Un arancel del 50% a la Unión Europea sería como prohibir las importaciones
Producir en la UE es entre un 20 y un 30% más barato, diferencial que no cubriría el arancel. El modelo de 'Bloomberg' estima un desplome del comercio del 90%
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes un arancel del 50% a los productos procedentes de la Unión Europea a partir del 1 de junio. Automáticamente, provocó un desplome en las bolsas, especialmente las europeas, con caídas que llegaron a superar el 2,5% a media sesión.
Un arancel del 50% supondría un duro golpe a las exportaciones europeas. Sería prácticamente como una prohibición de comerciar bienes de la UE dentro de Estados Unidos. Los costes de producción en Europa son algo más bajos que en EEUU, principalmente por el precio de los bienes intermedios y de la mano de obra. Sin embargo, el diferencial no llega a cubrir un arancel del 50%. Sencillamente, los productos comunitarios dejarían de ser competitivos y serían expulsados del mercado. Tal vez no de forma inmediata, pero sí en el medio plazo.
Según los últimos datos de la OCDE, el ajuste por paridad de poder adquisitivo indica que el precio de los bienes y servicios en Europa es entre un 20 y un 30% inferior al de Estados Unidos. En el centro del continente, como Alemania, Francia o Países Bajos, la diferencia está en torno a ese 20%, mientras que en el sur se sitúa un poco por encima del 30%. España, por ejemplo, el coste de los bienes y servicios es un 33% inferior y en Portugal y Grecia, un 36% menos.
Esta posición competitiva gracias a los menores costes dentro de la Unión Europea en ningún caso alcanza el 50% del arancel que ha planteado Trump. En muchos casos, ni siquiera cubre la mitad. Sencillamente, los productos europeos se verían directamente expulsados del mercado americano.
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Hay otro agravante adicional, y es que un arancel del 50% sería el más alto de todos los planteados por Trump. Incluso superior al 30% pactado con China. Esto significa que la producción europea también perdería competitividad respecto al resto de países del mundo. En definitiva, los productos europeos que EEUU no pudiese sustituir con su producción interna, podrían importarlos más baratos desde terceros países. Sería la condena definitiva para los exportadores comunitarios.
Más datos: según el modelo comercial de Bloomberg, un arancel del 50% a la UE acabaría con casi la totalidad de las exportaciones a Estados Unidos. La agencia estadounidense publicó algunos datos de sus modelos en las vísperas del Día de la liberación, cuando Trump anunció la gran ofensiva arancelaria. En una de esas simulaciones ponía como supuesto un arancel efectivo de casi el 50% a la UE provocaría un desplome del comercio del 90%.
"Prácticamente, eliminaría la demanda de bienes europeos a medio plazo", señalaban los expertos de Bloomberg en esos momentos. El problema no acaba ahí: para la UE es imposible encontrar un mercado alternativo al estadounidense en el que colocar su producción. China, por ejemplo, tiene Europa como potencial sustituto de EEUU, pero la UE no tiene otro gran mercado desarrollado al que dirigir sus exportaciones. Bloomberg auguraba que, en este escenario, el PIB de la Unión sufriría una caída del 2%.
Negociaciones en el aire
El mensaje de Trump llega en un momento en el que tanto los mercados como los analistas esperaban una desescalada de la guerra comercial. Trump ha vuelto a sorprender, pero los mercados no han terminado de creerse su amenaza. Creen que el presidente está intentando asustar a la Comisión Europea para que firme un nuevo acuerdo comercial que hasta ahora no ha aceptado.
"Ha sido muy difícil acordar con ellos", escribió Trump en redes sociales refiriéndose a la Unión Europea, "¡nuestras conversaciones con ellos no van a ningún lado!". Los mercados y los inversores han interpretado que Trump está intentando negociar desde una posición de fuerza, bajo la amenaza de una gran ofensiva arancelaria. Si se creyeran que este anuncio finalmente saldrá adelante, las caídas en los mercados hubiesen sido mucho más severas.
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Sin embargo, las palabras de Trump evidencian mucho más que una fanfarronada del presidente. La falta de avances en las negociaciones revelan que la Comisión Europea no está dispuesta a asumir un acuerdo comercial como el que firmó Reino Unido hace ya dos semanas. Aquel acuerdo se ha interpretado como la claudicación del primer ministro británico, Keir Starmer, al aceptar un arancel general del 10% sin opción a represalias.
La Unión Europea ha decidido que no aceptará un acuerdo como el británico, porque cree que tiene más fuerza comercial como para lograr un trato más justo. Si Trump no renuncia a los aranceles, se encontrará con aranceles de vuelta. Sin embargo, esta posición europea de fuerza también conlleva el riesgo de que las conversaciones no prosperen.
Ahora mismo, las negociaciones de la Administración Trump con la UE y con otros países están en punto muerto. Cuando anunció el acuerdo comercial con el Reino Unido anticipó que pronto alcanzaría nuevos pactos con sus aliados. Desde entonces han pasado dos semanas y no se han producido avances. Y lo mismo ocurre en las negociaciones con otros aliados exportadores, como Japón o Corea.
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El secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, ha amenazado con recuperar una posición agresiva para encauzar las negociaciones. Entre las exigencias de la Administración Trump está la eliminación de normas comerciales no arancelarias (como exigencias sanitarias o eliminación de otros impuestos), algo que la Unión Europea no acepta.
La Unión Europea tiene lista una batería arancelaria por valor de 21.000 millones de dólares y está estudiando medidas adicionales que podrían escalar hasta 95.000 millones. Los mensajes que está lanzando el continente son de calma. "Todo esto forma parte de la negociación", dijo el viernes el primer ministro neerlandés, Dick Schoof. Europa no se arruga.
Es cierto que los socios comerciales de Estados Unidos tienen un incentivo para alcanzar un acuerdo, pero la realidad es que las conversaciones se están complicando. Y este es un escenario que los mercados aún no han puesto en precio. El riesgo de que las negociaciones descarrilen sigue siendo muy real.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes un arancel del 50% a los productos procedentes de la Unión Europea a partir del 1 de junio. Automáticamente, provocó un desplome en las bolsas, especialmente las europeas, con caídas que llegaron a superar el 2,5% a media sesión.