"Muchos de los nombres que aparecen en los papeles de Panamá no nos sorprenden"
Menéndez advierte de que el bufete panameño Mossack Fonseca era un viejo conocido. Ya figuraba en algunos sumarios y labores de auxilio judicial presentados por la Agencia
Los papeles de Panamá aflorados desde el bufete Mossack Fonseca, una de las mayores fábricas de sociedades 'offshore' del mundo, se han cobrado por ahora en España víctimas de reconocida alcurnia, entre ellos el ministro de Industria, José Manuel Soria. Sin embargo, la lista de bajas puede no terminar ahí, a tenor de la potencia de fuego que se adivina en los 11,5 millones de documentos disponibles. En una entrevista con El Confidencial, el director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez (Gijón, 1959), reflexiona sobre su importancia. Y aunque deja claro que Panamá no es en puridad un paraíso fiscal, sí advierte de que "saltan todas las alarmas" en el organismo que encabeza cuando se detecta que un contribuyente apuesta por uno de esos territorios que juegan en el límite del bien.
PREGUNTA. ¿Qué aporta a la Agencia Tributaria la publicación de los papeles de Panamá?
RESPUESTA. Hay dos aspectos. Por un lado, la sociedad va tomando conciencia. Y estos comportamientos, en los casos tendentes a realizar algún tipo de fraude fiscal u otros posibles delitos, tienen mayor castigo desde el punto de vista reputacional. Por otro, estamos en un Estado de derecho y lo que hay que tener son indicios y pruebas consistentes para, en su caso, desarrollar todos los procedimientos administrativos o judiciales, según corresponda. Se trata de tener la máxima documentación e información posible.
P. ¿Le han sorprendido algunos de los nombres que figuran en los papeles?
R. Nosotros, por supuesto, actuamos con generalidad, independientemente de quién sea el contribuyente. Y utilizamos todos los procedimientos y los elementos legales para realizar labores de control tributario. Por eso, esta información que ha aparecido, en muchísimos casos, no nos sorprende. Estamos acostumbrados a manejar información. Por una parte, el propio bufete panameño ya figuraba en algunos sumarios y aparece en algunas labores de auxilio judicial o denuncias que hemos presentado. Para nosotros no es nuevo. Por otra, y sin perjuicio de que nosotros nunca decimos nada de contribuyentes concretos, sí digo con carácter general que muchas de las informaciones no nos sorprenden.
P. Pero ¿por alguna información previa concreta que pueda comentar sin comprometerse?
R. Quiero poner en valor la declaración de bienes y derechos en el exterior, el modelo 720. Ha sido muy importante. Hasta el año 2012, esta obligación no existía. Y es un instrumento muy eficaz en la lucha contra el fraude. Si los papeles se hubieran publicado con anterioridad a la Ley 7/2012 y a la obligación de presentar esa declaración, teniendo en cuenta que mucha de la información es de hace muchos años, el origen de los bienes y rentas que se han ido generando estaría prescrito a efectos fiscales. Sin embargo, ahora, cualquier contribuyente a quien se le descubra un derecho o bien en el exterior que no haya declarado en el modelo 720 tendrá que afrontarlo como imputación de renta oculta, que va a la base general del IRPF. Esto es, tributación máxima. Y puede llevar una sanción del 150% de la cuota. Se ve la diferencia entre la situación actual y la anterior.
El propio bufete Mossack Fonseca ya figuraba en sumarios o denuncias que hemos presentado. Es decir, no es que para nosotros fuera nuevo
P. Luego el procedimiento ahora pasa por cruzar datos.
R. El 720 nos permite tener toda la información declarada y analizar y contrastar con todo lo que venga. Y por esto también digo que no todo lo que está saliendo es nuevo para nosotros. No en vano, hay mucha gente que ha ido aclarando su situación tributaria a raíz del 720 y de las medidas de la Ley 7/2012. La forma en que actúa la Agencia Tributaria, con independencia del contribuyente que sea, es obtener información allá donde puede. A partir de ahí, nos ponemos a investigar, analizando al contribuyente, su perfil, llevando a cabo contrastes, viendo las coincidencias y determinando qué tipos de investigaciones hay que hacer, hacia dónde deben dirigirse... Y esto es igual para todos los contribuyentes, ya esté en los papeles de Panamá o provenga de cualquier otra actuación.
P. ¿Son las sanciones muy benévolas? ¿No se dan muchas posibilidades al defraudador para regularizar su situación, con el consiguiente coste a nivel de percepción social?
R. La Ley General Tributaria establece la posibilidad de presentar declaraciones extemporáneas. Es una forma. Al final, se trata de conseguir que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones tributarias. Dando asistencia y ayuda a los que quieren cumplir, facilitándoles la labor y realizando las actuaciones de control sobre aquellos que no quieren cumplir. No hay que olvidar que el 70% de lo que se paga por impuestos y contribuciones a la Seguridad Social va directamente a gasto social. Pensiones, sanidad, educación, ayudas sociales, desempleo... Y el otro 30% también, de manera indirecta. Pagar impuestos es un enorme ejercicio de solidaridad.
P. Pero ¿había conciencia en la Administración del Estado de este uso tan aparentemente generalizado de paraísos fiscales? Al profano eso le rechina.
