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La guerra de Ucrania deshace el sorpaso económico de la Europa del Este a España
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Según Eurostat

La guerra de Ucrania deshace el sorpaso económico de la Europa del Este a España

Eslovenia, Lituania y Estonia, que adelantaron a España en PIB per cápita durante la pandemia, vuelven a estar por debajo en 2024. España recupera la posición 14 y la inmigración puede ayudar a converger con la UE

Foto: Una bandera de la Unión Europea junto a una bandera de España. (Europa Press/Eduardo Parra)
Una bandera de la Unión Europea junto a una bandera de España. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La pandemia produjo una caída pronunciada en el PIB per cápita de España, más profunda que la de los países del entorno, en gran medida como consecuencia de la paralización del sector turístico. La crisis de 2020 remató el principal indicador de bienestar económico que aún no se había recuperado de la Gran Recesión. España logró igualar la renta per cápita de la UE durante la burbuja inmobiliaria, pero su estallido demostró que la convergencia era más bien artificial. En 2024 persiste la brecha negativa con la media, pero la situación es mejor de la que se creía.

Tres países de Europa del Este (Eslovenia, Lituania y Estonia) registraron una producción por habitante superior a la de España en 2020 en cantidades ajustadas por el poder adquisitivo. El sorpaso se mantuvo en 2021 y 2022 por parte de Eslovenia y Lituania y en 2023 solo por Eslovenia, pero en 2024 España ha vuelto al puesto que tenía inicialmente en 2019, el número 14 del ranking, superando a los países que le habían adelantado en los últimos cuatro años.

El dato de 2024 no destaca por ser especialmente positivo, ya que el PIB per cápita de España fue un 91,5% de la media de la UE, solo un punto superior al de 2023 y cuatro décimas por encima del de 2019. Aunque supone una fuerte recuperación respecto al hundimiento de 2020 (cuando se marcó un 82,5%), si se compara con la serie histórica denota más un estancamiento. El principal logro es, por tanto, haber tenido un comportamiento relativamente más favorable que el de gran parte de los Estados miembros.

El punto de inflexión es la guerra en Ucrania, que marca dos franjas diferenciadas entre 2020 y 2022, marcada por la pandemia, y 2022 y 2024, marcada por la crisis energética y de precios. Los países más dependientes del gas barato ruso y más interconectados con la industria del centro de la UE y de los países nórdicos han entrado en una crisis de modelo productivo. Eslovenia, Lituania y Estonia registraron tasas de crecimiento inferiores a las de España en 2024, aunque el mejor ejemplo de las complicaciones a partir de 2022 es este último.

Estonia cuenta con una importante industria manufacturera que abastece de maquinaria, coches, equipos electrónicos y productos de madera a Finlandia, Letonia y Lituania, principalmente. Los dos primeros tuvieron recesión en 2024, al igual que Estonia, por lo que la demanda interna ha retrocedido y las exportaciones se han desplomado. Según señala la Comisión Europea en sus proyecciones de primavera, Estonia tendrá en 2025 un crecimiento débil (1,1%) por el impacto indirecto de los aranceles de Trump, además de una inflación elevada derivada de recientes subidas de impuestos.

La situación en España ha sido muy distinta estos dos últimos años, y aunque crecerá menos en 2025, seguirá superando el 2%, una cifra que supone rebasar el crecimiento del PIB potencial durante la década anterior. Teniendo en cuenta el comportamiento de la eurozona y de la primera economía de la UE, España está en disposición de ganar puestos en el ranking si mantiene un crecimiento dinámico, aunque será difícil igualarse con la media en el corto plazo sin reformas que atiendan a problemas estructurales como la menor ratio de productividad.

Alemania ha registrado un descenso acusado del PIB per cápita en los últimos años, pasando de los 121,9 puntos en 2019 a los 114,8 en 2024, un declive que no experimentó en la crisis de 2008, que afectó especialmente a los países del sur de Europa como España. Aunque Alemania es el caso más llamativo, la tendencia en la zona euro es a la baja, con una pérdida de más de un punto de renta per cápita en los últimos cinco años.

Las previsiones siguen siendo pesimistas

Una parte de la mejora de la posición de España se debe a las revisiones de la Contabilidad Nacional, es decir, a que inicialmente se subestimó el crecimiento del PIB por problemas en la medición de componentes como el consumo privado. Por ejemplo, Eurostat publicó en 2023 que el PIB per cápita de España era del 85% de la media de la UE en 2022, pero la serie actual, tras la gran revisión quinquenal de septiembre de 2024, refleja un 88%. La recuperación económica fue más rápida de lo que se pensaba.

A pesar de la evolución favorable reciente, las previsiones de organismos internacionales como la OCDE y el FMI siguen publicando una evolución negativa en el medio plazo, aunque es posible que los supuestos en los que descansan estén anclados en escenarios inerciales más pesimistas. Recientemente, la Comisión Europea ha revisado al alza el PIB potencial de España como consecuencia de la ganancia de población. Según las últimas proyecciones del FMI, de abril de 2025, Eslovenia y Lituania consolidarían un PIB per cápita a precios constantes superior al de España en el horizonte de 2030 y Croacia terminaría igualándose.

Foto: La bandera de España y de la Unión Europea ondean en la Sede de la SEPI. (Europa Press/Eduardo Parra)

Algunos de los factores que llevan a pensar que continuará la tendencia de ganancia relativa de España son la menor exposición a los aranceles de Trump; la energía barata; el dinamismo de los servicios y del turismo por la capacidad para diversificarse y el crecimiento poblacional. Según las proyecciones de Eurostat, España será el país de la UE que más población gane hasta 2050, 3,9 millones de personas, mientras que 13 estados decrecerán.

La relación entre la evolución de la población y el PIB es clave para determinar la ratio del PIB per cápita y, a diferencia de periodos previos, el Banco de España detecta que los trabajadores extranjeros ya generaron un cuarto del crecimiento de la renta per cápita entre 2022 y 2024. La brecha salarial con los españoles se ha reducido por la llegada de perfiles más cualificados y han aumentado tanto sus tasas de empleo como las horas de sus jornadas laborales.

La pandemia produjo una caída pronunciada en el PIB per cápita de España, más profunda que la de los países del entorno, en gran medida como consecuencia de la paralización del sector turístico. La crisis de 2020 remató el principal indicador de bienestar económico que aún no se había recuperado de la Gran Recesión. España logró igualar la renta per cápita de la UE durante la burbuja inmobiliaria, pero su estallido demostró que la convergencia era más bien artificial. En 2024 persiste la brecha negativa con la media, pero la situación es mejor de la que se creía.

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