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¿Se acabó apretarse el cinturón? Hogares y empresas se endeudan 15 años después
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Aumenta la ratio de apalancamiento

¿Se acabó apretarse el cinturón? Hogares y empresas se endeudan 15 años después

El pasivo del sector privado ha vuelto a crecer tras un largo ajuste. El crecimiento económico, la bajada de los tipos de interés y la revalorización de los activos están borrando las preocupaciones del pasado

Foto: Un escaparate en Bilbao. (EFE)
Un escaparate en Bilbao. (EFE)
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En el segundo trimestre de 2010 la deuda privada alcanzó máximos históricos en España, superando el 205% del PIB. Tras un largo proceso de desapalancamiento, hogares y empresas han reducido su pasivo a la mitad, bajándolo al 106% del PIB. Quince años después, el sector privado empieza a olvidar aquellos años aciagos para la economía española y está empezando a elevar su endeudamiento.

Por el momento es sólo un dato que no hace tendencia, pero el cambio es significativo: por primera vez desde los años de la burbuja financiera, el sector privado aumenta su pasivo en plena fase de expansión económica a un ritmo superior al crecimiento del PIB. Esto es, está elevando la ratio de endeudamiento. Una cifra que muestra, como pocas, el aumento de la confianza económica, ya que los agentes no piden créditos si piensan que no podrán pagarlos en el futuro. Una situación que contrasta con la incertidumbre global provocada por la guerra arancelaria.

Así los datos publicados el martes por el Banco de España. La deuda de hogares y empresas ascendió al 106,5% del PIB en el segundo trimestre, un incremento de 0,43 puntos respecto a los tres meses anteriores. Es el primer incremento de la ratio de endeudamiento del sector privado desde el año 2010, sin contar los años de la pandemia, en los que las empresas tuvieron que recurrir a préstamos para sobrevivir (incluyendo los créditos ICO).

En cifras absolutas, el sector privado aumentó su deuda en 30.000 millones de euros en el segundo trimestre del año. El aumento del saldo de deuda significa que están adquiriendo nuevos préstamos a un ritmo superior al de la amortización de créditos vivos.

Casi 12.000 millones corrieron a cargo de las empresas y otros 19.000 millones, a cargo de los hogares. Es un aumento de la deuda del 1,5% en un solo trimestre, el mayor incremento en una fase expansiva desde 2008. En el pico de la burbuja inmobiliaria.

La evolución de la economía ha terminado por generar optimismo entre hogares y empresas. El crecimiento económico, la revalorización permanente de los activos financieros y la vivienda, y los bajos tipos de interés, está empezando a generar optimismo. La deuda ya no sólo se ve como una amenaza, sino como una posibilidad para comprar una vivienda, aumentar el consumo o invertir.

Este cambio no tiene que interpretarse como una mala noticia. La deuda puede servir para generar crecimiento económico si obtiene un retorno superior a su coste. Sin embargo, este cambio obliga al Banco de España a vigilar que el crecimiento de los préstamos sea sostenible. España está ya en la fase del ciclo económico en la que pueden surgir desequilibrios, por lo que la supervisión macroprudencial adquiere una mayor relevancia.

Nuevos tiempos

Todavía está por ver si este aumento de la ratio de deuda es coyuntural o si se está produciendo un cambio de tendencia. Lo que es una realidad es que el ritmo de desapalancamiento ya venía frenando en los trimestres anteriores. Esto es, se trata de un movimiento que lleva tiempo gestándose.

El aumento de la deuda privada se debe, principalmente, a los hogares. El Banco de España lleva varios meses monitorizando el aumento de los préstamos a los hogares, aunque sin signos de preocupación por el momento. Mientras tanto, la bajada de los tipos de interés del BCE (incluso con tipos reales de corto plazo en negativo) están alimentando la demanda de crédito.

El alto precio de la vivienda, sumado al aumento del número de compraventas, está elevando los préstamos hipotecarios. Pero también está creciendo el crédito al consumo. La expectativa de que la economía seguirá mejorando en los próximos años aumenta la sensación de capacidad de pago de los hogares. En junio, por ejemplo, se registró el mayor crecimiento intermensual del saldo vivo de préstamos al consumo de los bancos españoles. Sólo en un mes aumentó su pasivo en 12.300 millones de euros.

En cifras absolutas, la deuda de hogares y empresas no financieras se ha consolidado por encima de los dos billones de euros. Es el dato más alto desde la primavera del año 2014, cuando el sector privado se encontraba en plena fase de desapalancamiento tras los años de la burbuja.

El aumento de la deuda se produce en un contexto de altos niveles de ahorro de los hogares y del aumento de su patrimonio. Según los datos del INE, la tasa de ahorro se mantuvo en el segundo trimestre por encima del 12% (en el 12,4%). Es más del doble que en los años previos a la pandemia, cuando el conjunto de familias seguían desendeudándose.

Esto es, se está produciendo al mismo tiempo un alto nivel de ahorro y un aumento de la deuda. Es consecuencia de la realidad tan diferente que viven muchas familias. Mientras una parte de la población tiene una situación holgada y puede ahorrar, otra parte necesita tirar de crédito bancario.

El efecto riqueza también anima a los hogares a pedir créditos, ya sea para invertir como para consumir. Sólo la revalorización de los activos financieros (excluyendo la vivienda) generó plusvalías de 41.000 millones de euros a los hogares en el segundo trimestre del año. Esto mejora rápidamente la situación patrimonial de los hogares, lo que genera mayor confianza para pedir créditos.

Pero los hogares también están generando importantes ingresos procedentes de los salarios y dividendos. A lo largo del segundo trimestre invirtieron otros 50.000 millones en activos financieros, con unos 23.000 millones en efectivo y depósitos; 8.500 millones en bolsa y fondos de inversión y otros 5.000 millones en seguros y planes de pensiones.

El aumento de los activos sigue siendo muy superior al de los pasivos, por lo que la situación financiera de los hogares sigue mejorando. Pero este dato agregado puede esconder un deterioro de la salud financiera de algunos hogares que empiezan a tirar del crédito para mantener sus gastos corrientes. Es el momento de prestar atención a los desequilibrios.

En el segundo trimestre de 2010 la deuda privada alcanzó máximos históricos en España, superando el 205% del PIB. Tras un largo proceso de desapalancamiento, hogares y empresas han reducido su pasivo a la mitad, bajándolo al 106% del PIB. Quince años después, el sector privado empieza a olvidar aquellos años aciagos para la economía española y está empezando a elevar su endeudamiento.

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