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La escasez de mano de obra pone al límite a miles de empresas a las puertas del verano
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EL NÚMERO DE VACANTES, EN MÁXIMOS

La escasez de mano de obra pone al límite a miles de empresas a las puertas del verano

A las puertas de la temporada de verano, la escasez de la mano de obra, lejos de remitir, se acrecienta. Existe un desequilibrio estructural ente oferta y demanda que, por el momento, no se ha resuelto con la entrada de inmigrantes

Foto: Un camarero prepara una terraza en la playa del Morro Jable, en Fuerteventura. (EFE/Carlos de Saá)
Un camarero prepara una terraza en la playa del Morro Jable, en Fuerteventura. (EFE/Carlos de Saá)
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No es un problema nuevo, pero la escasez de mano de obra, ante la falta de soluciones, se agrava y vuelve a amenazar el futuro de miles de empresas. En particular, en sectores de actividad más expuestos a actividades estacionales, como el turismo, pero también en otros oficios, como la construcción, la agricultura o los servicios mecánicos y sociales.

En la agricultura, de hecho, se está produciendo un proceso acelerado de mecanización de las explotaciones para paliar la falta de mano de obra. En Castilla y León, por ejemplo, aunque también en otros territorios, se han comenzado a arrancar frutales para sustituirlos por cultivos como el olivar o los frutos secos, que pueden ser mecanizados. Es decir, no sólo es un problema de naturaleza económica, sino que también afecta a la propia fisonomía del territorio. En cuidados personales, el Ministerio de Derechos Sociales ha calculado que España necesita incorporar a al menos 261.400 trabajadoras más dentro de cinco años, en 2030, para garantizar los cuidados de larga duración.

Y es que la escasez de mano de obra es general y también afecta a la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana en Valencia, a los planes de inversión en vivienda financiados por los fondos europeos Next Generation y, por supuesto, a los grandes hoteles, que sudan tinta para encontrar personal durante la temporada alta, en este caso, agravado por la escasez de viviendas de alquiler a precios asequibles. También en el transporte, por falta de conductores, hay necesidades no cubiertas sin que se observe una salida. Hasta faltan socorristas para atender la apertura de muchas piscinas colectivas.

Lo que muestran los últimos datos oficiales, aunque en esta estadística no están las necesidades reales, es que al acabar el año 2024 nada menos que 148.018 empleos estaban sin cubrir. El 90% corresponde al sector servicios y el resto a industria y construcción, es decir, muy por encima de su peso en el PIB (alrededor del 70%). Eso significa un 6,2% más que hace un año y un 47% por encima de 2019, inmediatamente antes de la irrupción de la pandemia.

Lo singular es que desde entonces, a 1 de enero de cada año, la población ha crecido en 1,74 millones, básicamente por la entrada de inmigrantes. Eso quiere decir, según Estadística, que, pese a que desde entonces la población se ha incrementado en promedio anual en 349.074 personas, no ha sido suficiente para atender la demanda de mano de obra por parte de las empresas. Habría que preguntarse qué hubiera sucedido si no entra esa mano de obra.

Población inmigrante

Un informe reciente del BCE destacó que la afluencia de trabajadores extranjeros en España ha contribuido "significativamente" al crecimiento económico, complementando la contribución positiva, aunque modesta, de la población nacional en edad laboral. Más de dos tercios del crecimiento, en concreto, se debe al aumento de población inmigrante.

Lo que ocurre, desde el punto de vista empresarial, es que la demanda de mano de obra es creciente en coherencia con las expectativas de negocio para los próximos trimestres. La última Encuesta sobre la evolución de la actividad empresarial que realiza el Banco de España muestra, en concreto, que de cara al segundo trimestre de 2025, "las empresas anticipan una mejora notable de la facturación, superior a la registrada en el mismo trimestre de 2024".

La fuente de vacantes laborales es la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, que define las vacantes como aquel puesto de empleo que, o bien ha sido creado recientemente, no está ocupado o está a punto de quedar libre y para el cual el empresario está tomando medidas activas con objeto de encontrar un candidato idóneo ajeno a la empresa. En definitiva, lo que refleja es la demanda insatisfecha de mano de obra, así como los posibles desajustes entre la capacidad y la disponibilidad de los desempleados y los trabajadores buscados por los empleadores.

