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Blanchard: "Si crece más el déficit en EEUU es probable que haya una crisis presupuestaria"
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ENTREVISTA CON EL ECONOMISTA FRANCÉS

Blanchard: "Si crece más el déficit en EEUU es probable que haya una crisis presupuestaria"

Trump lo ha trastocado todo. Su política arancelaria no es siquiera lo más relevante, sino su capacidad para crear incertidumbres. Así piensa uno de los economistas más influyentes del mundo, algo más que preocupado con la deuda

Foto: El economista Olivier Blanchard posa para El Confidencial en la sede de la Fundación BBVA en Bilbao. (J. G. O.)
El economista Olivier Blanchard posa para El Confidencial en la sede de la Fundación BBVA en Bilbao. (J. G. O.)
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La entrevista (el pasado jueves) se celebra en Bilbao, en el marco de la entrega de los premios Fronteras del Conocimiento que patrocina la Fundación BBVA. Uno de los galardonados ha sido Olivier Blanchard (Amiens, 1948), probablemente uno de los economistas con mayor proyección y más influyentes del planeta. Antiguo jefe de economía del FMI, luce un aspecto florentino. Alto, delgado y con una sonrisa nada forzada, como si hubiera llegado a la capital vizcaína después de unas vacaciones en la Costa Azul. El final de cada respuesta lo acompaña de una especie de guiño, como si quisiera buscar la complicidad del entrevistador. Hoy está preocupado, fundamentalmente, por todo lo que viene de EEUU. No le preocupa tanto lo que piense Trump, como su capacidad para generar incertidumbres. Blanchard es, probablemente, el mejor exponente de eso que se llama neokeynesianismo.

PREGUNTA.- Hay quien dice que los banqueros centrales saben mucho de política monetaria, pero lo que manda es hoy la geopolítica. No sé si cuentan con las herramientas suficientes para entender sus efectos sobre la economía.

RESPUESTA.- Creo que los bancos centrales están equipados para ver cuáles son las implicaciones de la geopolítica en términos macroeconómicos. Pero no tienen herramientas suficientes para saber qué hacer con Irán. Ese no es su trabajo. Su trabajo es hablar de empleo, de inflación... Y siempre que la geopolítica ha supuesto algún tipo de crisis importante, como con la pandemia, han respondido. Ahora tenemos la guerra de los aranceles con la incertidumbre que han generado. Nosotros, como investigadores, tenemos que sentarnos con los banqueros centrales y con quienes hacen política. Sentarnos para ver cómo una cosa afecta a la otra.

A mí me preocupa mucho más mi país, Francia, y también EEUU. No me preocupa España o Italia, porque tienen una deuda estable

P.- ¿Por qué es tan importante una comunicación creíble en política monetaria.

R.- Creo que es fundamental porque el mensaje es lo que garantiza la independencia. Crear un banco central independiente es esencial para que pueda cumplir con su mandato, que es la estabilidad de precios. Hemos tenido una inflación desproporcionada y ya hemos visto los resultados. Con la pandemia, la inflación subió enormemente y causó disrupciones, pero consiguieron anclar las expectativas. Eso refleja la credibilidad de los bancos centrales. El problema surge cuando la gente dice: no creemos en ellos. Ahí es donde empiezan a tener problemas los bancos centrales para tomar decisiones.

P.- El 9 de julio acaba el plazo para que EEUU y Europa decidan un nuevo marco de relaciones comerciales. ¿Habrá acuerdo?

R.- Los plazos ya no significan nada. A menudo son falsos. Lo importante es que se solucionen las cosas. Quizás en 90 días.

placeholder Foto: J. G. O.
Foto: J. G. O.

P.- ¿Y qué va a ocurrir?

R.- Esa es la pregunta. Le compete tanto a China, como a Vietnam, como a Europa. En cada caso, creo que depende del poder de negociación de cada país que está siendo atacado por la Administración Trump. En el caso de Europa, lo que quiere EEUU es que se considere el IVA como un arancel, pero el IVA no es un arancel. Europa no va a dejar de utilizarlo, por supuesto. Trump quiere también que Europa deje de interferir en Amazon, en Meta, etcétera. Y Europa no va a dejar de hacerlo porque si no estaríamos ante un poder monopolístico enorme y Europa lucha contra esto. Luego están las redes sociales, que también podrían tener un poder enorme. Europa seguirá poniendo limitaciones, y por eso Trump está muy enfadado. También está el asunto de las medicinas, de la industria farmacéutica de EEUU. Lo que sabemos es que Europa negoció mucho mejor con las farmacéuticas y tiene precios mucho más bajos, y eso hace que en EEUU sean superiores. Los estadounidenses no quieren pagar más por los medicamentos. Eso es lo que la Administración Trump quiere. Entonces, ¿qué hacemos? Quizás se pueden adoptar gestos simbólicos o comprometerse a comprar más aviones F-45 o más soja o más gas natural. Pero eso son nimiedades. Quizá Trump lo vea como una victoria simbólica, pero si no hay acuerdo hay que contraatacar para que los aranceles sobre cada producto tengan un coste político en función de dónde se produce. ¿Qué ocurrirá a continuación? Pues no lo sabemos. Es muy difícil predecir a ese señor. Quizás los duplique o se retire sin que lo parezca. En todo caso, hay que darle cierta sensación de victoria. No sabemos qué quiere hacer ni qué va a hacer. Tenemos una estrategia en Europa, aunque veremos cómo sale. Pero evidentemente hay muchísimas incertidumbres.

