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De las películas a Rosalía: el arte que ves en tu día a día (y ni siquiera te has dado cuenta)

Por Elena Bellido-Pérez / Gloria Jiménez-Marín

Fotograma del videoclip de Bad Bunny

Más allá de museos, galerías e instituciones culturales, el arte trasciende a la vida cotidiana e inspira a otros campos creativos, desde la música o la publicidad hasta la moda

Si en el “Ay, mamá” de Rigoberta Bandini (2021) se omitiera la referencia a Delacroix, la canción no solo perdería parte de su emotividad, sino también de su contundencia reivindicativa. Porque en el imaginario del público ya existía ese lienzo del siglo XIX, de un tamaño abrumador, en el que una mujer, a pecho descubierto, guiaba al pueblo francés hacia la libertad. Lienzo que, todo hay que decirlo, ya fue masivamente difundido en la portada del disco de Coldplay Viva la Vida or Death and All His Friends (2008).

Y es que la historia del arte cuenta con infinitos rasgos estéticos que se le pueden imprimir a cualquier bien o servicio, dotándolos de un halo de prestigio y conectando, de esta forma, con el gran público. Es lo que Dwight MacDonald podría considerar bajo el término de midcult en su texto de 1962: "una cultura de masas disfrazada de alta cultura".

A pesar del matiz peyorativo que le confiere el autor a la midcult (llegándola a considerar la “hija bastarda” de la cultura de masas), lo cierto es que aprovechar los canales de difusión masivos para acercar el arte a gran parte de la población puede estar más relacionado con la democratización del arte (a lo que aludía Walter Benjamin en ‘La obra de arte en la era de la reproductibilidad técnica’, 1936) que con la corrupción del mismo. En este sentido, mostramos diez ejemplos en los que se ha integrado el arte en productos comerciales y de la cultura de masas:

Prerrafaelismo (y modernismo) en el disco de Florence + The Machine

El último disco publicado de la banda británica liderada por Florence Welch ha visto la luz este año 2022 y la estética de su portada, así como la campaña de difusión, no ha dejado indiferente a nadie. ‘Dance Fever’ se adueña de los trazos artísticos y ambientes románticos de los pintores prerrafaelitas para integrar el rock indie en la historia del arte.

Portada disco de Florence + The Machine
Cuadro The lady of Shallot

Si bien la relación entre la música (y sus portadas de discos) y las artes visuales viene siendo una pareja habitual e indivisible (numerosas son las referencias de discos que acuden a pinturas para ilustrar los frontales de sus álbumes que pueden encontrarse en el mercado), el caso de esta banda es, si cabe, de los más sugerentes. Y es que, no solo Florence aparece caracterizada a imagen y semejanza de ‘The lady of Shallot’ (1888) del pintor John William Waterhouse, sino que, además, toda la campaña de lanzamiento del disco ha ido acompañada de los preceptos artísticos del prerrafaelismo: naturaleza como motivo, excelencia técnica y fundamentos artísticos anteriores.

Tapices promocionales de Spotify
Sarah Bernhardt

Spotify también instaló una serie de tapices con las portadas de sus singles como parte de la campaña de difusión. En estas piezas se distinguen claras alusiones al modernismo (o Art Nouveu) al más puro estilo del checo Mucha, de la escocesa Margaret MacDonald (de la Escuela de Glasgow) o del español Ramón Casas. También se advierten de manera notoria ciertos principios del movimiento Arts & Crafts, pues sus bases artísticas se aprecian en cada pieza prerrafelita y en el propio modernismo.

Rosalía: renacentista, romántica y surrealista

Con una cuidada producción visual, el disco de ‘El Mal Querer’ de Rosalía (2018) ya era rico en referencias artísticas, tanto en sus videoclips como en las imágenes que acompañaban a cada canción, creadas por el artista Filip Custic, las cuales remitían a obras de Frida Kahlo o Julio Romero de Torres. No obstante, la cantante catalana ha seguido ligando su universo visual al mundo del arte en canciones posteriores. Por ejemplo, en el videoclip de ‘A palé’ (2019) aparece vestida de manera similar al retrato ‘La Duquesa de Alba de blanco’ pintado por Francisco de Goya en 1795. O, en ‘La noche de anoche’ (2021), las escaleras de la escenografía recuerdan a la obra ‘Arquitectura al claro de la luna' de René Magritte (1956), y el árbol al pintado por Dalí en ‘La persistencia de la memoria’ (1931). De hecho, el vídeo es tan estático que parece un cuadro en el que los protagonistas cobran vida.

