Es noticia
La maraña 'offshore' de Arespacochaga: seis juzgados cercan al asesor de la 'jet'
  1. Economía
  2. Papeles Panamá
entre cádiz y el paseo de la castellana de madrid

La maraña 'offshore' de Arespacochaga: seis juzgados cercan al asesor de la 'jet'

Esta es la historia de un abogado, inspector y asesor fiscal, escritor y filósofo que habría hecho posible el desvío de fondos del caso Bahía

Foto: Joaquín Arespacochaga, fotografiado por la policía en Madrid. (El Confidencial)
Joaquín Arespacochaga, fotografiado por la policía en Madrid. (El Confidencial)

Joaquín Arespacochaga una vez le dedicó un soneto a su testaferro. Además de ser su hombre de paja, era su amigo. Resultó fundamental en la red que este madrileño, inspector de Hacienda en excedencia e hijo del último alcalde franquista de la capital, tejió para desviar a paraísos fiscales dinero público obtenido de subvenciones, según concluyeron varios meses de investigación policial. Tenían que haber ido a reindustrializar la bahía de Cádiz.

Hombre de clase y muy culto —ha publicado tres poemarios y dos ensayos—, Arespacochaga también ayudó a ocultar detrás de varias marañas societarias bienes de otros españoles de familias destacadas entre Madrid y Cádiz, según la documentación judicial obtenida por este diario. Desde Enrique Maestre Cavanna a los hermanos Cotoner, grandes de España e hijos del exjefe de la Casa del Rey, pasando por las sociedades que manejaba Massoud Zandi, el empresario iraní de la Finca, la urbanización más lujosa de Madrid. Todo gracias al uso de sociedades 'offshore', cuentas en Suiza, intermediarios y notarios complacientes, un sistema que había podido estudiar desde el otro lado, durante su etapa en el cuerpo de Inspectores de Hacienda del Estado.

Esta es su historia, la de un abogado, inspector y asesor fiscal, escritor y filósofo que intentó dar un pelotazo global al calor de las ayudas públicas

Con al menos seis causas abiertas en distintos juzgados —como autor o cooperador necesario—, Arespacochaga es probablemente uno de los asesores fiscales con más problemas en los tribunales por ayudar a grandes fortunas a ajustar sus cuentas ante el fisco.

Esta es su historia, la de un abogado, inspector y asesor fiscal, escritor y filósofo que intentó dar un pelotazo global al calor de las ayudas públicas.

Un señor en Zamora

Alcalá de los Gazules es un pueblo de casas blancas en las estribaciones finales de la sierra de Cádiz. Está en una de las zonas geográficas “en desventaja”, como dice la jerga oficial de los programas de reindustrialización y fomento de la competitividad. En la práctica, es uno de los municipios con más paro de España, con casi 1.000 parados registrados sobre sus 5.000 habitantes empadronados. Si se cuentan solo las personas en edad de trabajar, casi la mitad de su población no tiene empleo.

Los programas públicos para animar la actividad de esta y otras zonas desfavorecidas repartieron cientos de millones de euros en ayudas. En la convocatoria de 2010, al menos 17 de ellos fueron a parar a cuatro sociedades administradas por un señor de Zamora. ¿Un gran empresario castellanoleonés decidido a expandir el negocio? ¿Un benefactor que traería empleo al pueblo? Nada por el estilo.

Los agentes aseguran que el rol de testaferro de Agustín podría mostrarse como ejemplo académico

El señor de Zamora es Agustín, un gestor jubilado que hoy tiene 82 años. Un abogado de la ciudad asegura que se le ve a menudo por las tardes, entre los bares de la concurrida calle de Los Herreros. Su nombre aparecía por todas partes en los documentos que estaba investigando el Juzgado de Instrucción número 4 de Cádiz para encontrar el paradero de las ayudas públicas.

Agustín aseguró a la policía que “le suena” haber firmado algún papel cuando pasaba por Madrid o cuando se lo llevaban, pero no sabe nada más. Los agentes constataron que “el rol de testaferro de Agustín es tan nítido que podría ser mostrado como ejemplo académico”.

La frase es un extracto de los miles de folios de la pieza separada del caso Bahía, en el que se investiga el desvío de cerca de 21 millones de euros en ayudas para la creación de empleo en la bahía de Cádiz. La Fiscalía local ha decidido dedicar recursos a investigar la red de empresas que, a su vez, habría llevado hasta paraísos fiscales las ayudas para la reindustrialización. Una red en que la policía sitúa en el centro a Joaquín Arespacochaga, investigado por fraude de subvenciones, blanqueo de capitales y delito fiscal.

