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El PIB sufrió una leve ralentización en el primer trimestre con un crecimiento del 0,6%
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En una coyuntura global complicada

El PIB sufrió una leve ralentización en el primer trimestre con un crecimiento del 0,6%

La demanda interna se convierte en el gran motor de crecimiento de la economía española en medio de una coyuntura muy complicada por la guerra comercial. La inflación baja en abril una décima al 2,2%

Foto: Imagen de una grúa de la construcción en Madrid. (Europa Press)
Imagen de una grúa de la construcción en Madrid. (Europa Press)

La economía española sufrió una leve ralentización en el primer trimestre del año, fruto del impacto de la difícil coyuntura internacional. El PIB creció un 0,6% a lo largo del trimestre, dos décimas por debajo del ritmo logrado a lo largo de todo el año 2024, según el dato adelantado publicado por el INE esta mañana. Este ritmo es suficiente para que España siga liderando el crecimiento entre los principales países desarrollados, pero empieza a mostrar algunas señales del impacto negativo de la guerra comercial. Por ejemplo, se trata del menor crecimiento trimestral desde el segundo trimestre de 2023.

El crecimiento interanual también refleja esta leve desaceleración, con un avance del 2,8%, frente al 3,4% del cuarto trimestre de 2024. Aún así, un crecimiento interanual que sigue superando las expectativas de los analistas para el conjunto del año. La AIReF y el FMI están anticipando un crecimiento total de la economía española del 2,5% a lo largo del año 2025. Se trata, por tanto, de una ralentización que va en línea con las estimaciones de los principales analistas.

La caída responde principalmente al menor dinamismo de la demanda interna, que aportó 0,4 puntos al crecimiento, el peor dato desde el cuarto trimestre de 2022. El consumo privado creció un 0,4% trimestral, la mitad que en el cuarto trimestre del año. Es posible que la elevada incertidumbre derivada del contexto internacional esté empujando a los hogares a reducir su gasto para elevar su ahorro. Aún así, el consumo sigue siendo la gran palanca del crecimiento en España, algo que no ocurre en la mayor parte de economías desarrolladas.

También la inversión sufrió una desaceleración, pasando de crecer un 3,5% en el cuarto trimestre de 2024 a un 1,1% en el inicio del año. Una ralentización que se observa en casi todas las principales partidas de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF). La inversión en equipo de transporte se disparó un 15% en el último trimestre de 2024, pero se frenó al 1,2% en el inicio del año. Por su parte, la inversión en construcción de vivienda pasó de crecer un 1% en el cuarto trimestre a un 0,4% en el inicio de 2025. Aún así, los datos interanuales muestran un dinamismo de la demanda interna significativamente superior al de hace un año. En total, la FBCF creció un 4,1% interanual, lo que supone una desaceleración de 0,4 puntos.

La demanda externa dejó un trimestre positivo, en gran medida por el tirón de las exportaciones de servicios no turísticos, que está siendo el otro gran motor de la economía española. En total, la demanda externa aportó 0,2 puntos al crecimiento trimestral, el mejor dato en un año y el primero en positivo desde la primavera de 2024. La aportación de la demanda externa también se debió a la ralentización de las importaciones de España, un dato que va en línea con esta menor demanda interna. Las importaciones de bienes y servicios crecieron un 1,3% en el cuarto trimestre de 2024 y frenaron al 0,7% en el incio de 2025.

Por sectores, el mayor dinamismo se produjo en la industria, con una aceleración del crecimiento hasta el 1,1% en tasa trimestral. Es posible que el adelanto de algunas exportaciones a EEUU antes de los aranceles ayudasen a la industria a lo largo del primer trimestre. Por el contrario, la construcción y los servicios sufrieron una importante desaceleración. Los peores datos se produjeron en las actividades de información y comunicaciones (que incluye a las TIC) y en el sector financiero, con caídas de la producción del 3,8% y el 0,7%, respectivamente.

El INE también ha publicado el dato de avance del IPC del mes de abril. La inflación se frenó una décima, bajando al 2,2%, el nivel más bajo desde octubre. El descenso se debe, principalmente, a la caída del precio del gas en los últimos meses. Sin embargo, la inflación subyacente, que mide la cesta de la compra sin energía ni alimentos no elaborados, subió inesperadamente cuatro décimas, hasta el 2,4%. El mayor impulso procedió de los precios del turismo y ocio por un efecto calendario (la Semana Santa ha caído en abril, mientras que en 2024 fue en marzo).

La economía española sufrió una leve ralentización en el primer trimestre del año, fruto del impacto de la difícil coyuntura internacional. El PIB creció un 0,6% a lo largo del trimestre, dos décimas por debajo del ritmo logrado a lo largo de todo el año 2024, según el dato adelantado publicado por el INE esta mañana. Este ritmo es suficiente para que España siga liderando el crecimiento entre los principales países desarrollados, pero empieza a mostrar algunas señales del impacto negativo de la guerra comercial. Por ejemplo, se trata del menor crecimiento trimestral desde el segundo trimestre de 2023.

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