Arquitectura & Diseño

Madrid acoge una muestra de más de 150 obras del Gaudí más desconocido

Por Marta de Orbe

Maqueta Casa Milá

Tras más de 20 años sin una exposición en la capital sobre el genio modernista, CentroCentro acoge una muestra en la que conocer en profundidad la obra y la trayectoria de este referente de la arquitectura

E n 1910 se presentó en París la primera exposición sobre Gaudí. Aquella muestra, la única que celebró el arquitecto en vida, patrocinada por su cliente y amigo el conde Güell, supuso un antes y un después en las exposiciones de arquitectura. Hasta entonces estas exhibiciones, dirigidas solamente a especialistas en la materia, se centraban en la exposición de planos y dibujos. Pero Gaudí quiso ir un paso más allá y por primera vez incluyó maquetas, modelos en yeso y numerosas fotografías de sus obras. Su genio innovador, también en el campo museográfico, buscaba democratizar el entendimiento y la comprensión de la arquitectura y, en concreto, de su propia obra.

De aquel espíritu innovador y didáctico nace ahora ‘Gaudí’, la muestra que CentroCentro acogerá hasta el próximo 5 de febrero y que se presenta como una ocasión única para conocer los entresijos de la obra de uno de los arquitectos españoles más relevantes y personales de la historia. De esta forma nos muestra al genio más conocido, el artista de la naturaleza, el de las formas originales, la ornamentación, el cromatismo, los símbolos… Pero también indaga en la racionalidad de su sistema constructivo y la inventiva de sus soluciones arquitectónicas fruto de un profundo estudio de la arquitectura clásica.

Fotografía de la fachada de la Casa Vicens.
Detalles cerámicos y dibujos preparatorios de la finca Güell.

A través de siete paradas, el recorrido de la exposición nos invita a un viaje, al detalle, a algunos de sus edificios más emblemáticos. Maquetas, fotografías de época, dibujos, cerámicas y otros elementos arquitectónicos muestran la complejidad de la arquitectura del genio catalán que le hizo merecedor de tener siete edificios declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.

‘Gaudí, un ayudante eficaz’, inicia este paseo por su trayectoria profesional. Atendiendo a sus primeros años en Barcelona, en los que mientras estudiaba en la Escola Provincial d’Arquitectura trabajaba también como asistente de arquitectos y maestros de obras, la muestra expone algunos de sus primeros proyectos y dibujos, como el que realizó para el proyecto de la fachada de la catedral de Barcelona mientras colaboraba con Joan Martotell i Montelles, reconocido arquitecto medievalista que tuvo un papel decisivo en su obra; o las diversas fotografías que reflejan su trabajo en el Parque de la Ciutadela de la mano de Josep Fontserè i Mestre, con el que colaboró en la creación de la valla de cerramiento, la fuente monumental y, en especial, la construcción y cálculo del gran depósito de agua que alimentaba la fuente.

Esculturas preparatorias para los remates de la Sagrada Familia.

Cuando en 1878 obtuvo su título de arquitecto, Gaudí se embarcó en un proyecto muy especial reflejado en ‘El Primer Gaudí: Sociedad Cooperativa la Obrera Mataronense’. El industrial salvador Pagés, fundador de ‘La Obrera Mataronense’, encargó al joven arquitecto el diseño general de su fábrica en Mataró, basado en las ideas del socialismo utópico. Fue la única vez en su carrera que Gaudí no tuvo como cliente a la alta burguesía o a la iglesia. Para esta fábrica utópica proyectó casas para los trabajadores, biblioteca, escuela, colmado, gimnasio, incluso un casino. Sin embargo, la gran crisis del sector textil a finales del siglo XIX hizo imposible llevar a cabo el proyecto en su totalidad. La exposición exhibe algunos de aquellos planos y las fotografías del único edificio que se conserva de ese mastodóntico proyecto, la Nave de Blanqueo.

PRIMERAS OBRAS

En ‘Primeras obras’ por su parte, una sala con un excepcional montaje museográfico, se pueden apreciar planos, fotografías y detalles arquitectónicos como las baldosas de papel maché o las piezas cerámicas decorativas que Gaudí utilizó en tres de sus primeras grandes obras: la Casa Vicens, el Convento de las Teresianas y la Casa Botines en León, las únicas tres construcciones que realizó fuera de Cataluña.

La cuarta parada de este recorrido arquitectónico la protagoniza la estrecha relación que tuvo con su gran mecenas. Bajo el título ’Antonio Gaudí y Eusebi Güell’, esta sección muestra fotografías, planos, maquetas y esculturas de los distintos procesos constructivos que el arquitecto llevó a cabo para realizar los proyectos que, gracias al mecenazgo de Güell, le llevarían a alcanzar fama internacional. Desde los pabellones de la finca Güell en Pedralbes, su palacio en plena rambla barcelonesa o el emblemático Parque Güell, hasta la cripta de la iglesia de la Colonia Güell.

La Casa Vicens de Antoni Gaudí
Escalera de evacuación en el recinto protegido Teresianas Ganduxer por Picharchitects/Pich-Aguilera.

Tras abordar su estrecha relación afectiva y productiva con la familia Güell, la muestra pasa a abordar en ‘Residencias Urbanas’, tres de las grandes obras de Gaudí, fruto del éxodo de la burguesía desde la ciudad amurallada al Eixameple barcelonés que produjo la revolución industrial. Mediante planos, maquetas y fotografías se observa la evolución en fachadas, plantas y cubiertas del estilo de Gaudí. Empezando por la Casa Calvet, la Casa Batlló o la Casa Milá de la que la muestra expone una impresionante maqueta con todo lujo de detalles.

Gaudí concebía cada uno de sus proyectos como un todo en el que el diseño arquitectónico iba intrínsecamente unido a la decoración interior, el mobiliario y el resto de pequeños detalles que él mismo diseñaba e impregnaba de su inconfundible estilo. La muestra recoge algunos ejemplos de estos trabajos ‘menores’ del arquitecto en Gaudí Diseñador, una sala en la que apreciar el diseño ergonómico de los asientos del despacho de la casa Calvet, el comedor de la casa Batlló o pequeños detalles como pomos, tiradores o baldosas que el propio Gaudí diseñó convirtiendo sus proyectos en obras de arte totales.

Por último, la exposición no olvida la que sin duda fue la gran obra de la trayectoria profesional del arquitecto. El Templo de la Sagrada Familia, ocupa las últimas salas, adentrándonos, a través de fotografías de época tremendamente curiosas, en lo que fue la construcción, inacabada, de la gran edificación eclesiástica modernista del mundo.