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Si un negocio no quiere cobrarte con tarjeta, sospecha
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HACIENDA, A LA CAZA

Si un negocio no quiere cobrarte con tarjeta, sospecha

Los comercios recurren a multitud de excusas para justificar que tengas que pagar con efectivo en ellos. Pero ¿cuánto de eso es verdad y cuánto es una forma de ocultar la economía sumergida?

Foto: Usuario con una tarjeta de débito en la mano. (Europa Press/Jesús Hellín)
Usuario con una tarjeta de débito en la mano. (Europa Press/Jesús Hellín)

Los clientes de una de las cadenas de hamburguesas más populares del centro de Madrid solo pueden pagar en efectivo. Sus dependientes señalan a un cartel que alerta sobre su negativa a cobrar con tarjeta, pero callan cuando se les pregunta por qué operan así. Lo mismo hacen los responsables de estos locales, que parecen tener motivos inconfesables a este diario. La empresa que dirige estos establecimientos es una de las que podría recibir pronto una visita de funcionarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). El Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2025 que acaba de aprobar el Gobierno va a “intensificar el control sobre determinados colectivos, como el de aquellos empresarios o profesionales sin ingresos de tarjetas de crédito (cuando estos sean habituales en el sector en que operen)”.

Casi cualquier español conocerá uno de esos negocios donde solo se puede pagar con monedas o billetes. Al preguntar por los motivos, los trabajadores podrían contestarle “es que hay que consumir al menos cinco euros” o “el mantenimiento del datáfono es caro”. En otros negocios aducen que prefieren no cobrar con tarjeta “porque el dinero tarda mucho más en llegar” y necesitan “liquidez”, pero no es difícil llegar a la conclusión de que estos sitios podrían estar encubriendo esquemas de dinero en B, sobre todo cuando no tiene ningún sentido que rechacen las tarjetas.

De los tres locales de la mencionada hamburguesería, por ejemplo, los dos que solo aceptan efectivo están en las inmediaciones de Moncloa, una zona donde abundan los jóvenes universitarios. No cobrar con tarjeta allí resulta anacrónico, ya que los españoles con estudios superiores son los más propensos a utilizar métodos de pago electrónicos y a abandonar el efectivo. ¿Por qué, entonces?

El escrutinio de la AEAT priorizará “especialmente los sectores ligados tradicionalmente a la economía sumergida”, entre los que destacan la construcción, el comercio, la hostelería y el transporte. Este operativo del ente tributario intentará aplacar el crecimiento del “sector negro” de la economía. España habría sido el tercer país de la Unión Europea con mayor incidencia de la economía sumergida, con un volumen situado en torno al 24% del PIB durante el bienio 2021-2022, según un reciente estudio del economista Kenneth Rogoff.

Qué pasa cuando no puedes pagar con tarjeta

El perjuicio principal del cobro exclusivo con efectivo alude a los posibles fraudes fiscales que se pueden cometer. Los españoles mantienen el dinero físico como principal método de pago y no protestan demasiado si les cobran así en algunos sitios. Fuentes del Ayuntamiento de Madrid aclararon a este diario que no se han recibido denuncias sobre el tema en la Oficina Municipal de Información al Consumidor. Rubén Sánchez, secretario general de FACUA, coincide en que apenas tienen quejas de sitios que solo aceptan efectivo, y "muchos usuarios sencillamente optan por ir a otros comercios más asiduamente".

Muchos españoles creen que los sitios donde no pueden pagar con tarjeta están infringiendo la ley, pero no tiene por qué ser así. Lo que no puede dejar de cobrarse en ningún lugar es el efectivo. Sánchez aclara que nadie tiene derecho a exigir pagar con tarjeta: “Otra cosa es ir hacia otro lugar porque nos resulta más incómodo tener que llevar siempre efectivo. Y esos propios establecimientos saben que pierden clientela, porque son menos competitivos”.