Portada disco Rosalía
Cuadro El nacimiento de Venus

Con estos antecedentes, en la portada de su último disco, ‘Motomami’ (2022), Rosalía se ha presentado claramente como la Venus protagonista del cuadro renacentista ‘El nacimiento de Venus’ (1485), de Sandro Botticelli: sobre un fondo blanco, la artista se exhibe desnuda, aunque con el rostro cubierto por un casco de moto en el que deja escapar su melena. Las manos se ubican exactamente en la misma posición que las de la Venus de Boticelli, la cabeza y los hombros tienen la misma inclinación, e incluso el viento sopla en la misma dirección en ambas imágenes, algo que puede apreciarse en los cabellos de ambas.

El pintor español que se 'coló' en el cine

Cuando Diego Velázquez pintó algunos de sus cuadros, probablemente no estuviese pensando que estos acabarían inspirando a unos grandes almacenes o escenas de películas. Y, sin embargo, en ambos contextos podemos encontrar las obras del pintor barroco español. Si bien sus pinturas son mundialmente conocidas y apreciadas como lo que son, obras artísticas, también es cierto que algunas de ellas han llegado al gran público en otros formatos menos museísticos.

Un ejemplo de ello lo encontramos en las calles del centro de Madrid, donde ha podido verse a sus personajes, también en formato de esculturas coloridas, para campañas como la de Madrid Gallery; o en Ferrol donde las ya famosas Meninas de Canido han inundado las fachadas, en forma de graffiti, del barrio gallego incluyéndolo de este modo en el circuito turístico de la ciudad.

Pero quizás una de las obras del pintor sevillano que más pueden llamar la atención es la de ‘La rendición de Breda’, también conocida como ‘Las Lanzas’, en la película Alatriste. Agustín Díaz Yanes, guionista y director de cine español, estrenaba en 2006 la película basada en ‘Las aventuras del capitán Alatriste’ de Pérez Reverte. Los lectores pueden observar las similitudes y concordancias entre la pintura barroca y el fotograma contemporáneo y jugar a encontrar las diferencias (si es que las hubiese).

Fotograma ‘Alatriste’
Cuadro La rendición de Breda

Un restaurante que también es museo

Existen pocas ocasiones en las que la obra abandona el espacio museístico y se ubica en el espacio público o comercial. Una de esas ocasiones fue la instalación de la escultura del británico Damien Hirst ‘Cock and Bull’ en el restaurante Tramshed de Londres. Se trata de una pieza que realizó expresamente para el establecimiento, donde, dotando de sentido esta hibridación arte-comida, únicamente se sirve pollo y ternera. La obra pertenece a la colección ‘Natural History’ del artista: una serie de animales conservados en grandes cubículos transparentes rellenos de formaldehído. En este caso, se trata de una vaca que tiene un pollo subido a sus espaldas. La escultura se coloca en un lugar céntrico y alzado, para que pueda verse desde todos los ángulos.

La sensación que le pueda causar al comensal ver el formato vivo de la comida que le sirven en el plato está perfectamente relacionada con las sensaciones que producen las obras de Hirst, un polémico artista considerado uno de los más ricos del mundo. Hirst pertenece al movimiento contemporáneo denominado YBAs (Young British Artists). Y, paradójicamente, el restaurante cerraba sus puertas al público en 2020, aunque sigue manteniéndose como icono artístico y lugar de peregrinación de visitantes y curiosos en el mundo del arte.

Instalación de ‘Cock and Bull’

Edward Hopper y Amaia Romero

La cantante Amaia Romero lanzó el año pasado el videoclip de su canción ‘Yo invito’ (2021) con claras referencias al universo noctámbulo de Edward Hopper. Durante el primer minuto de la canción, Amaia apoya los codos en la barra de un bar, sin mucha más compañía que la del camarero que limpia la barra y algunos pocos y silenciosos clientes. El escenario, la ambientación solitaria y nocturna, los personajes y, sobre todo, la iluminación, recuerda claramente al cuadro de ‘Nighthawks’ (1942) de Hopper. La soledad y la aparente tristeza de la protagonista del videoclip también puede enlazarse con otras obras del pintor estadounidense, como ‘Automat’ (1927).

