Es noticia
España pierde dos posiciones y cae al puesto 11 entre los mejores países para invertir
  1. Economía
INFORME ANUAL DE LA CONSULTORA KEARNEY

España pierde dos posiciones y cae al puesto 11 entre los mejores países para invertir

En un mundo globalizado, el atractivo inversor es clave para impulsar el crecimiento. Y lo que dice el informe anual de la consultora Kearney es que España pierde dos posiciones. El mayor lastre es la transparencia y la corrupción

Foto: Un panel del IBEX 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (Europa Press)
Un panel del IBEX 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (Europa Press)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La clasificación la hace anualmente Kearney, una de las primeras consultoras del mundo, y lo que muestra es que EEUU, pese a la crisis arancelaria y, en general, el enfriamiento de las expectativas económicas, continúa siendo el país del mundo preferido por los inversores internacionales. Detrás se encuentran Canadá, Reino Unido y, a cierta distancia, España, que ocupa el puesto número once.

Se sitúa, en concreto, por detrás de Japón, Alemania, China, Francia, Italia, Emiratos Árabes y Austria. Lo singular, en el caso español, es que retrocede dos puestos respecto de la clasificación de un año antes. El peor comportamiento tiene que ver con la transparencia y la percepción de la corrupción (18%), mientras que la mejor puntuación la obtiene por la situación económica (32%). En medios se encuentran la innovación tecnológica (29%), la calidad de las infraestructuras (26%), la facilidad para hacer negocios (25%), las habilidades de los trabajadores (24%) y los recursos naturales (20%). La inversión extranjera directa en España en términos brutos, según el Ministerio de Economía, ascendió el año pasado a 40.047 millones de euros, pero bajaría hasta los 24.966 en términos netos, es decir, descontando las desinversiones.

El hecho de que España destaque por los rendimientos económicos no es casualidad. Como dicen los autores del índice, los inversores se centran cada vez más en los indicadores que reflejan la situación económica a la hora de elegir dónde colocar su inversión directa, lo que revelaría que buscan escenarios más seguros para protegerse de las incertidumbres. En concreto, la situación económica es la principal razón para invertir en 12 de los 25 primeros mercados.

Esto explica que Europa, pese a su raquítico crecimiento del PIB, salga mejor parada que otras regiones con mayor potencial. Goldman Sachs, por ejemplo, estima que los ingresos reales de los hogares aumentarán este año en la zona euro y que el ahorro se mantendrá elevado, lo que respaldará el gasto de las familias. Además, se proyecta que la inflación general y subyacente (que elimina los componentes más volátiles) regrese al 2% para finales de 2025 a medida que la inflación de los servicios se enfríe.

Factores clave

Los inversores, sostienen los analistas de Kearney, destacan la solidez de la innovación tecnológica estadounidense (el tercer país innovador del mundo, por detrás de Suiza y Suecia) y la alta calidad de las infraestructuras canadienses como factores clave para invertir en esos mercados. Canadá ha aprobado un plan de doce años para invertir 180.000 millones de dólares en infraestructura hasta 2028. El plan se centra en proyectos de reparación y modernización de los sistemas de transporte público y carreteras, además de mejoras en las infraestructuras digitales, abordando al mismo tiempo los desafíos para lograr viviendas asequibles.

Reino Unido y Alemania, por su parte, se benefician de una doble percepción: innovación tecnológica y rendimiento económico. En Asia Pacífico, Japón ocupa el cuarto puesto del índice, beneficiándose también de la continua fortaleza de la innovación tecnológica, así como del sólido crecimiento salarial (el más elevado desde la década de los años 90). China desciende del tercer al sexto puesto, lo que muy probablemente refleje los problemas económicos del país, incluyendo una crisis inmobiliaria todavía no cerrada y las incertidumbres comerciales.

En general, los países ricos siguen dominando el ránking de países preferidos para la inversión. Representan, en concreto, 19 de los 25 principales mercados en la clasificación mundial, lo que indica que los inversores “podrían estar buscando seguridad y estabilidad percibidas en un mundo volátil”. Únicamente seis mercados emergentes aparecen en el Índice principal, dos menos que el año pasado, ya que Polonia y Argentina salen del top 25.