Foto: El lado oscuro de la Agencia Tributaria. (Ilustración: Raúl Arias)

Hijo del último alcalde de la dictadura y primero de la democracia (llevó el bastón de mando entre 1976 y 1978), reside hoy en un chalé de La Moraleja, la urbanización de la 'jet set' madrileña. Su dirección no es un asunto menor. El juzgado de Cádiz que investigaba a Arespacochaga comenzó a desenredar la madeja y de ahí surgieron nuevas causas. Llamadas telefónicas, seguimientos policiales y direcciones societarias ayudaron a acusarle de fingir la residencia en Luxemburgo. Según la Fiscalía, pasaba en España más de seis meses al año.

Lo que acabó con su supuesta coartada fueron 59 facturas para pagar colegio, transporte, comedor y actividades extraescolares de sus tres hijos, inscritos en uno de los colegios privados más caros y exclusivos de Madrid.

Su relación con Cádiz viene de antiguo. Su padre participaba en la sociedad que compró el poblado almadrabero de Sancti Petri (en Chiclana)

La Oficina Nacional de Investigación y Fraude (ONIF) de la Agencia Tributaria revisó los documentos de la causa en Cádiz. Allí se hizo con las facturas que para Hacienda demostraban que efectivamente el asesor fiscal vivía en La Moraleja. Pagaba las rentas anuales, alrededor de 30.000 euros, desde cuentas en Suiza y Madeira y a través de sociedades radicadas en Luxemburgo y Panamá. El caso está pendiente de acusación.

A pesar de los requerimientos anteriores, fue solo tras la petición de datos al colegio que Arespacochaga se sentó ante la ONIF sin que se le convocara. Dio informaciones “vagas y generales” sobre su actividad, pero no se quedó en eso. Llevó el caso a los tribunales, protestando por intromisión en la intimidad de los suyos. En noviembre de 2016, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó su recurso y dio validez al uso de las facturas del colegio de los niños. Arespacochaga se ha defendido atacando. Además, ha presentado una querella contra funcionarios de Hacienda por acceder a sus datos, según publicó 'El Independiente'. Ante las preguntas que este diario ha remitido al abogado de Arespacochaga, este se ha limitado a notificar que la información se está utilizando “para justificar una actuación ilícita que está siendo ya investigada judicialmente”.

El asesor del paseo de la Castellana

Arespacochaga ha impugnado en los tribunales la actuación de los funcionarios. Asegura que los datos aportados a sus investigaciones se obtuvieron a espaldas del juez. La ONIF le define como “un especialista en fiscalidad internacional”, porque él mismo fue inspector de la Hacienda del Estado, cuerpo al que quedó integrado definitivamente el 29 de diciembre de 1999. Licenciado en Ciencias Políticas y Económicas y también en Derecho, por la Universidad Autónoma de Madrid. Por alguna razón, no acudió a hacerse la foto de la orla con el resto de la promoción de 1977.

Su relación con Cádiz viene de antiguo. Su padre participaba en la sociedad que compró el poblado almadrabero de Sancti Petri (en Chiclana). El terreno fue expropiado por Defensa para la seguridad nacional, pero nunca lo utilizó. En los noventa, los herederos lograron el terreno de vuelta y negociaron la venta con el ayuntamiento. Iban asesorados por un senador del PP de la época.

En 2001 fue vicepresidente y tesorero de la Fundación Icasur, con sede en Cádiz. Se trata de la entidad cultural que dedicó recursos a intentar recuperar el galeón de Colón en las aguas de Panamá. Tuvo la mala suerte de coincidir allí con Joaquín Alviz Victorio, quien fue acusado por Ecuador de ofrecer sobornos para asegurarse una licitación. No fue extraditado por falta de acuerdo con España y el caso quedó en nada, así como el papel de Arespacochaga en la fundación.

En Madrid, el nombre de Arespacochaga circulaba entre la clase alta madrileña como el de un buen asesor fiscal. Su fama le llevó a un despacho del paseo de la Castellana

Lo que sí mantuvo fue su relación con el abogado Enrique Maestre Cavanna, uno de los patronos de la fundación. Más adelante veremos cómo, porque las páginas del Boletín Oficial del Estado obligan a volver a Madrid. En la capital el nombre de Arespacochaga circulaba entre la clase alta madrileña como el de un buen asesor fiscal. Su fama le ayudó a estar presente en un despacho del paseo de la Castellana de la capital en octubre de 2004. En esa fecha se firman los estatutos de la Fundación Atman para el Diálogo de las Civilizaciones. Joaquín Arespacochaga, Massoud Zandi, el empresario iraní cercano a Juan Luis Cebrián y Teresa Aranda, exmujer del directivo de Prisa, se reunían para firmar los estatutos de la Fundación Atman. Arespacochaga fue presentado en esa reunión como “socio” de Zandi.

