El gráfico de la Comisión que sitúa a España en el peor puesto para pagar las pensiones
El informe anual sobre recaudación muestra las dificultades en las que ha quedado España tras la reciente reforma de pensiones. Será el país de la UE con mayor gasto público en pensiones desde 2044 hasta 2066
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El informe anual sobre tributación que publica la Comisión Europea dedica este año un capítulo especial al envejecimiento de la población. Pagar las pensiones es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los países europeos, y esto tiene una incidencia directa sobre el sistema tributario. A medida que aumentan las necesidades de gasto y las cotizaciones sociales no dan más de sí, se está recurriendo a los impuestos para mantener los pagos.
La Dirección General de Fiscalidad de la Comisión Europea hace un análisis de la situación que afronta cada uno de los países de la Unión. Y las peores noticias son para España.
El punto de partida es un país con un alto déficit estructural (del orden del 3% del PIB) que ha tenido graves dificultades para consolidar sus cuentas públicas, como bien muestra la deuda pública en el 101% del PIB, el cuarto peor de la UE. Pero, además, es el país europeo en el que más aumentará el gasto en pensiones. Dos factores lo explican: la generosidad del sistema y el retraso demográfico de España, porque el baby boom comenzó casi una década más tarde que en el centro de Europa.
La Comisión Europea elabora el siguiente gráfico en el que se compara la situación de las cuentas públicas y las previsiones de gasto en pensiones. En el eje vertical se muestra el déficit público promedio de la última década (2013-2022) y en el horizontal, el incremento del gasto en pensiones previsto para el periodo 2022-2050.
El gráfico se divide en cuatro cuadrantes. El superior izquierdo es el más favorable, en el que están países con un déficit público reducido y unas proyecciones de gasto en pensiones contenidas. En este cuadrante se encuentran Suecia, Dinamarca, Malta, Finlandia, Estonia o Letonia.
Por el contrario, el cuadrante inferior derecho es el que combina altos déficits con previsiones de un gran aumento del gasto en pensiones. En este aparece Italia, Rumanía, Eslovenia o Portugal. Pero el que está más a la derecha y más abajo es España. El peor de todos.
España ha tenido persistentemente déficits públicos elevados. Es cierto que en la actualidad no es el peor de Europa (Italia o Francia tienen una situación más delicada), de hecho no tiene abierto un procedimiento de déficit excesivo. El principal motivo es la subida de impuestos encubierta gracias a la progresividad en frío del IRPF. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya ha alertado de que España no seguirá reduciendo su déficit público a menos que adopte medidas de ajuste.
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En paralelo, España tiene la peor proyección de crecimiento del gasto en pensiones. De media, desde 2022 hasta 2050 España gastará 2,5 puntos del PIB más que en el año 2022. Este gasto irá creciendo de forma paulatina a medida que la generación del baby boom se vaya jubilando. En estos primeros años será más fácil soportar el gasto, pero la situación empezará a complicarse a partir de la próxima década. Estar preparado para cuando llegue ese momento será clave para superarlo con éxito.
Según los cálculos de la Comisión Europea, España será el país con mayor gasto en pensiones sobre el PIB desde 2044 hasta 2066. Hasta entonces, el país con mayor esfuerzo presupuestario va a ser Italia y, desde ese año 2066, será Luxemburgo.
La Comisión Europea señala que los países de este cuadrante tendrán "dificultades adicionales en las finanzas públicas por el gasto creciente en pensiones". En el caso concreto de España, señala que el gasto en pensiones públicas hasta 2050 será equivalente al 41% de los ingresos tributarios anuales.
También en esta métrica España es el país con peor ratio. Esto es, que más esfuerzo de la recaudación tendrá que destinar al pago de las pensiones. Le siguen Portugal, con un 39,1%; Italia, con un 38,8% y Rumanía, con un 38,3%.
La Comisión señala que estos datos deberían ser suficiente estímulo como para que España empiece a adoptar medidas correctoras lo antes posible. En concreto, señala que esta información "podría ser un incentivo para adelantar reformas tributarias que mejoren la sostenibilidad de las finanzas públicas con una perspectiva de largo plazo".
Cada vez es más evidente que las pensiones públicas van a tener que financiarse con impuestos a medida que las cotizaciones se vayan quedando cortas. Esto explica que la recomendación de la Comisión Europea de realizar las reformas fiscales necesarias no se limite a las cotizaciones, sino a todo el sistema tributario. En otras palabras, será necesario seguir subiendo los impuestos para pagar las pensiones.
De hecho, la Comisión Europea calcula que las subidas de cotizaciones aprobadas (que están entrando en vigor de forma paulatina) y la no deflactación del IRPF a los pensionistas provocarán que España sea el país europeo que más va a subir la presión fiscal sobre rentas del trabajo. En concreto, calcula que los ingresos sobre los salarios aumentarán en 2 puntos del PIB desde 2022 hasta 2050. La subida de impuestos ya está en marcha.
El informe anual sobre tributación que publica la Comisión Europea dedica este año un capítulo especial al envejecimiento de la población. Pagar las pensiones es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los países europeos, y esto tiene una incidencia directa sobre el sistema tributario. A medida que aumentan las necesidades de gasto y las cotizaciones sociales no dan más de sí, se está recurriendo a los impuestos para mantener los pagos.