La nueva tasa de basuras dispara la factura un 30% y es ya el componente del IPC que más sube
Los ayuntamientos van aplicando a cuentagotas la ley del Gobierno para elevar el coste del servicio de recogida de residuos, lo que empieza a tener un impacto relevante en el IPC
La nueva tasa de basuras (bautizada como basurazo por los partidos de derechas y de izquierdas) ya está rascando el bolsillo de los hogares españoles. Aunque los ayuntamientos están arrastrando los pies, una ley estatal aprobada (7/2022) obliga a elevar drásticamente el precio público de la recogida de residuos. Algunos municipios ya han empezado a cobrarla, el último de los grandes ha sido el de Madrid, y ha generado un gran rechazo popular por la magnitud de la subida.
El INE constata que este recargo ya se nota en el IPC, y eso a pesar de que la mayor parte de grandes municipios todavía no la está cobrando. En concreto, el precio que pagan los hogares por el servicio de las basuras se ha disparado algo más de un 30% en el último año. En concreto, la subida alcanzó el 30,3% en septiembre.
Según los datos del INE, no hay ningún otro bien ni servicio en España que esté subiendo más rápido que el servicio de recogida de basuras. El INE desagrega el IPC en 199 subclases de bienes y servicios en categorías como arroz, carne de ternera, de cerdo, de ave, leche entera, leche desnatada, etc. Ninguna de ellas se encarece más rápido. Y la distancia con el segundo componente, el transporte combinado de viajeros, es de más de tres puntos. El tercer componente con mayor incremento es la joyería, que sube un 23% impulsada por la escalada del oro y de la plata en los mercados.
Es importante tener en cuenta que en el cálculo del IPC se incluyen tanto los municipios que han aplicado la nueva tasa, como los que la mantienen todavía congelada. Y todos ellos, ponderados en función de la recaudación proporcional que generan. Esto significa que es previsible que la inflación del servicio de basuras se dispare en los próximos meses a medida que el resto de los municipios incorporen la subida.
El INE ha constatado que una subida tan relevante de la tasa de basuras está impactando sobre el IPC. En concreto, es el séptimo componente que más contribuye a la inflación, al generar un 3,1% del alza del IPC en el último año.
Se trata de una contribución muy significativa para ser un componente tan poco relevante dentro de los presupuestos familiares. En 2024 apenas se llevó el 0,3% del gasto total de los hogares. Sirva como comparativa que supone un desembolso similar al que hacen los hogares en billetes de avión para vuelos internacionales, servicios funerarios o leche desnatada.
Solo hay seis componentes del IPC que estén teniendo mayor contribución a la inflación en este momento. El más relevante es la electricidad, que ha provocado el 19% de la subida. Le siguen los restaurantes, con un 13% y finalmente los servicios de comida rápida y los cigarrillos, con un 4% respectivamente.
Hay una comparativa que permite constatar la relevancia de esta medida. El Gobierno lleva meses presumiendo de la bajada de precios del aceite de oliva en los supermercados. En el último año acumula una caída del 43%. Esto ha supuesto un importante alivio para los hogares, pero de cada tres euros ahorrados en el aceite de oliva, uno se ha ido a pagar la nueva tasa de basuras.
En España, los ayuntamientos se pasaron prácticamente una década con sus tasas de basuras congeladas. En especial los más grandes. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, incorporó en 2013 este coste al recibo del IBI. Las corporaciones locales son las administraciones más saneadas y, aunque hay algunos casos excepcionales en una situación límite, la mayor parte cierran sus cuentas anuales con un superávit que no pueden gastar por la Ley de Estabilidad. Esto es, los ayuntamientos no necesitan recursos adicionales para poder prestar el servicio de recogida de basuras.
El impacto de la tasa de basuras sobre la inflación es un problema para España, ya que es uno de los países europeos con mayor inflación en lo que va de año (un 3% frente al 2,2% de la eurozona). El buen desempeño de la demanda genera tensiones inflacionistas que están provocando que España pierda la ventaja de precios que logró durante la crisis energética gracias al sistema ibérico y a la distancia con Rusia.
Un lío para todos
La decisión del Gobierno de obligar a los municipios a subir su tasa de basuras supuso inicialmente una disputa política con la oposición. El Ejecutivo justificó este alza de la tasa por una directiva europea sobre el marco de residuos (2018/851) que determina que los costes de la gestión deben correr a cargo del productor inicial de los residuos. Esto es, el principio de "quien contamina paga".
Sin embargo, en una respuesta escrita a la eurodiputada del PP, Alma Ezcurra, el Parlamento Europeo señalaba que la subida de las tasas no es obligatoria. Es una de las herramientas que pueden utilizar los países para alcanzar este principio, pero hay otras muchas opciones.
El Gobierno optó por obligar a los ayuntamientos a aplicar una nueva tasa de basuras, pero dejó margen a los consistorios para determinar la cuantía y el reparto entre los hogares. El resultado está siendo una gran batalla política a nivel municipal porque cada consistorio ha diseñado su propia tasa.
El mejor ejemplo es el del Ayuntamiento de Madrid, que comenzó a cobrar esta tasa en el mes de septiembre. La oposición de izquierdas se ha opuesto a la tasa, incluso a pesar de que votaron a favor en el Congreso, alegando un defecto de forma. La líder de la formación en la ciudad, Rita Maestre, afirmó el pasado lunes: "Le decimos a los madrileños y madrileñas que pueden recurrir el basurazo de Almeida ellos mismos y ponemos a su disposición un modelo de recurso".
Los problemas de Madrid son solo un ejemplo de los enfrentamientos que está generando la tasa de basuras en todo el territorio nacional. Los alcaldes no quieren aplicar este recargo a sus vecinos porque no necesitan más recursos y son conscientes de que se encontrarán con un rechazo total. Otros ayuntamientos, como el de Barcelona, llevan ya varios años de aplicación progresiva de esta tasa para anticiparse a esta subida.
Esto ha provocado que el precio de la recogida de basuras, medido en el IPC, lleve ya un tiempo subiendo por encima de la media histórica. Aunque su verdadera aceleración se ha producido en septiembre, cuando Madrid empezó a aplicar la tasa, el alza ya era del 14% en agosto. Pero esto solo acaba de empezar, la mayor parte de españoles todavía desconoce que está a punto de llegarle la carta con el tasazo.
La nueva tasa de basuras (bautizada como basurazo por los partidos de derechas y de izquierdas) ya está rascando el bolsillo de los hogares españoles. Aunque los ayuntamientos están arrastrando los pies, una ley estatal aprobada (7/2022) obliga a elevar drásticamente el precio público de la recogida de residuos. Algunos municipios ya han empezado a cobrarla, el último de los grandes ha sido el de Madrid, y ha generado un gran rechazo popular por la magnitud de la subida.