Es noticia
Lo que China no puede vender a EEUU tiene un destino claro, la UE, y amenaza a la industria
  1. Economía
Otro impacto de los aranceles

Lo que China no puede vender a EEUU tiene un destino claro, la UE, y amenaza a la industria

Las desviaciones comerciales que ya se produjeron durante la primera guerra comercial de Trump pueden iniciar una escalada proteccionista entre socios y reducir aún más el comercio global

Foto: Una fábrica de automóviles. (EFE/Francisco Guasco).
Una fábrica de automóviles. (EFE/Francisco Guasco).
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La escalada arancelaria iniciada por EEUU en 2025 y las medidas de represalia que adopten algunos países provocarán desviaciones en los flujos comerciales de bienes. La experiencia no es nueva; ya sucedió durante el primer mandato de Donald Trump, cuando la imposición de aranceles a China le llevó a buscar otros compradores para colocar sus mercancías. El mercado más afectado por las desviaciones de entonces fue la Unión Europea, un efecto que podría amplificarse dado que la actual guerra comercial tiene una envergadura muy superior a la de 2018.

Así lo constata un estudio publicado recientemente por Global Trade Alert, que detecta un aumento de dos puntos en el porcentaje de las exportaciones chinas recibidas por la UE de productos en los que existió un incentivo a la desviación en la primera guerra comercial con EEUU. Se trata de un incremento elevado, el mayor en comparación con el resto de los países analizados del G-20 y Suiza. Los autores definen como productos con potencial desviación a aquellos en los que el valor total de las ventas de China a EEUU antes de los aranceles superaba los mil millones de dólares, lo que da como resultado un total de 60 bienes a vigilar.

Teniendo en cuenta esta metodología, la UE pasa de asumir el 17,3% de las exportaciones chinas de los bienes con desviación comercial en 2017 al 19,4% en 2019. En casi todos los países analizados aumentó ligeramente el peso, pero por debajo de un punto (México es el segundo en el ranking, con un crecimiento de 0,6 puntos). A la vez, las exportaciones señaladas a EEUU disminuyeron en 5,9 puntos. El estudio percibe que en los años posteriores, durante la legislatura de Biden, la tendencia se acentuó. La UE pasó a ser el principal destino de las mercancías afectadas al asumir el 22,2% de las exportaciones en 2023 y superó a EEUU, cuyo porcentaje cayó hasta el 16,4%.

Este elevado aumento se produjo a pesar de que el número de productos chinos que experimentaron desviación comercial a la UE fue de solo 22 de los 60 potencialmente afectados. El estudio determina esta incidencia teniendo en cuenta que solo hay evidencia de desviación comercial en los artículos en los que la tasa de crecimiento anual de las importaciones procedentes de China superó al menos en un 5% la tendencia anterior a la guerra comercial. Se escoge esta cifra para descontar el aumento del valor que se puede deber a la inflación.

El hecho de que los bienes chinos a precios más baratos inunden el mercado europeo puede resultar favorable para las empresas que los usen como insumos, pero negativo para las que compitan en producción. El estudio no aborda este aspecto, pero sí muestra que la Comisión Europea aprobó contramedidas para proteger el mercado interno, por lo que, al menos a nivel político, las desviaciones se entendieron en general como perjudiciales.

El Ejecutivo comunitario adoptó medidas de protección para casi todos los productos de gran valor con desviación comercial hacia la UE. Para 17 de ellos la opción fue combinada de aumento de aranceles a la importación y subsidios, y para otros tres solo se establecieron restricciones a la importación. Aunque no se detallan en el documento, los datos de comercio de Eurostat permiten aproximar cuáles fueron los bienes con mayor crecimiento de las importaciones chinas a causa de la guerra comercial.

Hubo tres en los que la UE experimentó un aumento de las compras a China de más del 90% entre 2017 y 2019: los vehículos de cilindrada entre 1.500 cm³ y 3.000 cm³ (con un incremento del 306%), los acumuladores eléctricos de litio (166%) y los procesadores y controladores (92%). En un análisis más amplio, por grupos generales de códigos aduaneros (Taric), las ventas aumentaron un 50,6% en manufacturas diversas, un 21,8% en automóviles y un 17,9% en manufacturas de fundición, hierro y acero.