Si hubiera un buen mercado de eurobonos, Europa se financiaría más barato y podría competir con los americanos

P.- Los niveles de deuda pública son muy elevados en países como Francia, España, Italia, por encima del 100% del Producto Interior Bruto. En un contexto de auge de los partidos populistas de los partidos de extrema derecha, ¿no cree que reducir el gasto público puede alimentar el crecimiento de los partidos populistas?

R.- Creo que lo importante es que esas ratios sean estables. Mientras lo sean, no hay problemas. No es necesario reducir los niveles de déficit y de deuda. Hay que jugar con ello, aunque sea una deuda alta como Francia, España o Italia. No pasa nada. El problema nace cuando se preocupan los inversores y hay un déficit primario [sin incluir el pago de los intereses de la deuda pública] que no desaparece. Por ejemplo, a mí me preocupa mucho más mi país, Francia, y también EEUU. No me preocupa España o Italia, porque tienen una deuda estable y puede seguir así. En el caso de Francia, tenemos que reducir el déficit primario, quizás un 4% del PIB. El problema es que políticamente es muy difícil hacerlo. Especialmente, en este contexto, pero de alguna manera habrá que hacerlo. El riesgo es que esto estimule a la oposición, tanto a la derecha radical como a la izquierda radical. Hay otros países que tienen el mismo problema por razones políticas.

P.- Usted ha comentado en alguna ocasión que EEUU está ignorando de manera sistemática los niveles de deuda pública y de déficit. ¿Qué consecuencias puede tener para la economía mundial?

R.- Creo que lo que hace EEUU es muy peligroso. Su posición es especial porque los bonos del Tesoro siguen siendo muy importantes y el mercado es muy amplio. Incluso si compras activos a un año y piensas que te van a devolver el dinero, es muy peligroso si esto sigue así. EEUU se parece cada vez más a un mercado emergente, como ocurrió en España durante un cierto periodo, cuando los inversores buscaban otros sitios donde invertir. Es una oportunidad para Europa aprovechar que los inversores busquen algo distinto al Tesoro de EEUU, no sé, bitcoins u oro. Si hubiera un buen mercado de eurobonos europeo podría competir con los americanos y ser una buena alternativa, lo que permitiría a Europa financiarse más barato. Estoy promocionando un mercado de eurobonos para que la deuda de cada país se convierta en una deuda común y cualquier persona pudiera entrar al mercado. En el caso de EEUU, si los inversores se vuelven muy pesimistas, van a pedir intereses más altos y eso va a empeorar la dinámica de la deuda, que es lo que ocurre siempre en los mercados emergentes, que a veces se desbocan. ¿Va a ocurrir este año o el que viene? No se sabe. Pero si sigue creciendo el déficit en una serie de años es probable que se vaya a producir una crisis presupuestaria en EEUU, y eso puede tener repercusiones financieras. Es evidente que no va a ocurrir inmediatamente, pero es preocupante la falta de intentos por reducir el déficit. Es preocupante para EEUU y también para el mundo.

EEUU se parece cada vez más a un mercado emergente, como le ocurrió a España, cuando los inversores buscaban otros lugares

P.- El informe Letta decía que cientos de miles de millones de inversión europea se iban cada año a EEUU en busca de mayor rentabilidad, qué se puede hacer para repatriar ese dinero.

R.- Europa tiene un superávit y EEUU no. Y esto es porque nosotros ahorramos o no invertimos tanto. ¿La solución es ahorrar menos nosotros?, eso no es lo que queremos hacer, ¿o buscamos la manera de invertir más? Creo que el informe de Draghi se podría considerar como un buen punto de partida. Europa debe asumir más riesgos en las inversiones. Esto quiere decir mercados más integrados o que algunas instituciones financieras asuman más riesgos. Y creo que si hacemos esto tendremos más inversión y menos flujo de capitales hacia EEUU. Todo esto está interconectado y tenemos que plantearnos cómo invertir más.

P.- ¿Sigue viva la obra de Keynes o está superada por las plataformas digitales, por los algoritmos y, en general, por la nueva economía? Se lo pregunto porque usted es, probablemente, el máximo representante de lo que se ha llamado neokeynesianismo.