Fotograma del videoclip ‘Yo invito’
Cuadro ‘Nighthawks’

No es la primera vez que la cantante pamplonica introduce referencias artísticas en sus videoclips. En 2019 se podían encontrar multitud de ellas en ‘Quiero que vengas’, para el deleite de sus fans, quienes, rápidamente, plagaron las redes con imágenes de las obras que reconocían (prerrafaelitas, románticas y barrocas). Uno de los referentes más claros, por su reproducción prácticamente literal, es ‘Judit decapitando a Holofernes’ (1621), de Artemisia Gentileschi, escena también interpretada por Caravaggio en 1599. Aquí, de nuevo, la iluminación es clave en la recreación de la obra.

Fotograma del videoclip ‘Quiero que vengas’
Cuadro Judit decapitando a Holofernes

Bomba Estéreo y las referencias surrealistas

Otro videoclip con referencias artísticas y, concretamente, al universo surrealista, es el de la canción ‘Duele’ (2017) del grupo colombiano Bomba Estéreo. En el vídeo se muestra la travesía interna por la que pasa una mujer que acaba de descubrir que su marido le es infiel. La estética surrealista es el telón de fondo perfecto para retratar un sentimiento de extrañeza y locura del tipo “esto no me puede estar pasando a mí”, en el que se cruzan muchas imágenes procedentes del inconsciente. Porque, además de servir como escenografía, el surrealismo se integra magistralmente en la narrativa y se fusiona con la protagonista del vídeo.

Fotograma del videoclip ‘‘Duele’’
Cuadro La tentación de San Antonio

Aunque el paisaje desértico y sus extraños elementos escultóricos nos pueden recordar a la obra de Dalí en general, y al cuadro de la ‘Trilogía del desierto. Espejismo’ (1946) en particular, el vídeo bebe de la producción de otros artistas surrealistas. Por ejemplo, los objetos cotidianos de gran tamaño que la protagonista va sorteando a lo largo de su recorrido están claramente ligados a obras de René Magritte como ‘Los valores personales’ (1952) o ‘La habitación para escuchar’ (1952). También se hallan reminiscencias de Giorgio De Chirico y su pintura metafísica, que antecede al surrealismo, plasmada en lienzos como ‘La canción de amor’ (1914). Además, entre las esculturas que aparecen se puede distinguir, en un plano predominante, la pieza impresionista de ‘El beso’, de Auguste Rodin (1882).

Arte y escaparates

Una de las vías más originales para la difusión del arte fuera del espacio museístico es el espacio comercial; concretamente, los escaparates. Estos suponen una oportunidad para acercar el arte a los viandantes, llamando su atención, a la vez que reviste los productos expuestos de los valores asociados a una corriente artística, obra o artista concreto. Andy Warhol ya comentaba que “todos los centros comerciales se convertirán en museos y todos los museos se convertirán en centros comerciales”; y, verdaderamente, ciertos ejemplos así lo atestiguan. Algunos comercios intentan dar una imagen lo más alejada posible de sus objetivos económicos, fomentando el interés y la curiosidad del cliente. Una de las primeras, y más famosas, incursiones del trabajo del artista en el entorno comercial fue el diseño de escaparates que se le requirió a Salvador Dalí en 1939 para los grandes almacenes Bonwit Teller en la Quinta Avenida de Nueva York. Desde entonces, el diseño de escaparates se fue profesionalizando poco a poco, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, con el traslado de la capital mundial del arte de París a Nueva York.

Escaparate de la joyería Marshall Pierce & Co.

En la actualidad existen iniciativas de pura simbiosis entre museos y comercios, como el Project Windows de Chicago. Promovido por el Art Institute of Chicago, cada año se lanza un concurso de diseño de escaparates en la ciudad con una temática artística determinada, relacionada siempre con alguna exposición vigente en el museo, o alguna nueva adquisición. En el año 2020, coincidiendo con la exposición ‘Monet and Chicago’, se invitaba al diseño de escaparates bajo esta premisa. En 2021, los mismos estuvieron dedicados a Bisa Butler. Y este año 2022, los escaparates se diseñarán siguiendo la estética de Cézanne, con motivo de la exposición sobre el artista en el Art Institute ef Chicago, la cual puede visitarse hasta septiembre del año en curso. Así, cada año, los ciudadanos de Chicago tienen la oportunidad de conocer una muestra de lo que pueden encontrar en el museo simplemente paseando por la ciudad.

