Exposiciones

Cinco exposiciones para sentir el arte (más allá de la vista)

Por El Grito

Fundación Casa de México en España

Casa de México o Matadero Madrid son algunas de las instituciones que nos permiten vivir la cultura a través de sentidos más inusuales como el tacto o el olfato

“Como recogió el poeta mexicano Amado Nervo en su poema ‘Los sentidos’, los ojos son para ver, el tacto para tocar, el oído para oír, el gusto para gustar, el olfato para oler y el alma para sentir, para querer y pensar”. Estamos acostumbrados a relacionar la cultura y el arte con un solo sentido, pero las últimas iniciativas culturales nos demuestran que no tiene por qué.

El oído en Matadero

La música siempre ha acompañado al ser humano, de hecho, hay evidencias arqueológicas de flautas encontradas en cuevas alemanas de hasta 40.000 años de antigüedad. Este vínculo inunda ahora la Nave 0 de Matadero con la monumental instalación de Janet Cardiff y George Bures Miller, guiándonos a través del sonido por el paisaje de un sueño que trata temas como el amor, el deseo, la pérdida o la memoria.

La instalación ‘The Murder of Crows’ se inspira en el grabado de Goya ‘El sueño de la razón produce monstruos’ (en el que un durmiente se ve acechado por animales de la noche) y toma su nombre del término en inglés que describe una bandada de cuervos. Una imagen onírica e inquietante ya que, al morir un cuervo, el resto del grupo ‘llora’ su muerte, sobrevolando ruidosamente el cadáver.

Noventa y ocho altavoces emiten sonidos de voces o música que van desplegando un paisaje sonoro en la penumbra de la Nave 0, demostrando que el sonido tiene capacidades físicas y escultóricas. Una marcha militar a nuestra espalda, la vista de una casa en el mar en el horizonte o la canción en recuerdo de la pierna perdida que parece provenir de las rusalki, dan pie a imágenes más esperanzadoras con las que da la impresión que comienza a abrirse el cielo, o quizás a desvanecerse el sueño. Descubre más aquí.

The Murder of Crows

El gusto en Casa de México

Una magdalena mojada en té despierta en el protagonista de ‘Por el camino de Swann’ de Marcel Proust los recuerdos de su infancia. Casa de México propone una vivencia similar para acercarnos, a través del gusto, a la vida más íntima y humana de Frida.

“Estamos de manteles largos” es una expresión que se usa en México para describir una gran cena o almuerzo preparada con esmero, en línea con las comidas entre amigos que organizaban Frida Kahlo y Diego Rivera, ambos amantes de la cocina tradicional mexicana. Los talleres culinarios de Casa de México permiten aprender a preparar ‘platillos’ típicos mexicanos, aquellos que Frida y Diego disfrutaban.

El sabor, el color y las texturas de esos platos te invitarán a adentrarte en la cultura y la tradición mexicana de una forma diferente mientras disfrutas de ‘Alas para volar’, la exposición que la institución dedica a Frida Kahlo con 31 obras originales y 91 fotografías de esta artista universal. Descubre más aquí.

El olfato en el Real Jardín Botánico

La capacidad sugestiva del olor es muy fuerte. Tanto, que en la mitología griega estaba estrechamente ligada al deseo, ya que con cada paso de la diosa Afrodita brotaban hierbas y flores que desprendían una cautivadora fragancia.

Hasta finales de septiembre, el Real Jardín Botánico nos invita a replicar esta experiencia a través de 'Los Paseos Musicales', en los que una cuidada selección de músicos interpreta fragmentos de 'Las Cuatro Estaciones de Vivaldi' entre exuberantes escenarios del jardín como La Rosaleda, la Glorieta de los Plátanos y la Glorieta de los Castaños.

Los paseos han sido cuidadosamente ideados por el músico de origen libanés Ara Malikian y cuentan con tres formaciones de metales, cuerdas y maderas. Merece la pena continuar con el paseo, ya que julio es el mes de las dalias, una flor que guarda especial relación con el Real Jardín Botánico al ser aquí dónde llegaron por primera vez a Europa, en 1789, año de la Revolución Francesa. También es temporada del granado (originario de Irán), la hortensia, cuyas flores cambian de color en función del tipo del suelo, la jabonera (sí, su nombre hace referencia al jabón, puesto que antiguamente se empleaba con este fin) o las fucsias del cabo con sus característicos racimos de flores rojas en forma de tubo. Descubre más aquí.

Imagen del Real Jardín Botánico

La vista en la Galería Guillermo de Osma

“Mirar no es tan fácil cómo parece” subrayó Ad Reinhardt. Puede resultar incluso más difícil con el paso de los años, a medida que los prejuicios reducen nuestra capacidad de observar de manera simple y directa, por lo que una exposición como la que inauguró recientemente la Galería Guillermo de Osma es especialmente interesante.

Ver una obra de José Alemany conlleva mirar con pureza, sin subterfugios. A la muerte de Alemany sus fotografías quedaron en cajas en un garaje cerca de su estudio. La perspicacia y conocimiento de diversas personas permitieron preservar su archivo, pero este llegó en estado bruto, sin pautas que facilitaran la apreciación de un futuro espectador. Esto nos ofrece la libertad de dialogar con las imágenes mismas.

La exposición ‘Mujeres’ es la tercera que la galería dedica al artista y reúne retratos femeninos que sorprenden por sus poses o experimentación y van mucho más allá de retratar a la persona. Descubre más aquí.

Fundación Casa de México en España

El tacto en la Finca Monjarama

Con diecinueve meses, Helen Keller quedó sorda, muda y ciega, pero se acercó al mundo a través de sus manos. Como narra en ‘El mundo en el que vivo’: “La mano es mi antena, con ella salgo del aislamiento y de la oscuridad, y aprovecho cada placer, cada actividad que mis dedos encuentran a su paso”.

El tacto evoca naturalmente a la tierra, y ‘La Finca Monjarama’ presenta una oportunidad perfecta para agudizar este sentido. La familia detrás de esta finca lleva 30 años dedicada al cultivo de las fresas y lo hacen siguiendo procedimientos ecológicos, es decir, sin usar productos químicos y madurando al sol. Ofrecen la posibilidad de recoger tus propias fresas y llevártelas a casa, para ello tienes que elegir el tamaño de tu cesta y lanzarte a sus campos para cosechar las que más te gusten (las suyas propias, Mara de Bois, son espectaculares y las sirven en los mejores restaurantes de Madrid). Un secreto muy bien guardado es cómo comer las fresas: dejando la punta, que concentra todo el sabor, para el final. Descubre más aquí.