Las bolsas anticipan un lunes negro mientras la UE consensúa su respuesta a Trump

Tras dos sesiones de desplome bursátil, los ministros de Comercio de la Unión Europea se reúnen este lunes en Luxemburgo para consensuar una respuesta a la guerra comercial anunciada por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, el pasado 2 de abril y que se traducirá en aranceles del 20% para los bienes importados desde la UE. De momento, los futuros de las bolsas americanas, que comenzaron a cotizar a medianoche (hora peninsular española), descuentan un mayor riesgo de recesión y anticipan otra jornada de fuertes caídas en los mercados europeos y estadounidenses.

Los contratos sobre el S&P 500, el Nasdaq Composite y el Dow Jones de valores Industriales abrieron con desplomes superiores al 6%. A las 9:30 h, los descensos se situaban en el 4,8%, 5,5% y 4,2%, respectivamente. El Nikkei 225 japonés, por su parte, se deja un 7,5% y los mercados europeos caen un 7,5% en el caso del Dax, un 6,5% en el del EuroStoxx 50 y un 5,5% para el Ibex 35.

El contexto no puede ser más caótico. El viernes pasado, mientras las bolsas se desplomaban por segundo día consecutivo, el presidente de EEUU se dirigía a jugar al golf en Florida y republicaba en su red social un vídeo de un usuario anónimo. En las imágenes, plagadas de errores factuales, se defendía la tesis de que las caídas bursátiles formaban parte de un plan de la Casa Blanca para forzar a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés y así refinanciar la deuda estadounidense más barata.

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El plan arancelario de Trump había desatado el caos en los mercados, con caídas de las bolsas inéditas desde la pandemia de Covid-19 de 2020. El S&P 500, el principal índice bursátil estadounidense, se dejó más de un 10% entre el jueves y el viernes, dilapidando el equivalente a 5 billones de euros de capitalización bursátil, más de 7 veces el Ibex 35.

Los mensajes mixtos no acaban ahí. El sábado, Elon Musk, dueño de Tesla y aliado y asesor de Trump en su reconquista de la Casa Blanca, aseguraba en una conferencia que esperaba que la UE y EEUU activaran el diálogo para crear un bloque económico de aranceles cero. Y el domingo, el principal asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, negaba que existiese un plan diseñado para tumbar los mercados, contradiciendo las insinuaciones de Trump del viernes.

Pero si alguien tenía expectativas de que esto fuera una apertura de puertas a la negociación, tres de los arietes arancelarios del presidente (el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el de Comercio Howard Lutnick y el asesor Peter Navarro) afirmaban, cada uno por separado, que los aranceles están aquí para quedarse. Ninguno de los tres dio señales de querer cambiar el statu quo: el 10% de aranceles para todas las importaciones de EEUU desde el sábado y un tipo adicional para aquellos países con déficit comercial con EEUU a partir del miércoles.

Reunión en Luxemburgo

Con estos mimbres, Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, tratará de explicar a los ministros de los Veintisiete —el español Carlos Cuerpo incluido— la situación y la estrategia a seguir que ha planteado la Comisión Europea, que consiste en tres ideas: negociar, tomar represalias y diversificar.

La reunión de este lunes no es la primera toma de contacto entre Bruselas y los Estados miembros. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, mantiene una comunicación a alto nivel con algunos de los líderes europeos, y a nivel técnico el diálogo es permanente y lleva produciéndose desde hace meses para preparar este escenario. El viernes, Sefcovic se reunió con los embajadores representantes permanentes (Coreper) poco antes de telefonear a sus homólogos en Estados Unidos, la primera toma de contacto con Washington tras el anuncio de Trump.

Todos los socios quieren negociar e intentar mejorar la situación, pero las estrategias no son las mismas. Algunos de los países más expuestos, como son por ejemplo Suecia o Italia, apuestan por un diálogo pausado y evitando la confrontación, mientras otros señalan que hay que mostrar fortaleza ante Trump porque es el único idioma que entiende. Esa ha sido la lógica ante los aranceles del 25% al acero y el aluminio, ante los que la Comisión Europea ha anunciado represalias por valor de 26.000 millones de euros que ha diseñado de manera “inteligente” según fuentes comunitarias, buscando dañar fundamentalmente a estados republicanos, y disparando contra bienes que puede sustituir, como es la soja.

Los Estados miembros tienen que votar sobre estas contramedidas esta misma semana, el 9 de abril, para que entren en vigor a mediados de mes. Esa votación y el debate de este lunes sobre la estrategia a seguir están vinculados. “No nos precipitaremos: queremos dar a las negociaciones todas las posibilidades de éxito para llegar a un acuerdo justo, en beneficio de ambas partes”, señaló Sefcovic el pasado viernes antes de hablar con sus homólogos americanos. “Trabajaré en ello las veinticuatro horas del día. Sin embargo, la UE no se quedará de brazos cruzados si no somos capaces de alcanzar un acuerdo justo con nuestros socios estadounidenses”, añadió el eslovaco.

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Los europeos ni siquiera tienen claro qué piden desde Washington en una eventual negociación, y eso que Sefcovic ha viajado ya en varias ocasiones a Washington para verse con sus homólogos durante horas, ofreciendo la reducción de aranceles en distintos ámbitos para evitar un conflicto comercial. Sí, quieren 'reequilibrar' el comercio, pero, ¿qué es eso exactamente? "Consideran que el IVA es una barrera, pero ¿le pidieron (a la Comisión) que eliminara el IVA? No estoy seguro. Es decir, entre lo que consideran un problema y lo que piden hay probablemente una diferencia", explica una fuente diplomática europea.

La situación es enormemente compleja. Los aranceles anunciados por Estados Unidos se encuentran en la parte baja de la horquilla de lo que esperaban en Bruselas, donde algunos apuntaban a un 25%. Pero el problema no son únicamente los aranceles americanos y el impacto que pueda tener en las exportaciones europeas. Como ya ocurrió en la primera presidencia de Trump, una de las principales preocupaciones de la Comisión Europea es que el mercado comunitario pueda ser el destino de muchos bienes de países terceros a los que ya no les merezca la pena exportar a Estados Unidos, lo que puede acabar inundando la Unión Europea de productos baratos que pueden dañar gravemente a las industrias locales.

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Ese es claramente el caso del acero y el aluminio, que afrontan aranceles del 25% por parte de la administración americana. En el caso del acero, la Unión Europea ya adoptó una estrategia defensiva en 2018, cuando se establecieron, por primera vez, un sistema de cuotas para evitar precisamente una avalancha de acero barato al mercado europeo. Ahora el Ejecutivo comunitario ha lanzado una investigación para poner en marcha una herramienta similar para el aluminio, y fuentes comunitarias admiten que habrá que analizar la situación tras los aranceles generales.

Además, Sefcovic informará a los ministros sobre su viaje a Pekín a finales de marzo, donde se reunió con He Lifeng, viceprimer ministro, Wang Wentao, ministro de Comercio, y Sun Meijung, ministro de Aduanas. Ante las nuevas tensiones con Estados Unidos y el cumplimiento de medio siglo de relaciones entre la Unión Europea y China, la intención de la Comisión Europea es intentar aprovechar para reequilibrar el trato con Pekín y mejorar la relación comercial.