Hora de jugar a ser chinos: la UE va al choque con Pekín en su agenda de seguridad económica
Países Bajos ha tomado el control de una empresa de chips propiedad de una compañía china en el último ejemplo de un creciente choque entre la UE y China
La ley se creó en 1952, pero no se había utilizado nunca. Al menos hasta ahora. Este domingo se supo que el gobierno de Países Bajos había hecho uso de la Ley de Disponibilidad de Bienes, creada hace más de 70 años pero jamás usada, para tomar el control de Nexperia, una empresa productora de chips que había sido comprada en 2019 por la compañía china Wingtech. El ejecutivo neerlandés ha argumentado que de no tomar medidas estaría en riesgo el suministro de chips de la compañía, que son muy utilizados en distintos sectores, como el de los vehículos eléctricos o la telefonía.
La decisión sin precedentes de La Haya es un ejemplo del cambio de tendencia que se está viviendo en algunos países y en algunos sectores de la Unión Europea respecto a China. Cada vez son más los que están dispuestos a adoptar una posición más agresiva respecto a Pekín para proteger la industria europea y sus líneas de suministro. Hasta ahora, los europeos han seguido jugando con las reglas del libre comercio mientras China y Estados Unidos se han alejado de ellas. Ahora las cosas empiezan a cambiar.
El movimiento holandés en el tablero de la geoeconomía no ha sido el último. China ha respondido aplicando controles a las exportaciones de Nexperia, que aunque cuenta con plantas en territorio europeo sigue dependiendo en gran medida de una fábrica en Dongguan, al norte de Hong Kong, de donde, según algunos datos, sale el 70% de los chips finales que vende Nexperia en todo el mundo a clientes ahora preocupados, como por ejemplo Volkswagen.
Pero tampoco ha sido el primero. Por ejemplo, a principios de octubre China anunció nuevas restricciones y controles a las exportaciones de las llamadas “tierras raras”, minerales críticos para ciertas industrias y que controlan fundamentalmente el gigante asiático. Se tratan de barreras adicionales a las que ya existían y que, según la Comisión Europea, generan una carga demasiado grande para las operaciones de las compañías europeas. Bruselas abordará el asunto en los próximos días con autoridades chinas. El principal objetivo de las medidas sobre las tierras raras es EEUU, que ha acusado a Pekín de “coacción”, y ha pedido a sus aliados europeos, así como al resto de miembros del G7, que coordinen posiciones y medidas contra el gigante asiático. Donald Trump, presidente de EEUU, se reunirá en las próximas semanas en Corea del Sur con el presidente chino Xi Jinping.
El movimiento holandés tampoco está exento de un componente americano. EEUU había avisado a Nexperia de que sufriría las mismas restricciones que su empresa matriz, Wingtech. Según datos contenidos en el expediente judicial del caso Nexperia en Ámsterdam recogidos por el Financial Times, la Oficina de Seguridad Internacional de EEUU habría señalado al ministerio de Economía holandés que el CEO de la compañía, el chino Zhang Xuezheng, debía ser sustituido si se quería evitar que la empresa entrara en la 'lista negra' de las autoridades americanas. Tras tomar el control de Nexperia Zhang ha sido relegado por el gobierno holandés. El caso de Países Bajos es un ejemplo del delicado equilibrio que deben hacer los socios europeos. El gobierno holandés es especialmente sensible a la agenda de seguridad económica americana porque cuenta con una empresa puntera en el ámbito de los semiconductores, ASML, y su objetivo es protegerla a toda costa.
Oficinas de Nexperia en Países Bajos. (Reuters)
Pedir a los chinos lo que nos piden
El cambio en el ambiente se ha podido notar esta semana durante una reunión de ministros de Comercio que se ha celebrado en Dinamarca por la presidencia danesa del Consejo de la Unión, donde las nuevas restricciones chinas han sido uno de los puntos de atención. “No podemos quedarnos parados. Necesitamos una respuesta coordinada”, ha señalado Maros Sefcovic, comisario de Comercio, que ha asegurado que China solamente ha aprobado cerca del 50% de las peticiones de exportaciones que han realizado empresas europeas.
Pero la UE mira más allá de los controles de exportaciones en el ámbito de las tierras raras. En noviembre el ejecutivo comunitario debe presentar su propuesta de una Ley de Aceleradores Industriales, una norma en la que Bruselas planea poner sobre la mesa que las empresas chinas tengan contratar a personal europeo cuando se establezcan en la UE, que deban hacer transferencia de tecnología a compañías comunitarias o incluso que deban crear empresas conjuntas, condiciones que China ha impuesto a las compañías que han querido operar en el gigante asiático. “Si invitamos a las inversiones chinas a Europa, debe ser con la condición previa de que también haya algún tipo de transferencia de tecnología”, ha señalado Lars Rasmussen, ministro de Asuntos Exteriores danés.
“Tenemos que tener una actitud más robusta hacia China”, ha señalado el danés. “Deberíamos inspirarnos en lo que China y EEUU están haciendo en el ámbito comercial”, añadió. Pero no todos los Estados miembros van a estar de acuerdo en adoptar una línea más dura con China, especialmente en un momento en el que en muchos países se está a la caza desesperada de inversiones extranjeras. “No todo es hablar de libre comercio, libre comercio y libre comercio. Tenemos que tener una actitud más realista en este mundo más geopolítico”, insistió Rasmussen esta semana junto con Sefcovic. “Recibimos las inversiones directas, siempre y cuando sean verdaderas inversiones, que creen nuevos trabajos, que haya transferencias de tecnología y de IP, como han hecho las empresas europeas”, añadió el comisario de Comercio.
En 2024 la Unión Europea adoptó aranceles contra los vehículos eléctricos chinos que están llegando al mercado europeo para proteger su industria, y desde entonces intentan acercar posturas con Pekín, también en el ámbito de las baterías. Desde hace seis años las relaciones con China son cada vez más difíciles. Fue entonces cuando el saliente presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y su mano derecha, el alemán Martin Selmayr, desarrollaron la doctrina china que sigue vigente hasta hoy: el país es un “un socio negociador con el que la UE necesita encontrar un equilibrio de intereses, un competidor económico en la búsqueda del liderazgo tecnológico y un rival sistémico que promueve modelos alternativos de gobernanza”.
La ley se creó en 1952, pero no se había utilizado nunca. Al menos hasta ahora. Este domingo se supo que el gobierno de Países Bajos había hecho uso de la Ley de Disponibilidad de Bienes, creada hace más de 70 años pero jamás usada, para tomar el control de Nexperia, una empresa productora de chips que había sido comprada en 2019 por la compañía china Wingtech. El ejecutivo neerlandés ha argumentado que de no tomar medidas estaría en riesgo el suministro de chips de la compañía, que son muy utilizados en distintos sectores, como el de los vehículos eléctricos o la telefonía.