Bruselas avisa: España es el país que más recaudación tendrá que destinar a las pensiones
La generosidad del sistema español y el rápido envejecimiento que va a vivir el país llevará a destinar el 46% de los ingresos fiscales (incluyendo cotizaciones) a pagar las pensiones
El envejecimiento de la población es una de las mayores preocupaciones que tiene la Comisión Europea en materia económica. Así queda reflejado, blanco sobre negro, en su último informe anual sobre finanzas públicas. El gasto en pensiones va a ser el mayor reto fiscal que tendrán que enfrentar los gobiernos en las próximas décadas. Y España es el que está en una situación más delicada.
"Una parte cada vez mayor de los ingresos fiscales deberá destinarse al pago de pensiones si no se suben los impuestos, lo que planteará difíciles opciones de ajuste para los Estados miembro afectados", alerta la Comisión Europea. España será el país en el que más aumente este esfuerzo destinado a las pensiones. Si en el año 2022 equivalía al 35% de los ingresos fiscales (sumando impuestos y cotizaciones), en las próximas décadas subirá hasta el 46% en 2050. Esto situará a España en la posición más delicada de todos los países europeos y planteará un gran interrogante: sacrificar otras partidas o subir los impuestos.
España vive en la actualidad un espejismo, porque el gasto en pensiones todavía está en línea con la media europea. Esto da una imagen falsa de que la situación del país es equivalente a la del resto del continente. Pero no es así. El motivo es que la fase de envejecimiento de España va algo retrasada en comparación con los países más avanzados del continente. El baby boom y el desplome posterior de la natalidad se produjeron en España casi una década y media más tarde que en el centro de Europa. Pero esta prórroga está a punto de acabarse, porque la generación boomer ya ha empezado a jubilarse.
España no sólo es el país que más ingresos fiscales tendrá que destinar al pago de las pensiones, sino que también le sacará mucha distancia al segundo. Esa posición la ocupa Portugal, que también va con retraso en el ciclo demográfico. Según las previsiones de la Comisión, el gasto en pensiones de Portugal sería del 40% de su recaudación, frente al 46% que calcula para España.
Reformas
Cuando se compara a España con la media de la Unión Europea se aprecia la magnitud del esfuerzo fiscal que se necesitará en las próximas décadas. La Comisión calcula que el gasto en pensiones de los 27 será del 30%, esto es, 15 puntos menos que España. Para comprender la magnitud de esta brecha es equivalente a toda la recaudación del IVA.
La Comisión Europea elabora estos cálculos a partir de las bases de datos de los informes Ageing Report y Taxation Trends elaborados por la propia Comisión y los distintos países. La Comisión parte de la hipótesis de que la presión fiscal se mantiene sin cambios. Sobre esa base, proyecta las cifras de gasto en pensiones esperado a largo plazo. De media hasta 2050, España tendría que destinar el 40% de los ingresos fiscales al pago de las pensiones, también el dato más alto de toda la UE.
La mala situación en la que queda España se debe tanto al elevado gasto en pensiones como a la escasa recaudación, ambos en comparación con el resto de la Unión Europea. Según los últimos datos cerrados a nivel comunitario, del año 2023, los ingresos fiscales de España no alcanzan el 37% del PIB, mientras que la media de la UE casi llega al 40%.
Estos tres puntos de diferencia son clave para la mala posición de la que parte España. Elevar la presión fiscal a los niveles de la UE generaría casi 50.000 millones de euros adicionales para el sector público. A medida que las tensiones de gasto vayan en aumento por el envejecimiento, los Gobiernos podrían plantearse subir los impuestos para sufragar las pensiones y evitar así los recortes. La propia Comisión lo reconoce: sin reformas en los ingresos o en el gasto en pensiones, "se reducirá el margen en otras áreas del envejecimiento (salud, cuidados de larga duración y educación) y no relacionadas con el envejecimiento (como I+D, medio ambiente, defensa o vivienda)".
Hoy por hoy las pensiones son intocables para los partidos políticos. Las últimas reformas han blindado la generosidad del sistema español. Según los datos de la Comisión, España es el país europeo con mayor tasa de sustitución (porcentaje del último salario previo a la jubilación que se garantiza con la pensión inicial), ascendiendo hasta el 77%. Según los cálculos actuariales de la Autoridad Fiscal (AIReF), un jubilado medio terminará cobrando un 60% más de lo que cotizó durante su vida laboral, una vez actualizadas sus contribuciones con el crecimiento del PIB y la inflación.
Las previsiones del Ageing Report sitúan a España como el país con más gasto público en pensiones hacia mediados de siglo, con un 17% del PIB. Son cuatro puntos más que la media de la eurozona. Con el agravante de que sus ingresos públicos también son inferiores.
Esta tendencia del gasto en pensiones obligará a futuros gobiernos a elegir entre recortar el margen para otras partidas o subir los impuestos. La Comisión ya lo advierte: los países que parten de una situación más desequilibrada tendrán que afrontar “difíciles decisiones de ajuste”.
El envejecimiento de la población es una de las mayores preocupaciones que tiene la Comisión Europea en materia económica. Así queda reflejado, blanco sobre negro, en su último informe anual sobre finanzas públicas. El gasto en pensiones va a ser el mayor reto fiscal que tendrán que enfrentar los gobiernos en las próximas décadas. Y España es el que está en una situación más delicada.