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España es el país de Europa con menos pensionistas entre 50 y 74 años
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INFORME DE EUROSTAT

España es el país de Europa con menos pensionistas entre 50 y 74 años

Los motivos son múltiples, pero lo cierto es que España es el país de la Unión Europea con menos personas cobrando una pensión entre los 50 y 74 años. Los datos son de Eurostat y revelan una gran dispersión entre países

Foto: Un señor mayor camina por una calle de Madrid. (Europa Press/Jesús Hellín)
Un señor mayor camina por una calle de Madrid. (Europa Press/Jesús Hellín)
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Los datos están aquí, y lo que reflejan es que España es el país de la Unión Europea donde menos personas con una edad comprendida entre 50 y 74 años perciben una pensión, ya sea pública o privada. En concreto, únicamente recibe la prestación el 30,7% de las personas, muy por debajo del 45,1% de promedio en el conjunto de la región. De este porcentaje, casi el 40% son beneficiarios de pensiones de jubilación y el resto de invalidez u otras transferencias periódicas. Un número residual cobra ambas prestaciones. En el polo opuesto a España se encuentran Polonia, Estonia y Eslovaquia, donde alrededor del 55% de las personas situadas entre esas edades percibe una pensión, ya sea de jubilación o invalidez.

Si la mirada se pone en una franja de edad más estrecha, el resultado es, igualmente, llamativo. En España, la principal razón de la baja ratio de pensionistas es la considerable proporción de personas de entre 70 y 74 años que no recibe ninguna pensión pública o privada. Nada menos que una de cada cuatro personas de ese grupo de edad no la recibe, lo que significa que en un número muy importante de hogares sólo entra una renta mensual. “Esto sugiere que un número considerable de personas en España no tiene derecho a pensión”, concluye Eurostat. La explicación tiene que ver, fundamentalmente, con que un porcentaje elevado de población (principalmente mujeres) ha trabajado y por distintas razones no ha cotizado a la Seguridad Social, y, por lo tanto, no tiene derecho a una prestación pública.

Este análisis es relevante porque, como se sabe, el debate sobre pensiones en España gira en torno a su peso respecto del PIB, y esto, lógicamente, está concernido no sólo por la cuantía de las prestaciones, sino también por el número de beneficiarios. La última estimación de la AIReF, a la luz del Informe sobre Envejecimiento de la UE, estima un 14,6% del PIB, pero en términos más dinámicos, como lo llama, incorporando nueva información, se situaría en el 16,1% en 2050, por encima de las previsiones del Gobierno.

Edad media de jubilación

En todo caso, las causas de que en España menos personas cobren una pensión que en la media europea son múltiples, en particular porque las legislaciones nacionales son diferentes, pero entre ellas también se encuentra que la edad media de jubilación es una de las más elevadas de Europa. Mientras que en la UE se sitúa en 61,3 años (año 2023), en España, según los últimos datos de la Seguridad Social, es ligeramente superior a los 65 años, y con una evolución claramente creciente.

Tanto en España como en Europa, sin embargo, hay una clara tendencia a retrasar la jubilación, aunque no de forma voluntaria. La tendencia hacia una jubilación más tardía se debe principalmente a un aumento de la edad de jubilación, “más que al deseo de las personas de trabajar más años después de recibir su pensión”, sostiene Eurostat. Aun así, todavía hay países como Eslovenia, Grecia, Rumanía y Austria donde las edades de jubilación eran inferiores a los 60 años en la fecha del informe (2023).

Otra de las causas que explican que tan pocos españoles reciban una pensión a esa edad tiene que ver con la escasa presencia de pensiones ajenas al sistema público. Es decir, pensiones complementarias de carácter personal suscritas a través de un fondo o a través de la pertenencia a una mutualidad. En el conjunto de la Unión Europea, la mayoría de los pensionistas (83%) recibía únicamente una pensión obligatoria, pero otro 15% recibía al mismo tiempo una de carácter profesional, por ejemplo, de la empresa en la que trabajaba. O, por último, un plan individual contratado con una entidad financiera. En cambio, solo una pequeña minoría (2,1%) recibía una pensión profesional o personal sin pensión obligatoria.

No es así en algunos países del norte. Suecia y Países Bajos presentan las proporciones más bajas de pensionistas que reciben únicamente pensiones legales del Estado, apenas un 10,1% y un 12,5%, respectivamente.

España, igualmente, tampoco destaca por el número de personas que percibe una pensión de invalidez, el 6,4% del total, como tampoco lo hace en relación con la prolongación de la vida laboral. Los datos de Eurostat muestran que apenas el 4,9% de las personas que han alcanzado la edad legal de jubilación continúa trabajando, muy por debajo del 13% en la Unión Europea.

Más incentivos

La distancia es todavía mayor si se compara con lo que sucede en los países nórdicos y bálticos, donde aproximadamente cuatro de cada diez trabajadores prolongan su actividad laboral. Básicamente, por una cultura del trabajo distinta y, sobre todo, por la existencia de mayores incentivos económicos para quienes tienen derecho a una pensión y deciden continuar trabajando.

Hay más causas. Según Eurostat, la principal razón para seguir trabajando en 11 países de la Unión Europea son las necesidades económicas, mientras que en 14 países los trabajadores prolongan su vida laboral porque disfrutan de seguir en activo o se sienten más productivos. Es decir, no por razones estrictamente económicas.

El caso de España, Grecia y Rumanía, en ese sentido, es singular. En estos países, el porcentaje de personas empleadas con pensión es inferior al 1% entre las personas de 50 a 74 años, e inferior al 1,5% entre las de 60 a 74 años. Esto sugiere que, en estos países, los pensionistas tienden a dejar de trabajar y a jubilarse por completo, en lugar de continuar de alguna manera en situación de activo.

Los datos están aquí, y lo que reflejan es que España es el país de la Unión Europea donde menos personas con una edad comprendida entre 50 y 74 años perciben una pensión, ya sea pública o privada. En concreto, únicamente recibe la prestación el 30,7% de las personas, muy por debajo del 45,1% de promedio en el conjunto de la región. De este porcentaje, casi el 40% son beneficiarios de pensiones de jubilación y el resto de invalidez u otras transferencias periódicas. Un número residual cobra ambas prestaciones. En el polo opuesto a España se encuentran Polonia, Estonia y Eslovaquia, donde alrededor del 55% de las personas situadas entre esas edades percibe una pensión, ya sea de jubilación o invalidez.

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