Foto: Mercancías. (iStock)

Precisamente, son estos sectores más afectados por la desviación del comercio en la primera guerra comercial los que actualmente se enfrentan a los aranceles más elevados, del 25%, tanto en el caso del acero como en el de los automóviles. Además, en esta ocasión el impacto puede ser mayor, ya que en 2018 China desvió gran parte de sus exportaciones hacia EEUU a través del Sudeste Asiático, sobre todo en el caso de los productos intermedios.

En esta ocasión, países como Vietnam e Indonesia, entre otros de la región, también están amenazados con aranceles elevados, por encima del 40%, lo que dificultaría esa fórmula de desvío e incentivaría a China a buscar otros mercados con mayor potencial de compra. Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, añade que dado el estancamiento de la demanda interna en China, el país “va a intentar colocar todo lo que pueda en otros mercados y el europeo es el principal por solvencia”.

El economista califica de “riesgo grande” este efecto si las mercancías chinas se venden “a precios de derribo” porque “puede provocar que desaparezcan empresas europeas y españolas y que, después, suban ellos los precios”, señala. Todo dependerá de cuáles sean los aranceles que finalmente enfrente cada país cuando terminen las negociaciones con la administración Trump en el periodo de suspensión de 90 días y de si se llega a pactos bilaterales para controlar las desviaciones.

Riesgo de un todos contra todos

Un escenario en el que se materialicen aranceles elevados para todos los países (actualmente se aplica uno general del 10% más los sectoriales mencionados) abrirá la puerta a mayores desviaciones comerciales y, en última instancia, a una caída del comercio mundial. La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima en sus proyecciones de abril que el comercio global de bienes decrecerá un 0,2% este año, frente a un escenario con el nivel arancelario previo a Trump, en el que el comercio crecería un 2,7%. Durante su primer mandato, el comercio se estancó antes de caer profundamente por la recesión de la pandemia.

Un factor crucial en el resultado final, más allá de los aranceles que decida EEUU y de las posibles represalias, es si el resto de los países (y actuales socios comerciales) también entrarán en guerra comercial entre ellos. Existe un riesgo elevado de que las desviaciones comerciales perjudiquen a la producción interna de algunos países y estos decidan proteger sus mercados ante una pérdida de competitividad repentina, iniciando una espiral proteccionista, como sucedió en 1930 después de que EEUU aplicara la Ley Smoot-Hawley.

Para evitar este escenario, que conllevaría un acusado hundimiento del comercio, la Comisión Europea ha acordado con China abordar la desviación comercial causada por los aranceles mediante un mecanismo de seguimiento, especialmente en los sectores que ya sufren un exceso de capacidad global. Asimismo, se plantea modificar los aranceles a los vehículos eléctricos, implantados a finales de 2024.

Torres considera que la UE debe negociar en el corto plazo “un pacto de no agresión” con China para evitar “prácticas de competencia desleal”, como ya ha hecho el gigante asiático con Japón y Corea del Sur, además de “ir preparando el terreno para acuerdos más profundos de cooperación”. No obstante, dada la incertidumbre en torno a las decisiones políticas y las todavía incipientes conversaciones con China, no se puede descartar una guerra comercial total.

La escalada arancelaria iniciada por EEUU en 2025 y las medidas de represalia que adopten algunos países provocarán desviaciones en los flujos comerciales de bienes. La experiencia no es nueva; ya sucedió durante el primer mandato de Donald Trump, cuando la imposición de aranceles a China le llevó a buscar otros compradores para colocar sus mercancías. El mercado más afectado por las desviaciones de entonces fue la Unión Europea, un efecto que podría amplificarse dado que la actual guerra comercial tiene una envergadura muy superior a la de 2018.

Aranceles Estados Unidos (EEUU) Unión Europea
El redactor recomienda