Como publicó este diario en el marco de la investigación internacional de los papeles de Panamá, el exclusivo empresario español-iraní apoyó la fundación a través de Hypersonic LTD, una firma constituida en Samoa y posteriormente traspasada a las Seychelles.

La Fundación Atman, la Fundación Icasur y la principal empresa de Zandi, Trade Petroleum, tienen en común el notario que firmó sus documentos, Juan Díez Herrera. En la base de datos de Mossack Fonseca, su nombre está relacionado con un despacho en la calle Azulinas, en Madrid. El domicilio, como descubrió la policía, es de Joaquín Arespacochaga y de su mujer. Para dar sentido a este entramado de relaciones, la investigación policial de Madrid pidió auxilio a los juzgados de Cádiz. La Agencia Tributaria ha encontrado ocho cuentas bancarias en Suiza controladas por diferentes sociedades 'offshore'. En la base de datos de Mossack Fonseca, cinco de ellas aparecen con una relación directa con la familia Arespacochaga.

Los 36 de Cádiz

El notario y Arespacochaga siguen de la mano también en la causa de Cádiz. Es aquí, en la zona de Alcalá de los Gazules, donde “un entramado de 36 personas”, según la policía, se interesó por las subvenciones de la reindustrialización. Alejandro Dávila Ouviña, hoy en la cárcel, y Joaquín Arespacochaga eran los cerebros de la trama, según la denuncia. Díaz Herrera, el notario, también investigado, facilitó que no se identificara al dueño de las sociedades implicadas, aunque asegura a este diario haber comunicado todas las operaciones al Sepblac, el servicio encargado de vigilar operaciones sospechosas de blanqueo de capitales.

Entre 2009 y 2010, concibieron “un plan megalomaníaco para la instalación de no menos de 10 sociedades en la localidad de Alcalá de los Gazules, lo cual requiere la construcción de un polígono industrial”. Un conjunto de cuatro empresas administradas en su mayoría por testaferros y con conexiones reales con paraísos fiscales se llevaron cerca de 20 millones de euros para realizarlo. Además del jubilado de Zamora, entre los hombres de paja se encontraba el hijo, que hoy no tiene ni 30 años, de la limpiadora doméstica de uno de los implicados. Firmaban para que el dinero fluyera hacia otros.

El proyecto no solo no se realizó, sino que gran parte del dinero sigue en paradero desconocido. Según la ONIF, se desvió para realizar un proyecto de acuicultura en Marruecos, financiado directamente con fondos concedidos para el desarrollo de la zona industrial de la bahía de Cádiz. Un antiguo socio de la empresa marroquí que habría tenido que participar en él ha confirmado a este diario que el proyecto nunca siguió adelante.

Los empleos prometidos para el polígono de La Palmosilla se quedaron en la nada. La zona de Alcalá de los Gazules sigue contabilizándose entre las 'desaventajadas'.

Los hombres de la 'jet'

Hace un año, antes de que El Confidencial empezara a publicar los papeles de Panamá, una fuente judicial explicaba lo que sabía sobre este asesor fiscal cuyo nombre salpicaba ya expedientes judiciales relacionados con fraude fiscal: “Joaquín Arespacochaga es un maestro de las estructuras fiduciarias en paraísos fiscales relacionado con Mossack Fonseca”.

Al igual que Arespacochaga, los hermanos Íñigo, José Luis y Nicolás Cotoner descienden de un personaje clave del tardofranquismo/Transición

Arespacochaga estaba ya enfilado por la Fiscalía y la Agencia Tributaria. A raíz del caso de Bahía Competitiva, el Ministerio de Industria alertó a la Agencia Tributaria de los movimientos de dinero que había descubierto a este asesor fiscal. Generalmente es al revés: es Hacienda la que descubre un fraude y, si hay subvenciones implicadas, avisa al ministerio correspondiente.

Como con las cerezas, un caso judicial llevó a otro. Los hermanos Cotoner, Íñigo, José Luis y Nicolás, están acusados también de fingir sus residencias en Luxemburgo y Suiza para no tributar en España. En las tres causas, repartidas en tres juzgados distintos de plaza de Castilla, aparece Arespacochaga como cooperador necesario. Ese es un grado más que cómplice. Según las denuncias, a las que ha tenido acceso El Confidencial, los tres contaban “con el asesoramiento y el apoyo permanente de Joaquín Arespacochaga Llópiz, quien realizaba las gestiones correspondientes para obtener formalmente la documentación suiza [o de Luxemburgo, según el caso] que le permitiera simular que no era residente fiscal español”.