Cuando el neoplasticismo ilustra la música

El neoplasticismo, denominado también constructivismo holandés (por sus puntos en común con el constructivismo ruso), fue creado en torno a la revista De Stijl en 1917, siendo esta la principal herramienta de difusión de las ideas estéticas del movimiento. Cuando Piet Mondrian, junto con otros compañeros artistas como Theo van Doesburg o Bart van der Leck, fundó esta corriente, su intención era la de integrar el arte en la vida y la naturaleza, representando lo real con estructuras geométricas y colores primarios. Y ahí cobraron especial importancia las composiciones de Mondrian, pinturas no figurativas en las que se aplicó el nuevo modo de concebir tal estética.

Varias fueron las composiciones realizadas por el fundador del movimiento, pero especial interés ha generado en la sociedad de masas la ‘Composición en rojo amarillo y azul’, que ha encontrado en diferentes manifestaciones creativas la manera de darse a conocer: desde el ‘Vestido Mondrian’, diseñado por Yves Saint Laurent donde se versionaba la obra del holandés, hasta las piezas publicitarias elaboradas por el Museo Thyssen-Bornemisza para su tienda.

Álbum ‘Tone Soul Evolution’
Cuadro de Piet Mondrian

Pero a nivel de midcult que decíamos antes, llama poderosamente la atención la incursión del arte visual, la pintura en este caso, en la música. Por esta razón, cuando The Apples in stereo (banda estadounidense de rock psicodélico, punk y bubblegum) publicaron su disco ‘Tone Soul Evolution’ y eligieron una composición de Mondrian para ilustrar su portada, la conexión entre disciplinas se hizo más que evidente: una clara alusión al mundo del arte en el devenir cotidiano.

La asociación entre artes en el caso de este grupo viene también de la mano de la aparición de su vídeo musical ‘The Powerpuff Girls’ interpretando la canción ‘Signal in the Sky (Let's Go)’ en un episodio de la serie ‘Las Supernenas’, que se basaba en la letra de la propia canción. De hecho, en el propio vídeo se unen y visualizan diferentes estilos y alusiones artísticas, que van desde el superflat al pop, pasando por el realismo de Hopper y por claras alusiones al cine y a la literatura.

Arte de alta costura

La difusión del arte también ha encontrado otro buen aliado en el mundo de la moda. Considerado un arte en sí mismo por muchos especialistas, la moda y más concretamente la ‘Alta Costura’ está llena de referencias artísticas de todas épocas y estilos.

Los retratos simbolistas de Klimt fueron la fuente de inspiración de una de las colecciones que John Galliano realizó para Dior en la que cada uno de sus vestidos era una clara ‘reinterpretación’ de algunas de las grandes obras del artista vienés.

Vestido Dior

Pero también encontramos otros ‘guiños’ al arte más sutiles en algunas de las creaciones de Loewe, en las que sus encajes y puntillas hacen clara alusión a obras barrocas como el retrato de María de Medici (1590) de Santi di Tito, o en algunos de los estampados floreados de Stella McCartney inspirados, y prácticamente copiados, de los paisajes impresionistas de Monet.

Colleción de Loewe

El arte tiene un carácter simbólico y de connotaciones asociado al estatus, al nivel cultural y al prestigio. Las marcas (Rosalía es una marca; Florence, otra; Agustín Díaz Yanes, también…) diseñan estrategias de diferenciación e impacto creando enlaces entre los valores implícitos del arte y los de los productos donde se observan. Los oyentes de un disco, espectadores de una película o viandantes que reconocen en las imágenes las obras de arte encuentran en las piezas dos elementos: el espectáculo propio y la obra de arte intrínseca.

Estas piezas mostradas suponen diferentes posibilidades de comunicación donde el arte convive como un elemento más en nuestra vida cotidiana, dando fuerza expresiva a los productos y conectando con el público. El arte sale a la calle e invade nuestras vidas.