Protagonistas

Isabel Muñoz: “Vivimos en la era de la imagen, donde no hace falta explicar muchas noticias”

Por SOL G. MORENO

Retrato de Isabel Muñoz.
Fotografía: Ximena y Sergio.

Es la primera mujer fotógrafa en ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque ese título no parece gustarle mucho a la autora, que dejó bien claro en su discurso de acceso que “no somos nada” (Memento Mori). Ha recorrido medio mundo en busca de rostros –humanos o animales– que le hablen de sentimientos; fotografiando el dolor y la violencia, pero también la danza y la sensualidad.

Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) es una fotógrafa que lleva cinco décadas diseccionando el alma humana. Se ha acercado al abismo para retratar a los maras en El Salvador y ha alcanzado el paraíso con los derviches turcos. Su trabajo se ha expuesto en decenas de países y ha recibido numerosos reconocimientos, desde el World Press Photo –1999 y 2004–, hasta el Premio Nacional de Fotografía (en 2016). Recientemente pronunció su discurso de ingreso en la Real Academia, otro logro más que sumar a su carrera.

Isabel Muñoz. Sin título. Serie “Somos Agua”. 2021.

¿Qué siente al entrar a formar parte de este selecto grupo?

Es un reconocimiento muy emotivo y poder representar a las mujeres en un templo como la Academia de San Fernando es un verdadero privilegio. Primero, porque me permite intercambiar conocimiento con otros compañeros de diversas disciplinas; y segundo, por la oportunidad que me brinda de aportar algo. “Quiero devolver a la fotografía una parte de lo mucho que me ha dado”; es una frase que escuché a Radomir Antic durante una entrevista mientras le hacía fotos con la que estoy muy de acuerdo.

Su discurso Una antropología de los sentimientos recuerda a la exposición que tuvo en Tabacalera. ¿De dónde le viene esa obsesión por las pasiones?

Ese título lo puso François Cheval a mi trabajo y creo que lo resume bien, porque ha sido un interés que he tenido desde pequeña. El ser humano ha sido una constante tanto en mi vida como en mi profesión: el buscar nuestros orígenes, lo que somos y, sobre todo, qué vamos a dejar a las generaciones venideras.

¿Es verdad que utiliza oro y nácar en sus trabajos?

Sí, y arena. Llevo muchos años investigando todo tipo de técnicas, incluida la serigrafía o el grabado. He tenido la oportunidad de trabajar con maestros como Manolo Gordillo, este tipo de colaboraciones hacen que mi discurso sea más potente. Trabajo con arenas, conchas o corales no por el virtuosismo que me puedan dar, sino por el lenguaje que hay detrás.

Isabel Muñoz. Sin título. Serie “Oceanografic”. 2022.

¿Cuándo descubrió que le gustaba la fotografía?

Siempre he dicho que empecé a hacer fotos a los 13 años con mi primera Instamatic, pero con los años me he dado cuenta de que en realidad comencé mucho antes. He estado haciendo fotos toda mi vida, a veces incluso sin cámara. Volvemos a las obsesiones: el ser humano. Siempre me ha interesado la parte oscura y también la parte luminosa. Sobre todo voy buscando la luz, pero sabes que para eso tiene que haber tinieblas.

¿Pudo heredar esos genes de su tatarabuelo ruso?

Es posible, aunque me enteré tarde de que había sido fotógrafo. Cuando murió mi abuela heredé un baulito lleno de recuerdos. Las imágenes que he podido ver no solo le muestran como fotógrafo viajero, también captaba muy bien a las personas.

Hábleme de sus proyectos, ¿qué está preparando en Turquía?

Un trabajo que me interesa mucho, porque está relacionado con nuestros orígenes. La embajada de España me ha conseguido un permiso para fotografiar una civilización descubierta recientemente que data del 9.600 a.C. Son los yacimientos de Göbekli Tepe, situados al sur de Turquía, junto a la frontera de Siria. Cerca de 100 kilómetros conservados en un estado increíble con el primer templo de la humanidad, anterior incluso a las pirámides de Egipto y Stonehenge.

¿Algún otro trabajo en el horizonte?

También colaboro con un grupo de oftalmólogos de Alicante que cada año dedica una semana de sus vacaciones a viajar a África para devolver la vista a un buen número de personas. A veces basta con una operación de cataratas.

No necesitas destruir para protestar, hay muchísimas otras formas de hacerlo
"No necesitas destruir para protestar, hay muchísimas otras formas de hacerlo”

Últimamente hace muchas fotografías relacionadas con el mar. ¿Por qué?

Desde hace siete años colaboro con Ai Futaki en un proyecto relacionado con el medioambiente. Yo había viajado a Japón en busca de Amaterasu, la diosa de la luz, y conocí a Futaki, que además de fotógrafa tiene dos récord Guiness en apnea, es como una sirena en el agua. Juntas hemos recorrido el Mediterráneo y los mares de Japón para mostrar el mundo marino. Es la mejor forma de que lo amemos y lo cuidemos.

Parece mejor iniciativa que atacar obras de arte en los museos…

Con respecto a lo que ha pasado en el Prado y otras instituciones, debo decir que yo respeto que la gente proteste, pero no estoy de acuerdo con que para proteger algo tengas que hacer otra cosa peor. No necesitas destruir para protestar, hay muchísimas otras formas de hacerlo.

Haciendo repaso de su trayectoria (series como los maras de El Salvador, las mujeres víctimas de violencia en el Congo o el tren que transporta inmigrantes ilegales hacia Norteamérica), ¿qué siente al apuntar a temas que normalmente la sociedad no quiere mirar?

Por un lado es un reto. Vivimos en la era de la imagen, donde no hace falta explicar muchas noticias, pero a través del arte he encontrado la forma de hacerlo. Creo de verdad en el poder de la imagen, en esas pequeñas voces que propician un gran grito.

Isabel Muñoz Sin título. Serie Japón, 2017
Isabel Muñoz MARA074

¿Dónde está el límite a la hora de contar realidades tan duras?

En el respeto y en la preocupación de evitar el morbo. Para mí el morbo es el anti respeto al otro y eso es lo más importante. Si lo que vas a contar lo muestras sin respeto, entonces no me sirve. Luego está el dolor ajeno, porque de alguna manera lo sientes, vive contigo siempre. Por eso yo necesito también la danza y la sensualidad para sobrellevarlo. Aparte de saber que lo que haces sirve para algo, porque si no yo no lo haría.

Del dolor a la violencia… ¿Es muy difícil mirar a los ojos a un mara?

A mí me gusta mirar a la gente a los ojos y no juzgar. Al revés, pensar qué le ha motivado a hacer lo que hizo, pero eso lo pienso independientemente de que les trate con mucho respeto. Porque un mara o un yakuza son seres humanos con sentimientos, nosotros también tenemos oscuridad.

¿Prefiere la fotografía analógica o digital?

A día de hoy estoy fascinada con todo lo que nos están ofreciendo los medios digitales. También tiene su parte oscura, pero en general creo que todo lo que sirva para enriquecer el discurso es bienvenido. Otra cosa es que habrá que legislar en algún momento sobre todos estos avances.