El PIB creció un 0,6% en el primer trimestre, lo que supone una ligera desaceleración
La demanda interna explica casi la totalidad del avance ante el estancamiento de la demanda externa en un contexto internacional complejo
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La economía española creció en el primer trimestre de 2025 lo anticipado por el INE en abril. Según el dato publicado este miércoles, la variación fue del 0,6% respecto al trimestre anterior en datos ajustados de efectos estacionales y de calendario. Esto supone una décima menos que en el cuarto trimestre de 2024 y el menor crecimiento para un trimestre desde el segundo de 2023, por lo que se aprecia una ligera pero progresiva desaceleración del crecimiento.
El ritmo en términos anuales es todavía dinámico, del 2,8%, pero inferior al 3,2% de 2024, año que rebasó las expectativas. El dato del primer trimestre es suficiente para que España siga liderando el crecimiento entre los principales países desarrollados, por ejemplo, Alemania avanzó un 0,4% y Francia tan solo un 0,1%. Como ya había anticipado el INE, la demanda interna es la que tira del crecimiento, mientras que la externa prácticamente se estanca.
De hecho, el INE revisa ligeramente al alza la demanda interna respecto a su publicación de abril y a la baja la externa. Según los nuevos datos, el avance habría sido del 0,5% trimestral y del 0,1%, respectivamente. Dentro de la demanda interna, se revisan al alza el consumo privado (+0,2) pero especialmente, la formación bruta de capital fijo, la inversión, (+0,5) en los apartados más relevantes: inversión en equipo en más de un punto porcentual (+1,0), construcción (+0,3), y solo se revisa a la baja del consumo público (-0,6). Dentro de la demanda externa, la revisión a la baja se concentra fundamentalmente en una mayor importación de bienes (+0,9) fruto del tirón de la demanda interna.
En total, el consumo de los hogares creció un 0,6% en el primer trimestre, tres décimas menos que a finales de 2024 y el consumo de las administraciones públicas registró una variación negativa del 0,4%, la primera de este signo en más de dos años. La inversión creció un 1,6%, la mitad que en los tres últimos meses del año anterior (3,4%), pero todavía un avance notable.
En el plano exterior, las exportaciones de bienes cayeron un 0,3% continuando con el descenso ya experimentado a finales de 2024, pero las exportaciones de servicios repuntaron hasta el 5,4% por el turismo y por los servicios no turísticos. En consecuencia, el total de las exportaciones crecieron un 1,7%, solo una décima más que las importaciones (1,6%).
Por sectores, el mayor dinamismo se dio en la agricultura (8,2%), seguida de la industria (1%) y de la construcción (0,4%). Los servicios tan solo produjeron un 0,2% más que en el trimestre anterior, con caídas notables en algunas ramas, como información y comunicaciones (-3,9%) y la administración pública (-0,4%).
Revisión a la baja de las previsiones para 2025
En los últimos meses, gran parte de las instituciones y centros de estudios han revisado sus previsiones a la baja por la complicada situación internacional. Por ejemplo, el Banco de España proyectó un crecimiento anual del 2,4% para 2025 en su último ejercicio trimestral, publicado a principios de junio, lo que supuso un descenso de tres décimas respecto a su proyección de marzo.
Uno de los motivos es que la incertidumbre y el deterioro de la confianza incidirán negativamente sobre el consumo a lo largo del año, por lo que espera que mantenga avances inferiores a los observados en 2024. Aunque la economía española tiene poca exposición directa al comercio con Estados Unidos, el impacto indirecto de la guerra comercial puede ser significativo en el conjunto del año, aunque no se notó en el primer trimestre, meses en los que aún no estaban en vigor los aranceles del 10%, iniciados en abril.
La AIReF también rebajó en mayo su previsión hasta el 2,3% en 2025, dos décimas menos que en su ejercicio anterior. Aunque la demanda interna será la que tire del crecimiento en el año, el sector exterior tirará a la baja afectado por la guerra comercial. En contraste, el Gobierno mantiene por el momento su previsión en el 2,6% incidiendo en que el aumento del consumo privado compensará la subida de los aranceles.
De hecho, el simulador del PIB en tiempo real de la AIReF, que se actualiza semanalmente, marca un crecimiento de tan solo el 0,3% en el segundo trimestre de 2025, la mitad que en el primero, por lo que la cifra anual se situaría en el 2,3%. Este dato se ha ido reduciendo según se han ido conociendo más cifras referidas especialmente al mes de abril. En concreto, la caída desde una tasa del 0,6% comenzó con la publicación de la afiliación del mes de mayo, peor de lo que cabría esperar para el mejor mes en creación de empleo.
En la misma línea apuntaron indicadores como el índice de precios industriales, los PMIS, las ventas y retribuciones de las grandes empresas y el índice de cifra de negocios del sector servicios. El primer dato oficial del crecimiento del segundo trimestre lo publicará el INE a finales del mes de julio.
La economía española creció en el primer trimestre de 2025 lo anticipado por el INE en abril. Según el dato publicado este miércoles, la variación fue del 0,6% respecto al trimestre anterior en datos ajustados de efectos estacionales y de calendario. Esto supone una décima menos que en el cuarto trimestre de 2024 y el menor crecimiento para un trimestre desde el segundo de 2023, por lo que se aprecia una ligera pero progresiva desaceleración del crecimiento.