R.- El enfoque keynesiano nos sirve para afrontar las principales distorsiones que se producen en las crisis económicas y así encontrar una solución. Lo que hemos hecho es algo en lo que la profesión está en general de acuerdo. Antiguamente, teníamos básicamente que simplificar las cosas en dos ecuaciones porque no había ordenadores y teníamos que hacerlo a mano. Pero ahora tenemos ordenadores, con lo cual los modelos pueden ser más complejos. Con la inteligencia artificial, además, vamos a poder utilizar datos mucho más granulares para entender cómo se comportan los consumidores, cómo se comportan las empresas… Así que yo creo que cada vez más estamos utilizando técnicas más complejas que no existían hace cinco años siquiera. Son más potentes y podemos hacer cosas que antes no podíamos. Nos van a llevar mucho más allá. Estas nuevas técnicas son muy valiosas para mí como macroeconomista. Yo antes solo tenía acceso a datos agregados, el consumo agregado, el PIB…. Ahora puedo casi saber lo que hace cada consumidor y pensar cómo se comporta y así tener mejor sensación de lo que está ocurriendo. Esas nuevas tecnologías no permitirán saber cómo están cambiando las cosas. No cómo nos las planteamos, sino cómo procesamos los datos. Y eso va a llegar

La IA puede dar lugar al desempleo tecnológico y si hay mucho paro tecnológico las repercusiones políticas pueden ser muy malas

P.- Cómo se explica que el debate sobre el desempleo haya desaparecido de la agenda pública europea con crecimientos tan modestos.

R.- Son dos problemas distintos. Europa tiene dos problemas. Uno es que el crecimiento de la productividad es muy bajo y en algunos países falta empleo. En ambos casos, es el resultado de instituciones que distorsionan el mercado laboral, lo cual hace que a las empresas no les interese contratar a trabajadores. En cuanto a la productividad, tiene que ver con lo que se preguntaba Draghi en su informe: por qué no estamos invirtiendo en las tecnologías más punteras. Son retos que tienen que ver con las instituciones que existen en el mercado laboral, con las instituciones en los mercados financieros o con la propia naturaleza de las corporaciones europeas. Tenemos que trabajar con los tres modelos. Lo que queremos idealmente es bajar el desempleo, pero las diferencias varían entre los países. En España preocupa sobre todo el desempleo entre los jóvenes. La pregunta es: por qué las empresas no quieren contratarlos. ¿O por qué algunos trabajadores no quieren algunos puestos que les ofrecen? Esto es muy importante planteárselo porque la IA va a afectar tanto a la productividad como al empleo. Hay un gran reto por delante si no tenemos cuidado. La IA puede dar lugar al desempleo tecnológico y si hay mucho desempleo tecnológico las repercusiones políticas pueden ser muy malas. Esos son grandes retos.

placeholder Bilbao, País Vasco, 19/06/2025: El economista y uno de los ganadores de la XVII edición de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, Olivier Blanchard, posa para una entrevista con EC. (Jon Garate Ondarre)
Bilbao, País Vasco, 19/06/2025: El economista y uno de los ganadores de la XVII edición de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, Olivier Blanchard, posa para una entrevista con EC. (Jon Garate Ondarre)

P.- Cómo está viendo el segundo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca.

R.- Creo que hay dos cosas. Hay, por un lado, algo que supera a Trump, que es un movimiento hacia gobiernos autocráticos en todas partes. Algunos no me gustan, como Viktor Orbán, pero desde mi punto de vista es más responsable que Trump. Trump es otra cosa. La incertidumbre asociada a Trump es algo único. Hemos visto dictadores: Mussolini, Hitler, Franco…, que tenían una visión clara, aunque no te gustara. Pero por lo menos sabíamos cuál era su programa. Trump es otra cosa, no se sabe lo que va a hacer en cada momento. Y eso es algo que nunca ha ocurrido y que espero que desaparezca.

P.- Cómo ve la economía española

R.- No quiero hablar sobre la economía española, pero no porque no me importe. Trabajé hace muchos años con Samuel [Bentolila] o Jimeno [Juan F. Jimeno] y entonces el gran problema era que el desempleo era muy alto. Había problemas con las instituciones del mercado laboral. Pero no he vuelto a tocar ese tema desde hace más de 25 años. Así que para mí lo más inteligente es no decir nada al respecto.

La entrevista (el pasado jueves) se celebra en Bilbao, en el marco de la entrega de los premios Fronteras del Conocimiento que patrocina la Fundación BBVA. Uno de los galardonados ha sido Olivier Blanchard (Amiens, 1948), probablemente uno de los economistas con mayor proyección y más influyentes del planeta. Antiguo jefe de economía del FMI, luce un aspecto florentino. Alto, delgado y con una sonrisa nada forzada, como si hubiera llegado a la capital vizcaína después de unas vacaciones en la Costa Azul. El final de cada respuesta lo acompaña de una especie de guiño, como si quisiera buscar la complicidad del entrevistador. Hoy está preocupado, fundamentalmente, por todo lo que viene de EEUU. No le preocupa tanto lo que piense Trump, como su capacidad para generar incertidumbres. Blanchard es, probablemente, el mejor exponente de eso que se llama neokeynesianismo.

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