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Más allá de ARCO: la cantera del arte contemporáneo se llama JustMAD

Por GUILLERMO MARTÍNEZ

Hidden Gallery. Marc Montijano España negra. Involución.

Esta feria satélite de ARCO pretende ser el trampolín de prometedores artistas y galerías que salten, dentro de poco, a ferias más prestigiosas.

Irene Pérez trabajaba de dependienta en Massimo Dutti para pagar el estudio y materiales con los que pintar sus cuadros. Llegó un momento en que se dio cuenta de que si se esforzaba un poco más, podría vivir de la pintura. Y así ocurrió. Ahora, a sus 26 años, será la segunda ocasión en la que sus composiciones cuelguen de las paredes de JustMAD, la feria de arte contemporáneo hecha para todos los públicos paralela a la prestigiosa ARCO. En ella expondrán jóvenes artistas, pero también galerías con hasta menos de un año de antigüedad. Y, claro, los precios son asequibles para la mayoría de los bolsillos. El Palacio de Neptuno de Madrid acogerá esta cantera del arte moderno desde el 23 al 26 de febrero.

Óscar García se estrena como director artístico: “Esta es una feria de descubrimiento, de ver por dónde va el arte contemporáneo más actual. Queremos volver a los orígenes”. A lo que se refiere es a la firme apuesta por los nuevos artistas emergentes, aún algo desconocidos, y esas galerías que previsiblemente liderarán el panorama artístico español en unos años.

La Galería by LASTCRIT Vestido Cianotipo, 2022.
Pieza de ropa pintada al sol con tinta cianotipia y materiales naturales 3 m de diámetro

Todo va encaminado a ello. Por ejemplo, la mitad de las 40 galerías que estarán presentes en esta catorceava edición de JustMAD es la primera o segunda vez que participan. Son galerías llegadas de ciudades de España y del extranjero como Madrid, Lisboa, Seúl, Plasencia, Alicante, Sevilla, Viena, Cuenca, Valencia, París, Oporto y Barcelona. “Durante todos estos años le hemos tomado el pulso al arte contemporáneo y, gracias a ello, hemos conseguido que artistas que participan aquí luego expongan en grandes ferias internacionales”, remarca García. Ese pulso, en realidad, se sale de lo comúnmente reconocido, pues JustMAD va más allá de la pintura, escultura y fotografía llegando al arte digital, urbano, los NFTs, el surrealismo pop, obras realizadas en textil y temas tan actuales como el medio ambiente, la resiliencia, las nuevas tecnologías o el feminismo.

Tnot Area. Judas Arrieta. Fort apache 150x150cm
A Ciegas. Adriana Berges

Su objetivo: posicionarse como alternativa a la feria más institucional de todas: ARCO. Una alternativa, JustMAD, en la que el director artístico está intentando que los visitantes puedan encontrar lo que todavía no se exhibe en su hermana mayor de Ifema.

AUTORES Y GALERÍAS A LOS QUE NO PERDER DE VISTA

Y si las obras que cuelgan de las paredes del Palacio de Neptuno de Madrid son de jóvenes artistas, los paseantes también. Por eso, esta cantera del arte contemporáneo también aspira a educar a los incipientes coleccionistas que aquí pueden empezar a hacer sus primeros pinitos en el mundo del arte. “Fomentamos el descubrimiento de los artistas y galerías, pero también del coleccionismo. Aquí hay obras que puedes adquirir por 250 euros y también hay obra seriada, como fotografías, más asequible. El punto de partida es que cualquier persona pueda tener una obra de arte en su casa”, agrega el mismo García. La atmósfera también acompaña. Con galeristas y artistas muy cercanos al público, los coleccionistas pueden perder el miedo y preguntar por su obra favorita de forma abierta y relajada.

Espacio Lobo. Lorenzo López Lumeras. Georgia on my mind. 2021. 65 x 86 cm

El director artístico de la muestra tiene sus dudas a la hora de dar algunos nombres que no habría que perder de vista de aquí a unos años, pero al final se decanta por Ira Torres, quien “reflexiona sobre la globalización con iconos de las nuevas generaciones” y “es un referente del ‘vapor wave’, un género musical y discurso estético, que entremezcla referencias helenísticas con videojuegos, cyberpunk y detalles de la cultura japonesa, por ejemplo”. También menciona a Adriana Berges, cuya obra “siempre gira entorno al paisaje, pero centrándose en la visión de ese paisaje a través de Internet”; y Marco Prieto, artista que “utiliza la violencia como herramienta y fuente creativa, abordando sus pinturas a través de la impulsividad, lo accidental o la degradación de la materia”.

“El apego, la acumulación, el miedo al vacío, la obsesión, el concepto de posesión y la memoria, son palabras claves en el trabajo de Alejandra de la Torre. Desarrollando sus obras a través de la pintura, combinada con dibujo, serigrafía, transferencia e incluso objetos físicos”, añade.

Modus Operandi, Marco Prieto. Previo sacrifico, 2022. Acrílco sobre lienzo 59x54 cm

Irene Pérez por su parte, trabaja en torno a la parte oculta de las personas, ese estado psicológico muchas veces escondido en el interior de cada uno. Sus llamativas composiciones pivotan en torno a retratos y escenas de personajes acompañados de texturas que hacen referencia a ese mundo caótico plagado de sentimiento negativos que, al fin y al cabo, todos albergamos en algún momento. Su pintura habla de la ansiedad, la depresión, pero dándoles la vuelta y convirtiéndolas en algo positivo, normalizando esos estados que forman parte del proceso vital.

Óscar García también recalca algunos nombres propios, en este caso de galerías, que marcarán las tendencias futuras. “Casa Bancal es una galería que ha abierto sus puertas recientemente en Altea, con un proyecto centrado en la experimentación, investigación y residencia de sus artistas”, “DOMO es una galería de Sevilla que tienen menos de un año de vida con un proyecto muy interesante y prometedor”, y “Krystel Ann Art es una galería afincada en Lisboa especializada en la promoción del arte caribeño y un proyecto muy internacional”, relata el experto. Resalta, asimismo, la Galería de Arte a Ciegas como “un espacio de encuentro con el arte emergente, donde se valora mucho la relación entre galerista, artista y coleccionista”.

Yoko. Emma Richardson
Est_Art. AROL

Hablamos precisamente con Guillermo Anaya, codirector de la Galería DOMO, inaugurada en septiembre del pasado año. Un solo semestre le ha valido para conseguir un hueco en esta muestra sobre arte contemporáneo emergente. Su apuesta, esta vez, será el artista Manuel Rodríguez. “Esta es una gran oportunidad de que se conozca la galería y los artistas con los que trabajamos”, dice. No ha sido fácil la empresa, sobre todo en estos inicios. Según comenta el propio Anaya, “es bastante complicado empezar con una galería porque, precisamente, se sustenta por sus ventas, y sin una cartera de clientes, coleccionistas, cuesta arrancar”.

Su experiencia le avala. Antes que galerista fue comisario y crítico de arte. Por eso, Anaya es conocedor del punto en el que se encuentra el arte contemporáneo. “Sabemos a dónde vamos, así que las obras de nuestro artista se moverán entre los 500 euros y los 5.000, la más grande”, expresa.