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El euro se hunde como moneda de pago en las transacciones internacionales
  1. Economía
ESTUDIO DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

El euro se hunde como moneda de pago en las transacciones internacionales

La geopolítica no sólo se juega en el plano militar o diplomático. También se relaciona con la hegemonía de unas monedas frente a otras, y Europa, entre 2021 y 2024, ha perdido la partida

Foto: Monedas de euro y billetes. (Pixabay)
Monedas de euro y billetes. (Pixabay)
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La geopolítica no sólo se juega en el plano militar o diplomático. También se relaciona con la hegemonía de unas monedas frente a otras, y Europa puede estar perdiendo la partida. Lo ha hecho, desde luego, en el último trienio. Los datos están aquí, y lo que reflejan es una fuerte caída en el uso del euro como moneda de pago en las transacciones internacionales. Entre 2021 y 2024, en concreto, la cuota del euro realizada a través de los intercambios transfronterizos que operan las instituciones financieras, que suponen el 80% de las operaciones, cayó nada menos que 6,6 puntos, hasta el 18%.

La posición perdida la han ocupado otras divisas. En particular, el dólar, que ha ganado 2,5 puntos, hasta 53,4%, mientras que el uso del renminbi chino ha crecido en 1,5 puntos, hasta el 3,7%. Las otras dos grandes divisas, la libra esterlina y el yen japonés, han mantenido prácticamente su cuota en el reparto de las operaciones transfronterizas, que no sólo incluye monedas físicas, sino, también, criptomonedas. En total, un inmenso mercado que roza ya los 1.000 billones de dólares. Es decir, alrededor de diez veces el PIB mundial.

Ahora bien, el uso de criptomonedas y 'stablecoins' (monedas vinculadas a un activo estable), en relación con las transacciones realizadas con dinero físico, continúa siendo residual, aunque en crecimiento. El año pasado se realizaron transacciones por alrededor de 2,5 billones de dólares, lo que representa todavía una fracción muy pequeña de los pagos transfronterizos globales.

Pagos transfronterizos

Los datos proceden de un estudio recién publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), realizado a partir de la información suministrada por Swift (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, por sus siglas en inglés) que es el gran medio de pago existente en el mundo. Swift registra tanto el valor de las operaciones comerciales, la inversión de cartera, ya sean acciones o bonos, como la inversión extranjera directa (IED). Estas tres rúbricas, junto a las operaciones entre particulares, cuyo peso es sustancialmente menor, configuran los pagos transfronterizos.

Esto significa, como sostiene el FMI, que EEUU y Europa representan el 71,4% de Swift, un porcentaje muy superior a su peso económico en el mundo, lo que explica que algunos países (en particular, China y Rusia) lleven ya tiempo buscando una alternativa que, por el momento, está lejos de materializarse. En cuanto a las operaciones entre clientes, no estrictamente financieras, EEUU y Europa suponen más del 80% de las operaciones. Ahora bien, con una significativa diferencia entre ambas regiones.

La hegemonía del dólar es un hecho desde al menos la creación del sistema de Bretton Woods, poco antes de que acabara la II Guerra Mundial. Y lo que ha ocurrido en los últimos años, que es el periodo que analiza el FMI, es que buena parte del capital europeo se ha ido hacia EEUU en busca de mayor rentabilidad. Tanto como consecuencia de la revalorización de los mercados bursátiles (que se mueven en dólares) como por el hecho de que EEUU es el país del mundo con mayor inversión extranjera directa. El mayor crecimiento de su economía ha hecho el resto.

En cuanto a las operaciones entre clientes, no estrictamente financieras, EEUU y Europa suponen más del 80% de las operaciones

El FMI destaca que las transacciones de gran valor, es decir, por una cuantía superior a los 50 millones de dólares, representan más del 60% de los pagos de clientes y más del 80% de los pagos transfronterizos de instituciones financieras. Sin embargo, los pagos de pequeño valor constituyen la mayoría en cuanto a número.

El Fondo Monetario destaca algo ya conocido: el "desproporcionado" peso del dólar en las transacciones de divisas, aunque lo relevante para los autores del estudio es que una proporción muy elevada se realiza entre economías terceras, lo que significa que EEUU no es ni el origen ni el beneficiario del pago. Por ejemplo, una operación entre España y Reino Unido. Este patrón, sin embargo, no se cumple en los pagos a clientes, donde una gran proporción de los pagos en dólares estadounidenses involucra a EEUU como origen o beneficiario.

El Fondo Monetario destaca algo ya conocido: el "desproporcionado" peso del dólar en las transacciones de divisas

El FMI pone el acento en su estudio en las repercusiones que pueden estar teniendo las tensiones geopolíticas en el uso de una divisa u otra en todo tipo de transacciones transfronterizas, y el resultado puede sorprender. Lo que ha observado a la vista de las operaciones realizadas a través de Swift es que los riesgos geopolíticos no han tenido un “efecto significativo” sobre los pagos de los clientes. Por el contrario, su efecto es mayor en el caso de los pagos entre instituciones financieras. Estos hallazgos, sostiene, podrían reflejar la dinámica de los refugios seguros en respuesta a un mayor riesgo geopolítico.

Otro de los hallazgos se vincula al aumento de la fragmentación regional en torno a los dos países de referencia: EEUU y China. Y lo que se ha observado es que la fragmentación geoeconómica podría ser una fuerza subyacente que respalde el creciente papel del renminbi chino en los pagos transfronterizos. De la misma manera, los pagos entre bloques homogéneos, en este caso el euro y la libra esterlina, aumentan en respuesta a una mayor fragmentación. Esto se debe a la existencia de vínculos económicos tradicionales entre países, como los flujos comerciales y financieros, y los factores culturales, como la distancia geográfica, el idioma compartido y los lazos coloniales, que determinan la relevancia de los pagos transfronterizos.

La geopolítica no sólo se juega en el plano militar o diplomático. También se relaciona con la hegemonía de unas monedas frente a otras, y Europa puede estar perdiendo la partida. Lo ha hecho, desde luego, en el último trienio. Los datos están aquí, y lo que reflejan es una fuerte caída en el uso del euro como moneda de pago en las transacciones internacionales. Entre 2021 y 2024, en concreto, la cuota del euro realizada a través de los intercambios transfronterizos que operan las instituciones financieras, que suponen el 80% de las operaciones, cayó nada menos que 6,6 puntos, hasta el 18%.

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