Adiós a la burbuja de los NFTs: han caído un 76% en apenas un año

En 2022 no se hablaba de otra cosa. Los Non Fungible Tokens (NFTs) eran el futuro y, si me apuras, hasta el presente. Eran la nueva revolución, el paradigma del horizonte digital, la apertura a un nuevo universo tecnológico y todos los epítetos futuristas que se nos puedan ocurrir. Y el terreno artístico, siempre ansioso por conocer nuevas tendencias, no se quedaba atrás: los NFTs iban a suponer la renovación del arte, la desintermediación entre artistas y compradores. Es cierto que algunos hablaban de la posible existencia de una cierta burbuja, pero parecían unos cenizos que renegaban de un futuro apasionante.

La evolución de las tendencias suele verse de manera más clara con el paso del tiempo, pero en ocasiones ni siquiera hace falta distanciarse tanto. La perspectiva puede ser más corta. Nadie puede negar el interés y el avance creativo de los NFTs, pero ni mucho menos han supuesto una revolución. De hecho, cada vez valen menos.

El hundimiento de los NFTs, en tres gráficos

Para que esto no parezca un juicio subjetivo y con el juez comprado, vamos a echar mano de los datos, que siempre van más allá de las perspectivas individuales y que muestran una caída más que evidente de este mercado. Si nos fijamos en CryptoSlam, uno de los portales que reflejan la evolución del mercado, observaremos que, mientras en diciembre de 2021 se vendió NFTs por valor de 2.792 millones de dólares, un año después el volumen fue de 'apenas' 638 millones. O lo que es lo mismo, el valor de las compraventas ha caído un 76% en los últimos doce meses.

Podríamos pensar que se trata de una caída puntual, pero, como podemos ver en el gráfico de arriba, el mercado sufrió en junio una debacle de la que aún no ha conseguido recuperarse.

Ante esta caída, puede surgirnos una duda: ¿quiénes están perdiendo el interés en los NFTs? ¿Los usuarios medios, que se acercaron a ellos con mera curiosidad y ya se han pasado a otra cosa? ¿O los inversores que esperaban grandes rentabilidades en un universo descentralizado y que ya no aguardan los resultados de antes? No es fácil saberlo, pero algunos datos apuntan a ambos lados. Según Google Trends, las búsquedas de estos nuevos tokens llevan un año cayendo en picado, así que parece que el público general ya no siente excesiva curiosidad. Sin embargo, en el otro lado del espectro las cosas tampoco van bien. La plataforma NonFungible acostumbra a analizar las ventas de NFTs y el volumen de negocio dentro de la blockchain de Ethereum, y los datos no pueden ser más negativos.

Como vemos, la compraventa de NFTs en esta red ya no mueve ni el 1% del dinero que movía hace un año. En otras palabras: los criptobros también están saltando del barco.

Entre unos y otros, a tenor de las cifras, han provocado que el mercado de los NFTs caiga estrepitosamente en un año, aunque hay quienes no conceden un plazo tan largo a la caída. El NFT Market Report, que posee el análisis más completo de todo el mercado a nivel mundial, reporta cada trimestre datos como las operaciones hechas, el volumen de negocio, la evolución con el tiempo, etc. En su último informe, del tercer trimestre de 2022, ya señalaba un descenso apabullante respecto al trimestre anterior.

Es significativo que el número de ventas no haya caído demasiado, apenas un 5%, pero su facturación sí: nada menos que un 77%. También hay un 22% menos de compradores, aunque la cifra más llamativa es la de los beneficios al revender un NFT: se han desplomado un 84%, de los 2.000 millones del segundo trimestre a los 326 del tercero.

El arte no escapa: sus NFTs también se desploman

El verano pasado, nos preguntábamos en El Grito si los NFTs habían venido a revolucionar el mundo del arte o se trataba de una burbuja que más pronto que tarde iba a caer. Lo cierto es que las dos teorías no son necesariamente excluyentes entre sí. La mera entrada de la tecnología en la disciplina no puede ser otra cosa que revolucionaria, pero, a su vez, el mercado está cayendo. Y si bien todo mercado que experimenta una gran subida tiene que atravesar una corrección antes o después, el caso de los NFTs artísticos resulta paradigmático.

En aquel reportaje contábamos que el arte era la tercera categoría más demandada por los compradores de NFTs, según el análisis de NonFungible. Sin embargo, el tiempo pasa para todos: el arte ha bajado hasta la cuarta posición entre los compradores. Lo negativo no es necesariamente el descenso en el ránking, sino en la facturación: en 2021, los NFTs de arte movieron 2.107 millones de dólares, mientras que en el tercer trimestre de 2022 la cifra fue de 125 millones. Si hiciéramos una proyección anual, estas obras movieron cerca de 500 millones en todo 2022, menos de la cuarta parte que en 2021.

Los NFTs en circulación también están sufriendo. En el segundo trimestre de 2022 había 120.128 obras digitales a la venta, lo que suponía el 6% del total de NFTs en el mercado. Un trimestre después, el catálogo de obras había bajado a 74.389, casi la mitad, representando el 3,51% del total de NFTs.

Llegados a este punto, no nos engañemos: la compraventa de NFTs en los últimos tiempos ha contado con un especial protagonismo de las ventas secundarias. Es decir, muchos usuarios compraban estas obras para, antes o después, revenderlas a un precio mayor y sacar un beneficio. De hecho, el pasado verano vimos que el mercado secundario superaba, con mucho, el volumen de negocio del primario.

Pero esta tendencia también se ha desmoronado. Un nuevo análisis de NonFungible demuestra que, poco a poco, el mercado secundario de arte NFT está cayendo. Estas obras generan interés, pero cada vez se produce menos reventa.

Un negocio que, ahora mismo, no es rentable

¿Qué conclusiones, en definitiva, podemos sacar de todo esto? El NFT Market Report lo tiene claro: "El comercio de NFTs, ahora mismo, no es un negocio rentable. De hecho, por primera vez en la historia, ha registrado una pérdida trimestral, con poco más de 450 millones de dólares de pérdidas" para vendedores y compradores.

Y es que quizá haya llegado el momento de preguntarnos, a la vista de los datos, si la increíble subida de este mercado respondía a un lógico aumento del interés, a una exacerbada burbuja que debía caer o a ambas cosas a la vez. Lo que está claro, concluye el estudio, es que "la pregunta que se hacen la mayoría de los operadores ya no es '¿Cómo sigo ganando dinero?', sino '¿Cómo limito mis pérdidas?'. El tiempo nos dará la respuesta.