25 años de PHotoESPAÑA vistos desde la lente de las mujeres fotógrafas
Por Guillermo Martínez
El festival se ha convertido en una referencia a nivel mundial tras la participación de cuatro millares de artistas en casi 2.000 exposiciones en estos años. Cada vez más, las mujeres ocupan el lugar que les corresponde, también en la historia de este arte
Un cuarto de siglo da para mucho. En sus 25 años, PHotoESPAÑA se ha dedicado en cuerpo y alma a reivindicar la fotografía como medio artístico. En este tiempo, el festival ha contado con la participación de 4.000 fotógrafos en más de 1.800 exposiciones. La edición de este año en concreto, además de celebrar su aniversario, cuenta con 120 muestras de 442 profesionales de la fotografía y del arte visual, en cuyas temáticas principales se encuentra la visibilización de mujeres fotógrafas que fueron determinantes en su época.
Claude Bussac lleva 15 años dirigiendo PHotoESPAÑA. Francesa afincada en Madrid desde hace tres décadas, esta gestora cultural admite que “en la historia de la fotografía hay muchas mujeres con un gran peso que no son recordadas porque terminaron su carrera antes o por cualquier razón ligada a la problemática que existe en el arte en general”. Eso sí, Bussac tiene claro que el criterio para las programaciones siempre tiene que estar basado en la calidad del trabajo y no en quién lo realiza: “Nunca va a exponer alguien por el hecho de ser mujer”.
Marta Soul es una de las artistas que se estrena en esta XXV edición de PhotoESPAÑA. Vive en Inglaterra y se dedica a la fotografía desde 2003, justo dos años antes de formar parte del colectivo NOPHOTO, donde se encontraban hasta 13 fotógrafos españoles. De todos ellos, tan solo dos eran mujeres. La situación, para ella, también ha cambiado: ahora forma parte de una plataforma de mujeres fotógrafas. “Cuando decidí convertirme en fotógrafa fue un desafío porque siempre lo consideré como una profesión muy masculina. En aquel momento éramos muy pocas las que estábamos haciendo cosas, o al menos las que se nos veía. Parece que ahora todo ha empezado a tomar forma y ser como tiene que ser”, expresa la artista.
Para Soul, que una mujer no llegue a conseguir sus propios objetivos no es solo consecuencia de un “juicio fotográfico”, sino también un “juicio social”. Así lo expresa: “Cuando empecé me decía que si no consigo las cosas era porque mis fotos eran peores que las de otros. En realidad, no era que yo trabajara menos que otros, pero sí me exigía más. Ahí sí que ha habido una evolución, y sigue habiéndola”.
Ese juicio social al que se refiere fue el mismo que sufrió, y sufre, Corín Tellado, la figura a la que dedica su muestra en el festival. Ubicada en Zaragoza, la fotógrafa hace un sincero homenaje a la autora española más leída y traducida de la historia después de Miguel de Cervantes.
“Era un ejemplo del éxito, porque vivía de su trabajo, pero no obtuvo el reconocimiento que se merecía por dedicarse a una literatura considerada menor, básicamente porque iba dirigida a mujeres”, explica la fotógrafa. Así, la capital aragonesa acoge una exhibición que es un homenaje a Tellado, pero también a las mujeres de su época, esa mujeres que vivieron la posguerra y encontraron en las novelas de la escritora un pequeño refugio “transgresor y revolucionario” para esos momentos, caracteriza Soul.
La muestra, denominada “Tras las huellas de Corín”, es resultado de un trabajo desarrollado durante dos años. La capital aragonesa acoge una exhibición en la que se pueden apreciar las fotonovelas que Soul ha ido recopilando, encontradas de forma casual en una de sus visitas al Rastro de Madrid. “Me acordé de mi madre, cuando me hablaba de ellas, que me daban un poco de rechazo por mis prejuicios sobre lo que simbolizaba el tema del romanticismo clásico, pero algo me atrajo”, señala.
Muñoz y su apuesta por las imágenes en movimiento
La exposición también atesora diferentes instantáneas realizadas por la artista sobre parejas en situaciones románticas, una consideración personal en torno a lo que ha derivado el romanticismo en la actualidad: “Son fotografías que he hecho pensando en el tipo de relaciones de pareja que Corín Tellado podría incluir en sus novelas si estuviera viva”, apunta. Además, una pieza de vídeo cierra el recorrido propuesto. Según la propia autora, “en ella pongo en conexión todo el concepto del amor romántico y lo que nos ha enseñado el cine clásico, y cómo se puede ver desde el lado positivo del enamoramiento o el negativo del abuso”. En resumen, la artista pretende reflexionar sobre la idea del amor romántico que la sociedad ha asumido a través del cine clásico.
Isabel Muñoz es una de las artistas más consolidadas e históricas del festival. Participó en la primera edición y lo hace tambén en esta de 2022, a sus 71 años. Natural de Barcelona, se fue a vivir a Madrid. Pero el panorama, desde luego, ha cambiado mucho: “Yo tuve que salir de España para que mi trabajo se reconociera. En aquella época solo existía el mes de la fotografía en París, que era bienal, así que la llegada de PHotoESPAÑA fue muy importante”.
La fotógrafa se congratula de que el festival haya traspasado las fronteras de la capital y ahora su programación pueda apreciarse en ciudades como Alcalá de Henares, Cuenca, Valladolid, Santander y Zaragoza, y también en doce países del mundo. Desde su punto de vista, nunca ha hecho ninguna distinción entre hombres y mujeres, pero sí reconoce que cada vez más artistas femeninas se dedican a esta profesión. En esta ocasión, Muñoz presenta un trabajo relacionado con el agua, también en Zaragoza. “Tiene vídeos, es una obra interactiva, porque cada vez me interesa más que el público no sea un mero espectador. Yo investigo sobre todas las nuevas técnicas que van apareciendo para ello”. Tal y como ella misma expresa, no tiene suficiente con la imagen fija, así que en estos momentos está trabajando en una proyección en las naves de Gamazo, en Santander y también con PHotoESPAÑA, en torno a este mismo tema del agua. “Me preocupa mucho el mundo que podemos dejar a las siguientes generaciones”, expresa.
María Platero es otra de las artistas que participa en esta edición del festival. Sus propuestas pivotan entre “la necesidad del ser humano de medir las cosas para entenderlas y cómo se parecen el proceso científico y el creativo”, en sus propias palabras. En su caso, además de exponer las instantáneas en un espacio físico durante junio, PHotoESPAÑA también las ha repartido por las marquesinas de los autobuses de la capital.
Platero ya ha expuesto en ediciones anteriores y desde entonces ya empezó a ver “cómo lo normal era pensar que los fotógrafos tenían que ser hombres”, aunque esta apreciación fuese válida para casi cualquier profesión. “No sé hasta qué punto, pero sí creo que Bussac ha influido en este despertar en el que estamos todos un poco, y menos mal porque se agradecen mucho otro tipo de discursos”, concluye esta fotógrafa.