R. ¿Todo el mundo? ¿Cuántos hay en los papeles de Panamá? Respecto al resto de la humanidad... Pero que hay gente que lo hace, es obvio. Que hay determinados despachos que se dedican a estas tareas, es obvio. Y que hay gente que se dedica a estas cosas, por supuesto. Otra cuestión clave es la opacidad de la información. ¿Qué es lo importante? Que hubiera una sociedad 'offshore' en Panamá o que esa sociedad estuviera declarada, que tuviera una actividad económica real, financiera, patrimonial... No es tan fácil. En suma, creo que históricamente ha habido una conciencia de las administraciones tributarias de que había que acabar con la opacidad de los paraísos fiscales. Pero, desde hace años, esa conciencia ha calado en la sociedad y en los responsables políticos. La tendencia es que cada vez haya más intercambio de información y que sea de forma automática.
P. En ese sentido, ¿puede haber un antes y un después de los papeles de Panamá?
R. Es verdad que este caso y otros concretos, como la lista Falciani, ayudan muchísimo a la toma de conciencia de los ciudadanos. Además, cada vez son más importantes desde el punto de vista reputacional para los que se ven implicados.
P. ¿Se puede establecer un baremo de qué casos son punibles o delictivos?
R. No, no lo hay. Yo he aprendido hace tiempo a no hacer valoraciones éticas o morales del comportamiento de los contribuyentes, porque te complica mucho el ejercicio de tu profesión, procuro desligarlo. Pero sí tengo una opinión sobre ello. Los comportamientos éticos son individuales y hay que analizar cada caso de forma individual. Yo me ciño a lo tributario, pero puede haber comportamientos delictivos de todo tipo, desde tráfico de drogas, terrorismo, corruptelas, habrá de todo... Nosotros, cuando tenemos información o indicios de un delito fruto de nuestras investigaciones, lo ponemos en conocimiento del ministerio fiscal o los jueces. Ademas, la situación de cada contribuyente es diferente, puede que haya quien tenga todo declarado en su 720...
P. Y entonces, ¿para qué recurre a un paraíso fiscal?
R. Esa reflexión es muy interesante. Eso digo yo. ¿Para qué necesitas una cuenta 'offshore'? Puede haber motivos, no obstante. A veces de carácter empresarial... En principio, yo soy muy respetuoso con la libertad individual de cada uno. Si un contribuyente quiere tener una cuenta donde sea y lo tiene todo declarado... Pero desde el punto de vista de la Administración Tributaria, es un dato que hace saltar todas las alarmas.
"Aprendí hace mucho tiempo a no hacer valoraciones éticas o morales de la actuación del contribuyente. Te complica el ejercicio de tu trabajo. Procuro desligarlo"
P. ¿En qué lugar quedan en todo este proceso los bancos y bufetes que ayudan a montar esas estructuras societarias?
R. Yo juicios éticos y morales prefiero no hacer, pero lo que quiere la sociedad es que, de acuerdo a las normas, a los procedimientos, a cómo está regulado el sistema tributario, todo el mundo contribuya a ese enorme esfuerzo de solidaridad y generosidad que supone el pago de impuestos conforme a la capacidad de cada uno. Si todo es para contribuir... Lo que pasa es que muchas veces da la impresión de que no es precisamente para eso. Y ahí tenemos que actuar.
P. ¿Y los papeles de Panamá pueden producir un 'shock' en una sociedad que está muy castigada por la corrupción en España?
R. A mí parecer, lo que la sociedad tiene que ver es que los casos de corrupción o fraude fiscal son inherentes a la condición humana. Ha existido y existirá. En los mismos papeles hay mucha gente, y se ve que son de distinta índole y condición. Lo importante es que la sociedad sea capaz de cargar ese peso reputacional sobre quienes realicen esos comportamientos. Y que las instituciones funcionen. Están funcionando y por eso nos estamos enterando de tantas cosas.
P. Pero con el momento político actual, con la crisis económica que hemos sufrido, ¿estos casos no perjudican más de lo que pueden ayudar para que la sociedad colabore en positivo? ¿No se puede romper con ese principio de solidaridad?
R. Hay muchos contribuyentes cumplidores. Hay muchos con mucha capacidad económica y patrimonial, directivos de grandes compañías, que cumplen con sus obligaciones. Y luego están los que no, y para eso estamos las instituciones. Yo, como responsable de la Agencia Tributaria española, no he recibido ni la más mínima indicación respecto a un contribuyente concreto de lo que debo o no debo hacer. Estamos actuando con la más completa independencia. Eso sí, con el apoyo de un Gobierno que nos ha puesto unas medidas de lucha contra el fraude importantísimas.
Los papeles de Panamá aflorados desde el bufete Mossack Fonseca, una de las mayores fábricas de sociedades 'offshore' del mundo, se han cobrado por ahora en España víctimas de reconocida alcurnia, entre ellos el ministro de Industria, José Manuel Soria. Sin embargo, la lista de bajas puede no terminar ahí, a tenor de la potencia de fuego que se adivina en los 11,5 millones de documentos disponibles. En una entrevista con El Confidencial, el director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez (Gijón, 1959), reflexiona sobre su importancia. Y aunque deja claro que Panamá no es en puridad un paraíso fiscal, sí advierte de que "saltan todas las alarmas" en el organismo que encabeza cuando se detecta que un contribuyente apuesta por uno de esos territorios que juegan en el límite del bien.