Desgravar el seguro del coche en la declaración de la Renta es posible (aunque pocos lo saben): estos son los requisitos

Un año más, miles de autónomos se enfrentan al reto de ajustar sus cuentas con Hacienda, un trámite que es especialmente complicado para ellos. Lo que muchos desconocen es que, dentro del jeroglífico que parece a veces el borrador de la declaración, el seguro del coche se desgrava siempre que se cumplan ciertos requisitos y el vehículo se utilice profesionalmente.

Solo los autónomos pueden hacerlo. Las personas asalariadas o que usan su vehículo de forma personal no pueden acceder a esta deducción. La clave está en demostrar que el coche forma parte del desarrollo de una actividad económica. Sin este requisito, ni siquiera los trabajadores por cuenta propia podrán incluirlo en su declaración.

La cantidad a deducir depende del uso del vehículo. Si el autónomo solo tiene un coche, podrá deducirse un 50% de la prima del seguro, porque Hacienda entiende que también se utiliza para asuntos personales. En cambio, si hay varios vehículos y uno es exclusivamente profesional, se podrá deducir el 100%.

Para aplicar la deducción, hay que justificar el uso profesional. Los expertos recomiendan conservar registros de kilometraje, citas laborales o facturas de desplazamientos. Además, es necesario rellenar la casilla 200 de la declaración, dentro del apartado de actividades económicas.

Aplicable a otros vehículos

La Ley del IRPF indica quién puede acceder a esta deducción: transporte de mercancías, transporte de viajeros, enseñanza de conducción o desplazamientos comerciales. Si la actividad no se encuadra en estos supuestos, Hacienda podría denegar la desgravación, aunque el uso del coche sea laboral.

Este beneficio no se limita a coches. También las motos y furgonetas pueden desgravarse si su uso está plenamente vinculado a la actividad profesional. En todos los casos, demostrar que no hay un uso personal es lo más importante para evitar problemas.

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Además del seguro del coche, los autónomos pueden deducirse otros gastos relacionados con el vehículo como combustible, mantenimiento o arrendamiento. También se permite deducir el seguro de salud hasta 500 euros por persona si forma parte del núcleo familiar.

Contar con asesoramiento especializado, siempre que uno se lo pueda permitir, podría marcar la diferencia. Algunas aseguradoras ofrecen orientación fiscal gratuita para sus clientes.