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La UE ofrece a EEUU negociar, pero amenaza con atacar las 'Big Tech' si Trump no cede
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Guerra arancelaria

La UE ofrece a EEUU negociar, pero amenaza con atacar las 'Big Tech' si Trump no cede

El Ejecutivo comunitario insiste en su oferta de negociación a Estados Unidos, pero Von der Leyen avisa de que podrían aplicarse impuestos a las ‘Big Tech’ si no se llega a buen puerto

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Reuters/Yves Herman)
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Reuters/Yves Herman)
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Este jueves, la Unión Europea tomó la decisión de pausar durante 90 días la aplicación de represalias contra Estados Unidos para responder a los aranceles del 25% contra el acero y aluminio. Así, los Veintisiete respondían al movimiento de Donald Trump, presidente estadounidense, que el miércoles había decidido pausar durante 90 días los aranceles generales que había anunciado en el bautizado como “Día de la Liberación”, cuando anunció un 20% de aranceles generales a la Unión Europea. Washington en todo caso no ha suspendido los aranceles a China y ha redoblado el pulso a Pekín, con tarifas que han escalado hasta el 145%.

Aunque Trump solamente ha suspendido durante 90 días la segunda fase de los aranceles generales, manteniendo el 10% inicial de la primera fase y sin suspender el 25% al acero y el aluminio, la UE ha decidido usar la oportunidad. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, explicaba que el movimiento buscaba dar espacio a la negociación. La estrategia europea consiste en combinar mensajes de reconciliación con la administración estadounidense con amenazas directas. A Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, le tocó el papel de pasar la seda y telefoneó este mismo jueves por la tarde a su homólogo americano, Howard Lutnick, con el que está intentando construir una relación de confianza. Pocas horas después, Von der Leyen sacó la lija en una entrevista con el Financial Times.

Hablando de las herramientas que la UE podría utilizar en caso de que la guerra comercial con Estados Unidos siga escalando, incluyendo el instrumento anticoerción (ACI), que se diseñó originalmente pensando en las prácticas comerciales de China pero que podría estrenarse contra la Casa Blanca. “Un ejemplo es que se podría poner una tasa sobre los ingresos publicitarios de los servicios digitales”, ha explicado la alemana en su entrevista con el periódico británico.

La presidenta de la Comisión Europea está tocando en un punto especialmente sensible. Trump y su equipo consideran que la Unión Europea trata de manera injusta a las ‘Big Tech’, que, además, en este segundo mandato del presidente están intentando estar más alineadas con los posicionamientos del Despacho Oval. En concreto, el departamento de Comercio de Estados Unidos considera que la aplicación del Acta de Servicios Digitales (DSA), una reciente regulación europea para mejorar la competencia en los mercados digitales donde los gigantes controlan gran parte de las estructuras, es discriminatoria hacia las empresas americanas. De hecho, hay una enorme presión sobre el departamento que dirige Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, que debe tomar una decisión respecto a las primeras investigaciones por violación de la DSA contra Apple y Meta.

El asunto de atacar a los servicios ya estuvo sobre la mesa de los ministros de Comercio de la Unión el pasado lunes en Luxemburgo. La razón es sencilla: ya que la UE tiene un superávit comercial en bienes, en una hipotética carrera arancelaria los Veintisiete siempre se quedarían sin munición antes que Estados Unidos. La lógica indica, por lo tanto, que la Unión podría girarse hacia donde EEUU tiene un claro superávit comercial: los servicios.

“Las empresas que ofrecen servicios hacen un buen negocio en este mercado - el europeo -. Y la inmensa mayoría de los servicios, el 80%, proceden de Estados Unidos. Así que, de nuevo, queremos una solución negociada que sea la mejor para todos”, señala Von der Leyen en la entrevista en un clásico ejemplo de ‘no nos hagamos daño’. La UE lleva meses debatiendo cómo responder a Trump e intentando encontrar un buen equilibrio entre adaptarse al carácter transaccional del nuevo presidente de los Estados Unidos y al mismo tiempo mostrar fortaleza, porque si algo tenía claro todo el mundo en Bruselas era que con la nueva Casa Blanca había que mostrar músculo.

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (EFE/Wiktor Dabkowski)

Von der Leyen y Sefcovic saben que en la visión que Trump y su círculo cercano tienen de la Unión Europea los socios comunitarios tienen "barreras no arancelarias" entre las que incluyen por ejemplo el impuesto sobre el valor añadido (IVA) o la propia DSA. El eslovaco ya se ha mostrado firme en rechazar cualquier demanda de modificación de esos elementos, así como de estándares sanitarios. La alemana se ha sumado a subrayar que esas son sus líneas rojas. "No están en los paquetes de la negociación porque son nuestras decisiones soberanas", ha explicado en la entrevista con el Financial Times.

Mostrar firmeza

Para evitar que la decisión de congelar los aranceles durante 90 días sea interpretada como un paso atrás, Von der Leyen, que en estos últimos días había bajado la dureza de su discurso, ha vuelto a intentar demostrar que la UE también puede hacer daño a Estados Unidos si es necesario. Una fuente comunitaria explicaba hace algunos días que la presidenta debería ir adaptando su discurso, haciendo cambios a medida que fuera avanzando la situación, subrayando que el entorno inestable obligaba a ir haciendo “reajustes” permanentes.

Von der Leyen y su equipo insisten en que hay una oferta sobre la mesa para avanzar hacia un acuerdo de “cero aranceles” a bienes industriales en las dos direcciones. Hay apertura a negociar y 90 días por delante. Pero tanto la presidenta como todo el mundo por debajo de ella en el organigrama insisten en que si no hay una solución clara, habrá represalias: la UE está ya absorbiendo un 25% de aranceles contra el acero y el aluminio a los que finalmente no responderá durante al menos tres meses, y nadie descarta que pueda haber nuevos aranceles sectoriales en distintos ámbitos.

Este jueves, la Unión Europea tomó la decisión de pausar durante 90 días la aplicación de represalias contra Estados Unidos para responder a los aranceles del 25% contra el acero y aluminio. Así, los Veintisiete respondían al movimiento de Donald Trump, presidente estadounidense, que el miércoles había decidido pausar durante 90 días los aranceles generales que había anunciado en el bautizado como “Día de la Liberación”, cuando anunció un 20% de aranceles generales a la Unión Europea. Washington en todo caso no ha suspendido los aranceles a China y ha redoblado el pulso a Pekín, con tarifas que han escalado hasta el 145%.

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