Hablan los ejecutivos

El índice de confianza en inversión directa de Kearney es una encuesta anual a ejecutivos de empresas globales que clasifica los mercados con mayor probabilidad de atraer inversión en los próximos tres años. A diferencia de otras encuestas que tienen un carácter retrospectivo sobre los flujos de inversión extranjera directa, ofrece un análisis prospectivo de los mercados a los que los inversores aspiran a entrar en los próximos años. Lo que se les pregunta es cómo ven a los distintos países en función de siete factores: innovación tecnológica, facilidad para hacer negocios, transparencia y corrupción gubernamental, calidad de las infraestructuras, talento y habilidades de los trabajadores, resultados económicos y recursos naturales.

Lo que le preocupa a los ejecutivos, sostiene la encuesta, es, sobre todo, el incremento del riesgo geopolítico y la posibilidad de que se produzcan interrupciones en la cadena de suministro, lo que podría impulsar al alza los precios de las materias primas.

Fundamentalmente, en un contexto como el actual, en el que los aranceles han generado incertidumbres de aprovisionamiento. El 38% de los inversores encuestados considera que el aumento de los precios de las materias primas es el escenario más probable y el 35% también cita un aumento de las tensiones geopolíticas como un escenario con alta probabilidad durante todo este año, siete puntos porcentuales más que el año pasado.

Foto: Una fábrica de automóviles. (EFE/Francisco Guasco).

Este repunte se explica por el temor de los inversores a un aumento de los conflictos mundiales y por el riesgo de que vuelvan a emerger los problemas de interrupción en la cadena de suministro, que podrían impulsar al alza los precios de las materias primas. En el caso de Europa, los principales desafíos para los próximos tres años son los migratorios (30%), el estancamiento económico (26%) y la expansión del conflicto en Ucrania (24%). El 46 % de los inversores cree que la UE está sobrerregulada en el ámbito de la tecnología y los datos, mientras que el 45% cree que han aprobado demasiadas normas en el ámbito de la energía y la sostenibilidad.

Entre los factores que explican el aumento de las incertidumbres está el regreso a un nacionalismo económico que distorsiona el funcionamiento de los mercados. Así, por ejemplo, a medida que los mercados intentan fortalecer sus industrias nacionales y su resiliencia, particularmente en sectores estratégicos relacionados con la seguridad nacional, la inversión extranjera se vuelve más difícil. Por ejemplo, un Gobierno tradicionalmente muy liberal, como el de EEUU ha bloqueado la adquisición prevista de US Steel por parte de Nippon Steel por motivos de seguridad nacional a principios de enero de este año. Es la novena vez en la historia del país que un presidente ha utilizado el Comité de Inversión Extranjera en los EEUU (CFIUS) para bloquear una transacción extranjera.

Los datos de la UNCTAD, la Organización de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, muestran que en 2023, la inversión extranjera directa (IED) mundial disminuyó un 2%, hasta alcanzar los 1,3 billones de dólares, con descensos en la mayoría de las regiones. Ahora bien, si se excluye el impacto de algunas excepciones, el informe revela un descenso más acusado, superior al 10%, de las inversiones extranjeras mundiales por segundo año consecutivo. Este descenso, sostiene la organización, se debe al aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas en un contexto de ralentización de la economía mundial.

La clasificación la hace anualmente Kearney, una de las primeras consultoras del mundo, y lo que muestra es que EEUU, pese a la crisis arancelaria y, en general, el enfriamiento de las expectativas económicas, continúa siendo el país del mundo preferido por los inversores internacionales. Detrás se encuentran Canadá, Reino Unido y, a cierta distancia, España, que ocupa el puesto número once.

Inversión extranjera Innovación Marca España Macroeconomía Estados Unidos (EEUU) Aranceles La energía que nos mueve
El redactor recomienda