Al igual que Arespacochaga, los Cotoner descienden de un personaje clave del tardofranquismo/Transición. Son hijos de Nicolás Cotoner, marqués de Mondéjar. Cuando el rey Juan Carlos llegó a España, Nicolás Cotoner y Cotoner fue nombrado su preceptor y ocupó el cargo de jefe de la Casa del Rey entre 1975 y 1990. Cuando falleció, en 1996, la prensa señaló que el entonces Rey se refería a él como su “padre adoptivo". En 1977 recibió de la corona el Toisón de Oro, máxima distinción de la Casa del Rey. Entre los tres hermanos habrían defraudado 4,9 millones, según la acusación. Un abogado de los Cotoner se negó a comunicarles la petición de El Confidencial de comentar la información, aunque cuando este periódico desveló la acusación, señalaron que era meramente una divergencia con Hacienda.

Los Cotoner y los Arespacochaga no son los únicos descendientes de personajes relevantes en los setenta cuyos destinos se entrelazan en los juzgados. Y es en una sala de tribunal donde volvemos a encontrar a Enrique Maestre Cavanna. El 11 de junio de 2013, la Fiscalía presentó otra denuncia en un juzgado de Madrid contra Cavanna y Arespacochaga. También por delito fiscal, al que se sumaba blanqueo. Enrique Maestre es hijo de Tomás Maestre, el gran constructor que en los sesenta y setenta edificó La Manga del Mar Menor (Murcia). Un constructor de película, en su día criticado por cementar un cordón dunar entonces virgen mientras salía en TVE defendiendo que su interés era conservarlo. Falleció en 2013.

Según la Fiscalía, Maestre Cavanna habría podido cometer delito fiscal en 2007 y 2008 al defraudar 445.458 euros. La denuncia, a la que ha tenido acceso este diario, sostiene que ocultó esas rentas a través de “un entramado societario real y efectivamente controlado por él mismo, pero cuya titularidad o propiedad aparente situó en entidades domiciliadas en paraísos fiscales o territorios de nula colaboración en el intercambio de información fiscal, como son Luxemburgo, Suiza, Panamá o Nueva Zelanda”.

Para crear ese entramado, siempre según la denuncia, Maestre Cavanna “contó con la colaboración y ayuda" de Joaquín de Arespacochaga, como administrador de la entidad Acquire Spain y representante de Kento Desarrollos”.

Arespacochaga no es el primer asesor fiscal con problemas en los tribunales por asesorar a grandes fortunas. El abogado Luis de Miguel fue condenado en abril de 2013 a 21 años de cárcel por ayudar al empresario vasco Juan Ramón Reparaz a defraudar a Hacienda 16 de los 25 millones de euros que el empresario no declaró entre 1999 y 2006. Usaba sociedades interpuestas en Panamá, Belice, Irlanda, Reino Unido y España. La sentencia fue confirmada por el Supremo en 2014 y ya está en prisión. Aunque no lo hizo voluntariamente. Fue arrestado cuando pretendía entrar al Santiago Bernabéu a ver un partido de Liga de Campeones del Real Madrid.

Está también considerado como el primer contable de la Gürtel. Cuando empezó el juicio, era el único de los 37 acusados que estaba en prisión. La Fiscalía pide para él 18 años y medio de cárcel por esta causa.

Cuando el juez ordena el registro y entrada en un despacho especializado en crear sociedades 'offshore', las denuncias se dirigen a todos los clientes pero también al abogado o asesor como cooperador necesario. Es lo que ha ocurrido con los despachos de Nummaria, Petrus o Feliu, en Mallorca. Otro asesor fiscal con problemas es Andrés Guillamot, que ha sido condenado a dos años por ayudar al empresario Cipriano Villoslada a ocultar a través de Holanda los dividendos de sus empresas, y aún tiene otras causas pendientes. Por el número de casos pendientes, Arespacochaga parece el siguiente en la lista de objetivos de Hacienda.

Joaquín Arespacochaga una vez le dedicó un soneto a su testaferro. Además de ser su hombre de paja, era su amigo. Resultó fundamental en la red que este madrileño, inspector de Hacienda en excedencia e hijo del último alcalde franquista de la capital, tejió para desviar a paraísos fiscales dinero público obtenido de subvenciones, según concluyeron varios meses de investigación policial. Tenían que haber ido a reindustrializar la bahía de Cádiz.

Paraísos fiscales Cádiz Mossack Fonseca Fiscalidad
El redactor recomienda