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Arte urbano contra el feísmo urbanístico gallego

Por Lorena Bustabad, Ferrol

Obra de Diego As

Las Meninas de Velázquez han resucitado el barrio ferrolano de Canido. El Julio César que custodia la Muralla Romana de Lugo está considerado uno de los mejores grafitis del mundo. El arte urbano se ha convertido en un fenómeno cultural gallego

La grandeza del arte urbano es que un gesto espontáneo puede convertirse en un fenómeno cultural como antídoto contra el feísmo urbanístico. Eso es lo que sucedió una mañana de 2007, cuando Eduardo Hermida se topó con que una pintada chabacana había estropeado un antiguo mural al lado de su casa de Canido, un barrio obrero en la parte alta de Ferrol. El cabreo le llevó a pintar una ‘Menina’ como icono pop art para reivindicar el arte urbano contra el feísmo urbanístico y las chapuzas sinsentido a golpe de espray.

Pidió ayuda a sus amigos y organizaron con más voluntad que medios un comando espray para redecorar un barrio desconchado con el aplauso espontáneo de los vecinos que sacaron a la calle los refrescos, las gaitas y las empanadas. La alegría hizo el resto. La hoy ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, entonces concejal de Cultura en Ferrol, creyó en su empeño y buscó una pequeña partida municipal para costearlo; empezaron con apenas 80 kilos de pintura y un equipo de sonido para animar el pintado.

Meninas pop art

Del imaginario de Diego Velázquez en 1656, las Meninas de Felipe IV se descolgaron de las paredes del Museo del Prado y buscaron piso en Ferrol colonizando a todo color las paredes del barrio. Hoy son más de 300. Meninas heroínas, reinas del cómic, góticas o en relieve; Meninas libertarias que fuman, batallan, pasean con la bolsa de la compra, reivindican o se besan con otras; Meninas picassianas o Meninas que quieren ser pintoras y no pintadas.

Aquello fue el germen de Las Meninas de Canido, que hoy está reconocido como Itinerario Cultural Europeo. Toda una fiesta del arte urbano de pintura interactiva en vivo que se celebra cada año el primer fin de semana de septiembre y que comanda Eduardo Hermida.

15 años después, las Meninas cuentan con el apoyo económico de las Administraciones públicas, atraen a centenares de visitantes que atracan en crucero con un mapa de las Meninas y su aplicación para verlas en 3D. Tan espectaculares que llenan edificios enteros y han puesto de moda un barrio donde hasta las viviendas se han revalorizado por encima de la media.

Velazquez

Ferrol no es un caso aislado. El arte urbano ha servido para embellecer calles y barrios azotados por el intrincado feísmo urbanístico gallego que ha malogrado ciudades y lugares que son Patrimonio de la Humanidad. Un descomunal Julio César hiperrealista en blanco y negro custodia la Muralla Romana de Lugo. Cubre todo el lateral de un edificio ramplón que miraba de frente el legado romano. Obra de Diego As para las fiestas del Arde Lucus 2001, está considerado uno de los mejores del mundo según Street Art Cities que busca, precisamente, llenar de arte las ciudades.

Julio César hiperrealista

Destaca la eclosión de Vigo, polo industrial del sur de Galicia que se ha ido poniendo guapa a golpe de repintar sus fachadas sobre todo en el casco viejo tapando antiguas paredes de ladrillo, consignas, insultos o carteles publicitarios descoloridos.

La plataforma nos ofrece otra forma de ver la ciudad: localiza el grafiti, al autor/a (si este quiere) y la fecha. Y ya les anticipamos que impresiona el nivel de los trabajos que salpican localidades de A Coruña como As Pontes, Carballo o Sada. En un patrón que se replica por toda la geografía gallega.

Empiezan a quedar lejos los años en que las pintadas callejeras eran gamberradas o atentados contra el patrimonio castigadas en las ordenanzas municipales con multas, al mismo tiempo que avanza el arte urbano como herramienta de democratización artística y como receta infalible contra el feísmo urbanístico gallego.