Lo que esconde la degradación de la deuda de EEUU, según la Universidad de Yale
Los primeros presupuestos de Trump tras su regreso a la Casa Blanca son ya cuestionados antes de ser aprobados. La Universidad de Yale y otros institutos de análisis y coyuntura prevén un fuerte aumento del déficit
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Donald Trump mira a China —también a Europa— para resolver los problemas de la economía de EEUU, pero es probable que, tras presentar el primer borrador presupuestario al Congreso, tenga que volver la vista hacia su propio país. La amplitud del déficit comercial de EEUU frente al resto del mundo en bienes, no así en servicios, es un problema, pero el desequilibrio entre ingresos fiscales y gastos no le va a la zaga.
Entre otras razones, porque no sólo es la agencia Moody 's, que el viernes pasado rebajó la calificación crediticia de EEUU a Aa1 (desde AAA), sino también el laboratorio presupuestario de la Universidad de Yale ha cuestionado la posición fiscal de EEUU por idénticos motivos. Lo mismo han hecho los analistas de UBS, que han recordado a sus clientes que la rebaja desde la triple A “no puede sorprender” a nadie. No en vano, el gobierno federal mantiene un déficit presupuestario superior a los dos billones de dólares anuales que se ha ido acumulado a lo largo del tiempo, pese a haber disfrutado de un periodo de fuerte crecimiento económico y bajo desempleo durante la era Biden. Algo que se traduce en que los costes netos de intereses ahora absorben el 18% de los ingresos fiscales.
El problema, incluso, puede ser mayor. Según el informe de la Universidad de Yale, tal como está escrito el proyecto de ley fiscal que está considerando el Congreso para su aprobación, añadiría 3,4 billones de dólares a la deuda en el periodo 2025-2034 y 15,3 billones de dólares entre 2025 y 2055. ¿El resultado? Si las disposiciones se vuelven permanentes, no sólo temporales, la relación deuda/PIB alcanzaría el 200% en 2055. “Los únicos países que actualmente tienen una relación deuda/PIB más alta son Sudán y Japón”, recuerdan sus analistas. Si la relación deuda/PIB se sitúa en el 180%, EEUU estaría en una situación parecida a la de Venezuela o Singapur.
El análisis de la Universidad de Yale no tiene en cuenta la recaudación vía aranceles que prevé la Administración Trump, y que la mayoría de los analistas ha considerado excesivamente optimista. Pero, aun así, según sus cálculos, si se incluyeran los ingresos arancelarios, tal y como estaban vigentes el pasado 12 de mayo, el coste sería de 913.000 millones de dólares durante el periodo 2025-2034 y de 5,1 billones de dólares durante el periodo 2025-2055.
Menos impuestos, más gastos
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo no partidista que pide menores déficits, ha escrito en la misma dirección. Ha calculado que el proyecto, que se debatirá a finales de esta semana, podría aumentar el desequilibrio del año fiscal 2027 —el déficit del primer año de plena vigencia de las políticas— en casi 600.000 millones de dólares , o el 1,8 % del Producto Interno Bruto. Ese es el efecto neto de aproximadamente 770.000 millones de dólares de nuevos préstamos y sólo 180.000 millones de dólares de compensaciones.
Esto es así porque el proyecto de ley incluye una cantidad sustancial de nuevas disposiciones fiscales. Ahí se incluyen las llamadas cuentas MAGA, que permitirían a los padres dar más dinero a sus hijos libres de impuestos, la eliminación del impuesto especial sobre las armas de fuego y un aumento del límite de las deducciones de impuestos estatales y locales de hasta 30.000 dólares (aunque en función de los ingresos). También incluye varias de las promesas de campaña del presidente, como “ningún impuesto sobre las propinas” o ninguna imposición sobre las horas extras.
El proyecto de ley, igualmente, incluye compensaciones por la derogación o eliminación gradual de los créditos energéticos de la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en tiempos de Biden, la imposición de nuevos impuestos a las corporaciones extranjeras y la restricción de determinados subsidios, en particular en lo relacionado con el coste de los seguros para las personas y familias que adquieren cobertura sanitaria a través del mercado de seguros médicos.
Triple A
El resultado es concluyente para los analistas de Yale: el proyecto de ley, tal como se propone actualmente, podría incrementar considerablemente el déficit, incluso “considerando los posibles ingresos arancelarios”, aseguran.
Ahora bien, advierten. Esto no significa que el empeoramiento de las ratios de deuda y déficit suponga un problema de financiación para el Tesoro de EEUU. Como sostiene UBS en su análisis, la mayoría de los mandatos de inversión no exigen calificaciones AAA para los bonos del Tesoro estadounidense, mientras que los bancos centrales continúan valorando el mercado de bonos del Tesoro por su excepcional liquidez. En esta línea, el análisis que hace Bank of America (BofA) es que es “poco probable” que la rebaja de calificación de la deuda resulte en ventas forzadas de bonos, “pero podría empeorar la confianza”.
Esto se debe a que EEUU sigue teniendo una calificación crediticia muy elevada, mientras que los bonos del Tesoro estadounidense siguen siendo el activo en dólares más seguro. La fortaleza de los mercados de capitales estadounidenses, la condición del dólar como moneda de reserva y la considerable riqueza de los hogares estadounidenses implican que la capacidad de EEUU para pagar su deuda no está en duda. Hay que recordar que S&P rebajó la calificación de EEUU en 2011, y Fitch hizo lo propio en 2023 y no tuvo efectos muy relevantes.
El borrador presentado por la Casa Blanca cuenta por ahora con una exigua mayoría de tres votos en la Cámara de Representantes para salir adelante siempre que todos los demócratas lo rechacen, pero mientras que algunos republicanos reclaman a Trump más recortes, otros, como el representante por Nueva York, no quiere saber nada de rebajar los fondos destinados a Medicaid.
Un estudio de la Oficina presupuestaria del Congreso ha estimado que la nueva legislación, tal como está redactada, provocaría que 8,6 millones más de estadounidenses quedarán sin seguro al final de una década, al tiempo que reduciría el gasto federal en atención médica en más de 700.000 millones de dólares durante ese periodo.
Donald Trump mira a China —también a Europa— para resolver los problemas de la economía de EEUU, pero es probable que, tras presentar el primer borrador presupuestario al Congreso, tenga que volver la vista hacia su propio país. La amplitud del déficit comercial de EEUU frente al resto del mundo en bienes, no así en servicios, es un problema, pero el desequilibrio entre ingresos fiscales y gastos no le va a la zaga.