La UE aprueba las represalias contra EEUU por los aranceles al acero y el aluminio

Los Estados miembros han dado luz verde este miércoles a los aranceles que la Comisión Europea ha propuesto como represalia por el 25% que Estados Unidos ha aplicado al acero y el aluminio europeos. Se trata de una respuesta únicamente a esos primeros gravámenes, y no así al 25% contra los vehículos ni el 20% anunciado el 2 de abril por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en lo que calificó como el “Día de la Liberación”. La respuesta a esas últimas tarifas comerciales empezará a articularse a partir de la semana que viene, aunque la Comisión Europea insiste en subrayar que su prioridad es una solución negociada. “Estas contramedidas pueden suspenderse en cualquier momento, si EEUU acepta un resultado negociado justo y equilibrado”, ha escrito la institución en un comunicado.

El Ejecutivo comunitario preparó una amplia lista de productos con el que planeaba aplicar contramedidas por valor de 26.000 millones de euros, aunque esta cifra finalmente se ha rebajado. En las semanas siguientes a la propuesta inicial las capitales han presionado para intentar eliminar algunos bienes, como por ejemplo el bourbon o productos lácteos, después de que Trump hubiera anunciado que aplicaría como respuesta aranceles del 200% al vino europeo. Italia y Francia, dos países con un importante sector vinícola, presionaron a la Comisión Europea para que esos productos cayeran de la lista y evitar así las represalias de la Casa Blanca.

Algunos productos incluidos en la lista final incluye por ejemplo persianas, frigoríficos, pantalones, lo que afectaría a la popular marca Levi's, motocicletas de gran cilindrada, lo que afecta a Harley-Davidson, margarina, aceites corporales, champús, metales y más de 1.600 otras categorías de productos. Fuentes comunitarias han explicado que la lista se ha elaborado con el objetivo de dañar especialmente a estados republicanos o de donde proceden algunas figuras clave de la administración Trump, e intentando maximizar el daño a Estados Unidos reduciéndolo a la Unión Europea. Así, por ejemplo, se ha incluido a la soja, que la UE importa desde Luisiana, territorio republicano, y que es fácilmente sustituible por soja brasileña. Muchos de los productos ya se incluyeron en una lista del 2018 con la que la Unión Europea respondió a los aranceles contra el acero y el aluminio que aplicó Trump durante su primera presidencia.

La lista se divide en cuatro anexos. El primer anexo incluye productos a los que se aplicarán aranceles ya en este mes de abril. El segundo y tercer anexo son una lista de productos a los que se les empezarán a aplicar aranceles del 10% y del 25% a partir de mediados de mayo. El cuarto anexo son productos que recibirán tarifas comerciales a partir de diciembre de 2025, aunque solamente afecta a almendras y soja. En total, el impacto es de 20.900 millones de euros.

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Esteban Hernández

Bruselas confiaba en que los aranceles fueran aprobados porque el proceso de votación era favorable a la luz verde de las medidas: era necesario que una mayoría cualificada de Estados miembros, es decir, un 55% de los países que representen el 65% de la población, se opongan a las medidas. El único país que se ha opuesto finalmente ha sido Hungría. “La escalada no es la solución. Tales medidas causarían aún más daño a la economía y a los ciudadanos europeos al aumentar los precios. La única salida es la negociación, no las represalias”, ha escrito en redes sociales Péter Szijjártó, ministro de Asuntos Exteriores húngaro.

“La UE considera injustificados y perjudiciales los aranceles de EEUU, que causan perjuicios económicos a ambas partes, así como a la economía mundial. La UE ha manifestado su clara preferencia por encontrar salidas negociadas que sean equilibradas y mutuamente beneficiosas”, ha señalado la Comisión Europea en un comunicado pocos minutos después de la votación.