‘Avedon behind the scenes’, la primera muestra dedicada a este icono de la fotografía americana en nuestro país, descubre los entresijos de aquellas imágenes a través del angular de Gideon Lewin, su ‘studio manager’ durante más de 16 años.
Solo necesitas echar un vistazo rápido a cualquier libro de fotografías de Richard Avedon como ‘Woman In The Mirror’ o ‘Dior by Avedon’ y pensar automáticamente en dos palabras; elegancia y perfección. No hace falta profundizar mucho, las imágenes de uno de los padres de la fotografía contemporánea son indiscutiblemente bellas. Con la luz, las sombras, los matices, los detalles…. Perfectas siempre, y conseguidas con poquísimos disparos, comparados con los 50 o 60 que hoy en día podemos llegar a tirar en dos segundos con nuestros smartphones y sí, sin Photoshop.
Richard Avedon fue un genio indiscutible de la materia, su estudio de fotografía fue uno de los más prolíficos de su época y sabía muy bien que el disparo perfecto necesitaba de algo más que su infinito talento. Durante 16 años de su carrera, ese ‘algo más’ fue Gideon Lewin, su ‘studio manager’, es decir, el encargado de hacer que su genialidad se materializara en perfección, sin que la digitalización pudiera siquiera imaginarse en aquel momento.
Lewin era quien iluminaba, con un par de luces estroboscópicas a batería, cualquier decorado, interior, exterior, o idea de Avedon. También era el técnico asistente reparando las cámaras atascadas al momento. Y tras la sesión, capitaneaba el laboratorio de revelado desarrollando técnicas magistrales e innovadoras, como la solarización, gracias a un trabajo técnico minucioso.
Mientras tanto, también se convirtió en el documentalista ‘no oficial’ del trabajo de Avedon, consiguiendo unas imágenes personales y privadas que hoy hacen posible ‘Avedon behind the scenes’, la primera muestra dedicada al maestro americano en nuestro país que acoge Fotonostrum en Barcelona, hasta el próximo 2 de octubre.
Una oportunidad para conocer cómo era el trabajo del genio americano, desde el otro lado del angular, a través de las 130 fotografías tomadas por Lewin durante sus 16 años de convivencia creativa. Desde el primer retrato del propio Avedon realizado en su estudio en 1965, hasta momentos de sus trabajos de posproducción o instantáneas tomadas en la clase magistral que Avedon dio junto a Marvin Israel en 1967 y de la que saldrían algunos de los grandes nombres de las generaciones de fotógrafos posteriores como Diane Arbus.
Un viaje a la vida del fotógrafo
La muestra es una incursión en la vida del artista durante más de una década. Tiempo en el que realizó algunos de los hitos de la historia de la fotografía de moda con sus trabajos para Vogue. Las fotografías de Lewin también nos muestran los entresijos del making of de una de las sesiones más aclamadas de la publicación y del mundo de la moda en general.
Fue en 1966 con la supermodelo de la época, Veruska, en una producción que implicó trasladar 26 camiones de material desde EEUU hasta el Valle de Infierno, un paraje nevado en la isla japonesa de Hokkaido en el que el azufre filtrado en las rocas crea constantes columnas de humo. Gideon Lewin tenía todo en contra para conseguir realizar su labor en aquella ocasión y, sin embargo, su impecable técnica y el don de Avedon consiguieron convertir a la sesión “más larga, costosa y épica de la historia”, en un editorial de moda revolucionario en el que se fusionaron el mundo de la moda y la fotografía de una manera única y que marcaría un referente para la concepción de la fotografía de moda contemporánea.
Y en medio de aquella odisea, Lewin no dudó en documentar una sesión de fotos ‘robadas’ a Veruska mientras la retocaban en el vestuario, o posados de Avedon trabajando entre la nieve y el humo. Unas imágenes que se verán por primera vez en público y que consiguen reflejar el trabajo técnico, creativo, minucioso y perfeccionista del autor.
Pero además del curioso y esclarecedor trabajo de Gideon Lewin, la muestra también incluye 13 fotografías originales realizadas por el propio Richard Avedon y pertenecientes a la colección privada de la comisaria de la misma, y mujer de Gideon Lewin, Joanna Mastroianni.
En ellas encontramos algunos de los grandes ejemplos del otro género del que fue maestro indiscutible, el retrato. Para Avedon el retrato era capaz de sugerir personalidad y evocar vidas. Las poses que proponía a los retratados, la actitud que les invitaba a tomar, los peinados, la ropa o incluso los accesorios, se convertían en elementos fundamentales de la composición, capaces de dotarla de ese trasfondo simbólico que solo él conseguía. Charles Chaplin, Marilyn Monroe, Brigitte Bardot o Dustin Hoffman vistos por Avedon también forma parte de esta muestra, una oportunidad única de poder disfrutar cara a cara de uno de los grandes artistas de la historia de la fotografía.
