Primera estimación del impacto económico: una pérdida temporal inferior a 1.000 M

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El apagón eléctrico sufrido en España el 28 de abril de 2025 complicó gran parte de la actividad económica por diversas vías, impidiendo que muchas empresas realizaran su actividad habitual. Sin embargo, el shock ha sido temporal, algunos negocios pudieron funcionar con sus propios generadores de gasolina o gasoil, y durante el día también se consumieron bienes y servicios que de otra manera no se habrían comprado, por lo que existe un efecto composición.

Dado que el fenómeno es muy reciente, apenas han pasado 24 horas desde el inicio del apagón, la estimación de las pérdidas económicas a nivel macroeconómico es extremadamente compleja, pero algunos analistas comienza a hacer sus cálculos basándose en hipótesis con los pocos datos disponibles. Según trasladan desde el equipo de BBVA Research, la pérdida habría sido inferior a 1.000 millones de euros y el efecto negativo sería temporal, aunque determinado gasto no se recuperará y algunos sectores económicos tardarán más en volver a activarse.

En concreto, los economistas de BBVA parten de la hipótesis de que el día 28 se dejó de utilizar el 50% de la capacidad productiva diaria debido al apagón y a que no todos los sectores se vieron afectados por igual y asumen que entre el 75 % y el 95 % de esa actividad perdida podrá recuperarse en los próximos días. El cálculo resultante es que el efecto estimado sobre el crecimiento del PIB de abril (y del segundo trimestre de 2025) sería de entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales.

Si se traducen estas décimas, calculando la cantidad proporcional sobre el valor del PIB del primer trimestre de 2025, la horquilla oscilaría en unas pérdidas económicas de entre 398 y 795 millones de euros en términos macroeconómicos. El equipo del banco explica que “hay gasto que difícilmente se recuperará”, a la vez que “las empresas en servicios profesionales o industria podrán recuperar buena parte de lo perdido durante los próximos días”, aunque a un mayor coste.

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En el primer grupo se encuentra el gasto de los turistas que este lunes quisieron consumir ciertos servicios (transporte, hostelería) y no pudieron hacerlo. “La mayor parte de ellos probablemente no extenderán su estancia en España”, considera BBVA Research. En todo caso, en la medida en que el apagón se perciba como un evento único que no tendrá persistencia en el tiempo, “los efectos tendrían que ser también temporales y no afectar a las perspectivas a medio plazo”, añaden.

Manuel Hidalgo, economista de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow de EsadeEcPol, recuerda que existe una elevada heterogeneidad por sectores. “Hubo muchas actividades que no pararon y que incluso estuvieron en máximos, como los taxis y el transporte urbano no eléctrico”, señala. También se consumieron productos básicos que en una situación de normalidad no se habrían comprado, como transistores, velas y acopios de comida y de otros enseres por si la situación empeoraba. Además, hubo un pico de actividad en el ocio al no poder trabajar en muchos ámbitos.

En el lado opuesto, los supermercados y restaurantes perdieron miles de kilos de género que han tenido que tirar por falta de refrigeración y algunas actividades industriales tardarán días en volver a arrancar. Según señala María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, hay que distinguir entre el PIB que se deja de producir y las pérdidas que pueden sufrir las empresas como consecuencia del parón eléctrico y considera que la mayor parte del PIB no producido el lunes se recuperará en los días posteriores.

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Por ejemplo, las pérdidas de alimentos que se han tenido que tirar por falta de refrigeración en las empresas generará una pérdida para el empresariado, pero un crecimiento de la demanda y, por tanto, un estímulo económico: "La necesidad de reponer esta comida supone un crecimiento del PIB que contrarrestaría parte del PIB perdido el día de ayer", señala la economista.

No obstante, sí hay una parte que no se recuperará, que es difícil de estimar (comidas que no se han servido en los restaurantes, obras que han tenido que parar en todo o en parte), pero no considera que sea "significativa". En definitiva, concluye que "la pérdida de PIB va a ser muy difícil de visualizar en las cifras del segundo trimestre" porque será reducida y porque hay otros factores "muy relevantes" influyendo en la evolución del PIB del trimestre, como es la guerra comercial.

Los empresarios son más pesimistas

Según ha expuesto el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en declaraciones a los medios este martes: “esto va a suponer un 0,1% del PIB. Es muchísimo”, y ha puesto el ejemplo de los hornos industriales eléctricos, que tendrán que hacer “inversiones millonarias” para que sus infraestructuras vuelvan a funcionar, y de las refinerías, que “van a tardar una semana en ponerse en marcha, con lo que eso significa”.

En la misma línea, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha cifrado las pérdidas entre los autónomos por el apagón en 1.300 millones de euros “con especial incidencia en comercio y hostelería”. “Habrá que ver en los próximos días para un cálculo más ajustado el impacto en la mercadería por falta de frío en muchos locales y actividades que han estado hasta 20 horas sin electricidad”, ha señalado en sus redes sociales. Se trata de estimaciones de mayor gravedad que la realizada por BBVA Research y a la que apuntan el resto de economistas consultados.

Por otra parte, preguntado Garamendi por si son partidarios de que el Gobierno habilite ayudas para los sectores más afectados, se ha mostrado "poco partidario" y ha pedido emprender "otras acciones", como rebaja de cotizaciones sociales y de impuestos en general. Al mismo tiempo, ha instado al Ejecutivo a que las nucleares y los ciclos de gas continúen. “Tener todas las tecnologías en orden y no renunciar a ninguna”, ha resumido, avanzando el debate energético que se dará en los próximos días.