Arquitectura & Diseño

Este edificio en Cádiz está construido mediante contenedores marítimos reutilizados

Por Guillermo Martínez

Recreación del proyecto Zona Base

Una vez terminado, Incubazul será uno de los mayores edificios del mundo construido mediante contenedores marítimos reutilizados, con un total de 60.

Conjugar economía azul, startups tecnológicas y Cádiz. Eso es lo que están haciendo desde Carquero Arquitectura con el edificio que albergará Incubazul. Una vez terminado, será uno de los mayores edificios del mundo construido mediante contenedores marítimos reutilizados, con un total de 60. Financiado con fondos europeos, el coste total de la ejecución asciende a 2.800.00 euros que irán destinados a esta construcción energéticamente autosuficiente y que pretende ser seña de identidad de la nueva ciudad en la que se quiere convertir Cádiz.

La estructura, además, viene a revitalizar una zona industrial bastante obsoleta de la Zona Franca de Cádiz, afirma Carlos Quevedo, uno de los socios del estudio de arquitectura. “La idea era crear un espacio para albergar las oficinas en las que se incubarían empresas relacionadas con la economía azul y la alta tecnología. Son entidades que estarán aquí durante unos cinco años y después dejarán el edificio, que se podrá ir reciclando a medida que pasa el tiempo”, relata este arquitecto.

Aunque la idea ya estaba explicitada en los pliegos de la licitación, el hecho de contar con contenedores marítimos reutilizados para albergar el edificio para Incubazul era la forma perfecta de unir edificio y océano. Estos materiales, además, tienen una vida útil de entre 10 y 15 años, y gracias a la disposición proyectada por Carquero Arquitectura ahora el discurso arquitectónico no solo girará en torno a la sostenibilidad sino a una pretendida cohesión social entre las empresas.

TRecreación del proyecto Zona Base

“En el diseño hemos sido muy generosos con los espacios comunes y la disposición de las piezas para, precisamente, propiciar esa relación que puede surgir entre las empresas que lo ocuparán”, dice Quevedo. Y es que lo circular, en este caso, no se queda solo en el planteamiento del tipo de economía que persigue Incubazul, sino en el propio edificio cuyos espacios promueven la retroalimentación entre las starups que le darán vida.

Revitalizar la zona era otro de los grandes objetivos a los que se enfrentaban estos arquitectos, por lo que en la planta baja, casi diáfana, han intentado dejarla abierta a la futura zona verde que se creará en el lugar. Es una planta bastante libre y que, de alguna forma, da la bienvenida a las empresas que se incubarán, parafraseando al arquitecto.

Una proyección al vacío

Aun así, parece que la lógica de un bloque de contenedores marítimos aboga por la superposición de las pastillas. Nada más lejos de la realidad: “Hemos ubicado las piezas de forma que, aparentemente, parece aleatoria, pero están situadas de forma muy detallada porque hemos estudiado muy bien los vacíos que crean. Nosotros, en lugar de proyectar lo lleno, hemos proyectado al vacío”, ilustra el propio Quevedo.

Asimismo, este edificio es lo primero que muchas personas se encontrarán al llegar a Cádiz. Al situarse a la entrada de la ciudad, la imagen final de la construcción estará íntimamente relacionada con la nueva escenografía urbana que persiguen desde la ciudad, ligada también a un nuevo concepto de industria que evita el mimetismo con la industria tradicional. De esta forma, lo simbólico mirará de cerca a conceptos como desarrollo sostenible y Smart City. El arquitecto sostiene que “su ubicación le hace estar cerca de una carretera con bastante tráfico y las vías del tren, por lo que la disposición de piezas está orientada a cerrar ese vial para evitar la contaminación acústica”.

El edificio que albergará a Incubazul será energéticamente autosuficiente gracias a los paneles fotovoltaicos instalados en su cubierta. “También hemos planeado, cómo no, aparcamiento para bicicletas y puntos de conexión de electrogasolinera; y áreas verdes también, esenciales en el proyecto y de suma importancia para este tipo de industria más joven e innovadora, de futuro, que es la filosofía de todo esto”, en los términos de Quevedo.

Contenedores

Autosuficiencia energética

El aspecto térmico de la construcción es otro de los ámbitos a desarrollar al detalle, ya que se trata de una construcción mediante contenedores marítimos. Por este motivo, las pastillas llevan una serie de capas de pintura exteriores con cierta resistencia a la pérdida de energía térmica, y por dentro otras tantas aislantes. Según el arquitecto, cada una de las unidades está climatizada, tanto para la calefacción como la refrigeración, cuya energía necesaria saldrá de las placas fotovoltaicas del tejado. El profesional indica que la disposición de los contenedores también es crucial, pues debido a ella han podido crear muchos espacios de sombra, de forma que unos pisos protegen a otros, como una forma pasiva de evitar que el sol tenga una proyección directa en las estancias.

En total, el edificio en el que se incubarán las startups ligadas a la economía azul de Cádiz consta de cuatro plantas. En la baja estará una espacio para el coworking, dos naves para talleres, espacios diáfanos a doble altura y salas de formación, además de una cafetería, la recepción y dos espacios destinados a albergar salas de conferencias con módulos de proyección.

En la primera y segunda planta se ubicarán los módulos destinados a las empresas. En este caso, los módulos pueden ser simples o dobles, es decir, de uno o dos contenedores. En la última planta estarán los espacios de gestión de la propia incubadora, una sala de reuniones y un laboratorio tecnológico.

El proyecto se está ejecutando en estos momentos y desde Carquero Arquitectura prevén que esté terminado para diciembre de 2023.