajado de los 3 millones de dólares.

'Los acuchilladores de parqué', Gustave Caillebotte

Mientras esto sucedía, en España seguía sin tener una gran aceptación entre el gran público. Tan solo un ejemplo, con el boom en 2010 de las exposiciones temporales impresionistas, llegó la primera exposición de Caillebotte en el Museo Thyssen en el año 2016, pero tampoco el museo supo darle entonces el valor que tiene la obra del pintor: la llamó ‘Caillebotte, pintor y jardinero’ y la expuso en una sala menor, la del sótano, y no la de la planta baja donde expone a los grandes. Además, al añadir “jardinero” al título, el Thyssen volvía a arrebatarle su valor primario y singular como pintor, algo que se entiende hasta con dar un rápido vistazo a la obra de este magnífico artista. Sus acuchilladores, sus personajes de a pie sin embargo misteriosos, sus reflejos de las calles de París, y su visión armónica y luminosa de los días más lluviosos te atrapan y hacen de sus obras un estupendo vehículo para disfrutar del arte de la contemplación.

'Piraguas en el río Yerres', Gustave Caillebotte. National Gallery of Art, Washington D.C. Colección Mr. and Mrs. Paul Meltone

CAILLEBOTTE, BIEN DE INTERÉS CULTURAL

El gobierno francés declaró en 2020 a Caillebotte bien de interés cultural. Gracias a esto, el grupo LVMH pudo desgravarse el 90% del importe de la donación, en lugar del 60% o 40% que habría obtenido en el caso de tratarse de cualquier otra obra.

Desde que se aprobara en Francia la ley Aillagon, este tipo de reducciones fiscales empezaron a proliferar entre las grandes fortunas y muchas de ellas empezaron a construir su propios museos y fundaciones (como la Fundación Louis Vuitton de Bernard Arnault, creada oficialmente en el año 2006). Para el año 2017, este tipo de beneficios fiscales le habían costado a las arcas públicas francesas unos 900 millones de euros en deducciones por motivos de mecenazgo artístico, algo que intentaron solucionar en 2019, cuando se produjo un cambio en el código de impuestos francés y se bajó del 60% que se aplicaba como norma general a toda donación que no fuera un bien cultural, a un 40% (el mismo porcentaje que se aplica en España) en donaciones superiores a 2 millones de euros. Sin embargo, el porcentaje de deducciones fiscales en el caso de donaciones de tesoros nacionales o bienes culturales, como ‘Paseo en barca’, se mantuvo intacto.

Al margen del negocio que se esconde detrás de todas estas compras y ventas de cuadros, revalorizaciones y donaciones, meras transacciones económicas, el tiempo (y el dinero) ha puesto en su lugar (y no en el sótano precisamente) a este gran pintor impresionista donde todos podemos contemplarlo como se merece: los museos.