Ramis, el otro Juan March balear, cazado con 4 millones de dólares en la lista Falciani

En la lista Falciani hay sitio para nombres de todo tipo. El conocido médico de Palma de Mallorca Pablo Abdon Ramis Bisellachy, exsocio y gestor de la Policlínica Miramar, llegó a acumular 4 millones de dólares en el HSBC Privat Bank (Suisse) de Ginebra, según se desprende de la documentación que el informático de la entidad entregó a la Hacienda francesa y a la que ha tenido acceso El Confidencial por una investigación coordinada por Le Monde y el ICIJ.

Su vida es la medicina y el dinero. El doctor Ramis, cuyo referente vital es el multimillonario Juan March según cuentan personas de su entorno, aparece en una de las fichas del banco suizo como beneficiario de una cuenta que se abrió en 1996 y que sumó unos 4 millones de dólares. Vinculados a esa cuenta también se encontraban su mujer Margarita Colom Alemany y su hijo Juan Ramis Alemany. Después de que las autoridades galas enviaran diversa documentación relativa sobre los clientes españoles del HSBC a la Agencia Tributaria, ésta contactó con el doctor Ramis para conocer el origen de la fortuna suiza.

El propio Ramis ha confirmado a este diario que la cuenta no estaba declarada y, cuando en 2010 Hacienda le pidió que lo hiciera, cumplió regularizando su situación aunque no tuvo que efectuar ningún pago. El motivo que lo explica es que la cuenta estaba “fiscalmente caducada”, al haber sido creada hacía 32 años (fue traspasada desde Crédit Agricole al HSBC en 1996) y no tuvo que justificar un aumento patrimonial en la misma, porque cuando la lista Falciani vio la luz, en la cuenta no había ninguna ganancia. El caso está ahora en manos de la Fiscalía balear, que sigue investigando a Ramis hasta recibir la documentación de Suiza que confirme su versión y lo exonere definitivamente de delito fiscal.

Absuelto de contrabando de arte

El doctor Ramis está ligado a un sinfín de procesos judiciales en Baleares. En 2011 se celebró un polémico juicio tras ser acusado de un supuesto delito de contrabando de arte por haber introducido en Mallorca dos cuadros de los pintores José de Ribera y Joos Van Cleve valorados en 226.264 euros, que fueron comprados en una galería de Zúrich en 2005. La Fiscalía y el abogado del Estado, en representación de la Agencia Tributaria, reclamaron una pena de año y medio de cárcel y una multa de 600.000 euros para Ramis y otro de los procesados en el caso, su paciente y amigo Oliver Kaufer, que se encargó de viajar hasta Suiza para recoger los lienzos y llevarlos a Palma. Hubo una tercera implicada: la responsable de pistas del Aeropuerto Internacional palmarés de Son Sant Joan, que habría ayudado a Kaufer a esquivar la aduana y la liquidación de aranceles que ascendía a 15.838 euros.

Pero durante la vista el doctor Ramis negó saber que las obras no hubieran pasado la aduana en España y aseguró que conoció esa información cuando agentes de la Policía se personaron en su casa para interrogarle al respecto. Kaufer, por su parte, dijo al juez haber entendido que “los trámites administrativos” debía hacerlos sólo en Suiza y que por eso no pasó la aduana en Mallorca. En cuanto a la empleada aeroportuaria, afirmó no recordar absolutamente nada del caso. Tras un juicio maratoniano, la sentencia, que no estuvo exenta de polémica, concluyó con la absolución del doctor Ramis y los otros implicados. La Audiencia de Palma aplicó una inédita doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal Constitucional para exonerarlos, y aunque reconoció “que no era posible que Ramis y su paciente desconocieran sus obligaciones tributarias en España”, quedaron libres de pena porque la sala consideró que se podía ver vulnerado su derecho de defensa.

Guerra judicial en la Policlínica Miramar

Otro de los frentes abiertos del doctor Ramis gira en torno a la famosa clínica de la que fue socio mayoritario y gestor. En 2005, el neumólogo inició una larga guerra legal contra sus otros dos socios, Miguel Dalmau –ya fallecido– y Cristóbal Pizá. El neumólogo reclamó a sus antiguos compañeros una indemnización después de que éstos le quitaran la exclusividad del servicio de medicina interna dentro de la Policlínica, montando un servicio ‘paralelo’ dentro del centro, y relegando a Ramis a una categoría inferior, la de ‘médico asociado’. Un par de años más tarde, el neumólogo interpuso una segunda demanda contra sus socios, otros médicos del centro e incluso contra Ameba, la sociedad matriz de la Policlínica, solicitando directamente una compensación de 3,5 millones de euros. Hubo una ruptura total entre los tres socios y Ramis terminó perdiendo la batalla judicial porque la juez no consideró adecuada la vía legal emprendida por el doctor balear para reclamar su rebaja de categoría.

Hubo otros muchos conflictos dentro del centro hospitalario. Otro de los más sonados fue otra ‘pelea’ judicial mantenida entre Ramis y Pizá, cuando éste último acusó al primero de quedarse con medio millón de euros que habría generado el servicio que Ramis dirigía. Tampoco llegó a buen puerto para el neumólogo porque la Fiscalía afirmó que no existían pruebas en la fase de instrucción que demostraran que realmente Pizá se quedó con ese dinero.