El choque de Gavilán con el Consejo precipitó su dimisión del Banco de España
Las discusiones internas sobre el informe anual provocaron que no se publicara un capítulo sobre competencia en el mercado español entre acusaciones cruzadas de falta de calidad e injerencias
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La salida precipitada de Ángel Gavilán del Banco de España ha generado una tormenta en la entidad. El director general de Economía comunicó la semana pasada al Consejo del Banco de España su decisión de dimitir de su cargo al finalizar la elaboración del informe trimestral, que incluye la actualización de las previsiones económicas del Banco. Rápidamente ha surgido la sospecha de injerencias, sobre todo por algunos cambios muy relevantes incorporados este año en el informe anual, el documento estrella que publica la entidad.
La más importante fue dar carpetazo al problema de las pensiones, señalado reiteradamente por los economistas del Banco en los últimos años, pero que en esta ocasión ya se considera resuelta. Un cambio de criterio no exento de polémica, ya que la reforma de las pensiones que agrava su déficit fue elaborada por el que ahora es gobernador, José Luis Escrivá, cuando era ministro de la Seguridad Social.
La salida de Gavilán, es un duro golpe para la reputación de la entidad y ha generado fuego cruzado dentro del Banco. El motivo es el choque entre Gavilán y algunos miembros del Consejo del Banco durante las presentaciones del borrador del informe anual, explican fuentes de la entidad. El encontronazo llegó a tal extremo que finalmente se eliminó un capítulo planteado por Gavilán sobre la competencia en España, elaborado en coordinación con la CNMC.
Algunos miembros del Consejo rechazaron el contenido de este capítulo criticando la escasa profundidad de su análisis y las conclusiones superficiales del mismo, aunque todavía no estaba acabado. Comentarios que se extendieron también a la mayor parte del documento, por ejemplo, sobre el análisis del mercado laboral. Estas críticas no le sentaron bien a Gavilán, explican fuentes de la entidad, lo que generó un enfrentamiento dentro del Consejo. Gavilán mostró su malestar por los comentarios, que no habían sucedido en los años anteriores.
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Finalmente, el capítulo sobre competencia no se publicó. De hecho, el informe anual de este año tiene un tercio menos de páginas que el del año anterior. Esta decisión deterioró la relación de la cúpula de la Dirección General de Economía con el Consejo y acabó precipitando la dimisión de Gavilán. Distintas fuentes de la entidad lanzan acusaciones cruzadas. Por un lado, se acusa al Consejo de Escrivá de injerencias en la elaboración del informe anual. Por el otro, se justifica que las críticas no responden a las conclusiones del informe, sino a la baja calidad de su contenido. De hecho, alegan que el BdE publicó un recuadro especial con el deterioro del sistema institucional de España en los últimos 20 años que no deja en buen lugar al Gobierno de Sánchez.
La salida de Gavilán se produce en un momento clave, ya que el informe anual es el documento estrella que publica cada año el Banco. Es la radiografía más completa que se publica sobre la economía española. "Para Escrivá es un importante revés a nivel europeo, en el BCE no sienta bien que haya dudas sobre la independencia de los análisis económicos de los bancos centrales", explica una fuente del BdE. Para el BCE, la independencia de los departamentos de Economía es innegociable.
Hay quien piensa que el movimiento de Gavilán busca precisamente deteriorar la reputación de Escrivá a nivel comunitario, por el momento elegido. Si la dimisión hubiese llegado unos meses más tarde, no hubise generado ningún problema a nivel europeo. Fuentes próximas al gobernador señalan que sus ambiciones futuras pasan por tener un cargo de responsabilidad en el Banco Central Europeo. La primera ventana de oportunidad surgirá el próximo año, cuando finalice el mandato de Luis de Guindos, actual vicepresidente de la entidad. Una silla muy jugosa para Escrivá, y para otros candidatos, como el exgobernador del BdE, Pablo Hernández de Cos.
Escrivá ya recortó las atribuciones de Gavilán y su equipo el pasado mes de diciembre. En concreto, escindió la dirección de Estadística y todo ese personal pasó a depender de Mayte Ledó, quien anteriormente era la secretaria de Estado de Escrivá en el Ministerio de Transformación Digital. Un movimiento que arrinconó a Gavilán y aumentó su distancia con el gobernador.
El Consejo del Banco de España ha cambiado mucho desde la llegada de Escrivá. Además del nuevo gobernador, el Gobierno designó en septiembre también a la nueva subgobernadora, Soledad Núñez, rompiendo el tradicional acuerdo de que es la oposición quien nombra al número dos de la entidad. También designó consejero al economista Jordi Pons por petición de ERC, y a Lucía Rodríguez. Estos cambios aumentaron las sospechas de control por parte del Gobierno y la salida de Gavilán agrava más la situación.
La salida precipitada de Ángel Gavilán del Banco de España ha generado una tormenta en la entidad. El director general de Economía comunicó la semana pasada al Consejo del Banco de España su decisión de dimitir de su cargo al finalizar la elaboración del informe trimestral, que incluye la actualización de las previsiones económicas del Banco. Rápidamente ha surgido la sospecha de injerencias, sobre todo por algunos cambios muy relevantes incorporados este año en el informe anual, el documento estrella que publica la entidad.