placeholder Un socorrista en la piscina del centro deportivo municipal José María Cagigal de Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Un socorrista en la piscina del centro deportivo municipal José María Cagigal de Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El problema afecta a todo tipo de empresas, independientemente de su tamaño. De hecho, la tercera parte de las vacantes se aloja en las que tienen 200 empleados o más, muy por encima de su representación en la estructura empresarial española. Como sostiene una fuente de CEOE, la gran patronal, se trata de un problema creciente que incluso está afectando a las bajas laborales por incapacidad temporal. La escasez de médicos para dar las altas o para realizar pruebas diagnósticas hace que el periodo de baja se alargue, lo que a la postre repercute en las empresas. No sólo porque faltan empleados, sino también porque tiene un coste en términos de cotizaciones. Los empresarios, de hecho, han reclamado al Ministerio de Seguridad Social y Migraciones una actualización del catálogo de ocupaciones de difícil cobertura para ampliar la entrada de inmigrantes con su correspondiente permiso de trabajo.

España, en todo caso, no es una excepción en el contexto europeo y, de hecho, el porcentaje de vacantes laborales es uno de los más bajos de la UE. Según Eurostat, supone el 0,9% del empleo asalariado, frente al 2,5% en la eurozona. Lo que cambia es que, mientras en la Unión Europea hay una tendencia decreciente, en sintonía con la mediocre situación de la economía, en España subió en el último año, lo que puede explicarse por el diferencial de crecimiento. La economía española no sólo avanza más que en la eurozona en el conjunto del año, sino que sobre todo lo hace en determinados periodos dada la alta estacionalidad del sistema productivo.

Cinco motivos

Las causas del desajuste entre oferta y demanda de empleo son variadas. El SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) ha identificado al menos cinco motivos. En algunos casos, se trata de un desajuste de competencias, ya que los demandantes no poseen las cualificaciones adecuadas para cubrir los puestos solicitados. En otros, los cambios tecnológicos hacen que crezca el desequilibrio, toda vez que las competencias laborales pueden haberse quedado obsoletas o ser insuficientes.

Otra causa relevante es la falta de incentivos: los demandantes de empleo pueden rechazar ciertos puestos de trabajo debido a las condiciones laborales, salariales o a la escasa flexibilidad que ofrecen. Es decir, el célebre ‘páguenle más’ que dijo hace algún tiempo Joe Biden, cuando EEUU descubrió que faltaban camareros. Y, por último, una formación inadecuada para cubrir la oferta de empleo, además de factores estructurales que no tienen que ver con la coyuntura, como el envejecimiento, la falta de movilidad geográfica o una educación no alineada con las demandas del mercado laboral.

La encuesta que realiza trimestralmente el Banco de España sobre costes laborales ya avanzó que los sectores con más problemas para encontrar mano de obra son hostelería, agricultura y construcción. Lo que revela la encuesta es que existe una correlación entre las expectativas de incremento de costes laborales a un año vista, salarios más elevados, y las dificultades de disponibilidad de mano de obra, precisamente, en esos sectores.

Ahora bien, las causas son distintas en función del sector de actividad. Mientras que en la industria el factor fundamental que explica el déficit de trabajadores es la formación técnica que requieren las empresas, en la hostelería hay un conjunto de factores como el salario, la prolongación de la jornada laboral o las dificultades para encontrar una vivienda durante el periodo estival. Madrid, con casi 30.000 vacantes laborales, es la región donde es mayor el número, seguida muy de cerca por Cataluña y, a cierta distancia, Andalucía.

Los demandantes de empleo pueden rechazar ciertos puestos de trabajo por las condiciones laborales, salariales o su escasa flexibilidad

El problema de las vacantes, en todo caso, es especialmente preocupante en el caso de ciertas ocupaciones de difícil cobertura. Lo que muestran los datos del SEPE es que representan más de la mitad de los puestos de trabajo sin cubrir. Es decir, no se trata de un problema vinculado a la coyuntura económica, sino que el desajuste tiene un carácter estructural.

Las dificultades para encontrar mano de obra en actividades de difícil cobertura son especialmente significativas en empresas de 1 a 5 trabajadores del sector de la construcción, donde nada menos que un 65,7% sufre ese problema. Si se suman también las existentes en empresas de 6 a 25 trabajadores, recuerda el SEPE, un 75% de las pequeñas empresas de este sector tienen problemas para cubrir sus vacantes.

No es un problema nuevo, pero la escasez de mano de obra, ante la falta de soluciones, se agrava y vuelve a amenazar el futuro de miles de empresas. En particular, en sectores de actividad más expuestos a actividades estacionales, como el turismo, pero también en otros oficios, como la construcción, la agricultura o los servicios mecánicos y sociales.

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