Se acabaron las bajadas de los tipos de interés: lo que cambia el conflicto en Oriente Medio
Los precios energéticos ya superan ampliamente los supuestos que utilizó el BCE para elaborar sus perspectivas de inflación. En un mundo de 'shocks' geopolíticos es poco probable que los tipos bajen del 2% actual
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Los miembros del Banco Central Europeo lo han repetido siempre que se les ha preguntado en las últimas tres semanas: el escenario internacional es tan inestable que no se pueden comprometer con una determinada senda de los tipos de interés. Dicho y hecho. La escalada de tensión entre Israel e Irán ha echado por tierra cualquier esperanza de bajadas de tipos de interés.
La subida de los precios energéticos desde que Israel comenzó los ataques ha dejado obsoletas las previsiones de inflación del Banco Central Europeo, elaboradas hace sólo dos semanas. El mercado anticipaba entonces un precio medio del petróleo de 66,7 dólares para el conjunto del año. Sin embargo, después de subir un 17% en las dos últimas semanas, cotiza en 76 dólares, diez dólares por encima del supuesto con el que elaboró el BCE su previsión de inflación.
Esta desviación no es culpa del BCE, ya que los supuestos de energía o tipos de cambio no son suyos, sino que utiliza la cotización de los futuros de estos activos en el mercado. Hasta hace dos semanas, los inversores creían que el precio del barril seguiría bajando a lo largo del año, pero ahora este escenario ya no parece tan evidente.
Una situación similar ocurre con el gas, aunque la subida no ha sido tan grave porque la producción en la región es muy inferior a la del crudo. El precio de referencia del gas en Europa, el TTF holandés, ha subido un 12% en las dos últimas semanas. Un incremento que le lleva a superar los 40 euros por primera vez desde el día de la liberación del presidente estadounidense, Donald Trump.
En el momento en el que el BCE elaboró sus proyecciones, el mercado anticipaba que el precio medio del contrato del gas a lo largo del año sería de 38 euros y que en 2026 bajaría hasta 33 euros. Este escenario también se ha esfumado, al menos para las próximas semanas o meses.
En definitiva, los supuestos técnicos empleados por el BCE para elaborar sus previsiones de inflación han quedado superados por la realidad. Los miembros del eurobanco ya eran conscientes de que sus previsiones estaban sujetas a una gran incertidumbre. Y actuaron en consecuencia sin comprometerse a ninguna senda de tipos de interés.
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La subida de los precios energéticos acaba con las escasas posibilidades de que el eurobanco siga bajando el precio del dinero. En el caso de que la inflación vuelva a repuntar como consecuencia del conflicto en Oriente Medio, los tipos de interés reales se situarán claramente en negativo. Actualmente está prácticamente en equilibrio, ya que tanto el precio del dinero como la inflación actual y las perspectivas de corto y medio plazo están estables en el 2%.
Una subida de la inflación, aunque fuese durante unos meses, llevaría a tipos de interés reales negativos en la eurozona, una política monetaria que el BCE no quiere en estos momentos. Es más, el BCE ya contaba con un cierto repunte de la inflación en la segunda mitad del año por el efecto base de la caída que experimentó el petróleo en el verano de 2024.
La única esperanza de que el eurobanco vuelva a bajar los tipos de interés sería que el conflicto entre Israel e Irán no escale y se quede contenido a un problema local. Y que, además, no se produzcan problemas para el tránsito de buques a través del estrecho de Ormuz. En ese caso, el repunte del petróleo de las dos últimas semanas podría ser pasajero y recuperar la senda descendente.
La única esperanza de que el eurobanco vuelva a bajar los tipos de interés sería que el conflicto entre Israel e Irán no escale
En cualquier caso, el BCE ha reiterado que no se puede comprometer con una política monetaria expansiva porque es consciente de que la geopolítica está en un momento de gran inestabilidad. Y eso a pesar de los pobres datos de crecimiento de muchos países europeos. En los últimos años surgen conflictos por doquier que generan riesgos inflacionistas, por lo que el eurobanco no quiere cometer ningún error que pueda desanclar las expectativas de inflación. Malas noticias para los hipotecados o quienes quieran hipotecarse: los tipos de interés probablemente ya estén en su suelo.
En Estados Unidos el ritmo de la política monetaria es diferente. La Reserva Federal se resistió el miércoles a bajar los tipos de interés pese a las presiones del presidente Trump, sin embargo, todavía cree que podrá aplicar dos recortes antes de que acabe el año. En cualquier caso, los miembros de la entidad todavía tienen grandes dudas sobre la senda de la inflación en el país. La subida del precio del petróleo de los últimos días es una preocupación poco relevante en comparación con la guerra comercial. Si nadie lo remedia, el 9 de julio entrarán en vigor los aranceles agravados que anunció Trump el que bautizó como día de la liberación. La Fed ha optado por esperar a que pase ese día antes de retomar sus bajadas de tipos.
Los miembros del Banco Central Europeo lo han repetido siempre que se les ha preguntado en las últimas tres semanas: el escenario internacional es tan inestable que no se pueden comprometer con una determinada senda de los tipos de interés. Dicho y hecho. La escalada de tensión entre Israel e Irán ha echado por tierra cualquier esperanza de bajadas de tipos de interés.