En esos sitios donde nos exigen consumir cinco euros como mínimo para pagar con tarjeta, y tenemos que llenar la bolsa de productos que no queremos cuando en realidad queríamos una Coca-Cola, tampoco se viola lo establecido. “No vulnera la ley limitar los pagos con tarjeta a importes superiores a cinco o 10 euros, por ejemplo. Una empresa puede negarse a cobrar con tarjeta sin dar explicacion alguna”, señala Sánchez.

Algunos usuarios lamentan tener que comprar más cosas para pagar en los sitios que les exigen un monto mínimo

José Luis Gómez, del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora, considera que cobrar con tarjeta a partir de un monto determinado es mejor que no utilizar de ninguna forma ese método de pago. Aunque para este economista vallisoletano dicha variante resulta “una solución mixta operativa”, algunos usuarios lamentan tener que comprar más cosas para pagar en los sitios que les exigen un monto mínimo.

Otras justificaciones que emplean algunos empresarios para evitar el pago con tarjeta son las presuntas demoras en la acreditación del dinero en sus cuentas. En sitios con mala conexión a internet se achaca la decisión a las supuestas fallas que se generan en las pasarelas de pago digitales. Gómez cree que generalmente ese tipo de incidencias ahora “se pueden gestionar y solventar sin mayores problemas”, por lo que no las ve como explicaciones muy convincentes.

María Gallego, una abogada que asesora jurídicamente a la OCU, precisó a Confilegal en abril de 2024 que los comercios tienen la obligación jurídica de informar correctamente a los clientes sobre su negativa de aceptar pagos con tarjeta. “El tema de la información, en cualquier tipo de compra, es algo que tanto los consumidores como las empresas obvian, pero es muy necesario comunicar en cualquier servicio cómo se debe abonar el mismo”, explicaba la experta en consumo.

“Controlar la economía sumergida no es fácil”

Cobrar en efectivo es uno entre varios métodos para defraudar al fisco. A fin de cuentas, solo el 8% de los locales españoles de comercio y hostelería no admitía pagos con tarjeta en 2024. Quizás por eso Hacienda prefiere focalizarse en perfiles más elevados, y no en aquellos sitios que cobran en metálico porque no pueden permitirse las comisiones bancarias.

“Aquí no estamos pensando en negocios muy pequeñitos precisamente, sino de ámbitos ya de un cierto nivel de facturación”, comenta bajo anonimato una fuente de la AEAT. “No estamos pensando en el típico perfil de autónomo. Siempre pongo el caso de los desguaces como ejemplo de este tipo de cosas. Si tú tienes unos cajeros a la entrada de un establecimiento, y cuando la gente te quiere pagar con tarjeta le dices que si no tiene efectivo puede utilizar tus cajeros, es algo especialmente llamativo”.

La AEAT se refería a un caso icónico de la defraudación mediante pagos en efectivo: el de las 45 empresas de desguaces que desfalcaron 70 millones de euros hace una década. “No aceptar tarjetas para poner un cajero en la puerta de un establecimiento, tiene bastante pinta de que implique una problemática tributaria y de economía sumergida”, precisa el funcionario de la AEAT consultado. “Los negocios que hacen ese tipo de cosas no evaden el pago con tarjeta porque sean pequeños, sino porque tienen otros intereses, entre los que puede estar evadir impuestos”.

"Lo normal es que estas inspecciones terminen en vía administrativa, con una regularización de la cantidad defraudada y una multa"

La intención de Hacienda al “intensificar” estos chequeos queda lejos de meter a la cárcel a los posibles defraudadores. La prioridad es recaudar los impuestos que se evaden. Para que alguien sea procesado penalmente por un delito fiscal, la cantidad defraudada tiene que superar los 120.000 euros por impuesto y por año. Además, tiene que haber intención de defraudar, “cosa que es difícil de probar en un tribunal penal”, señalan desde la AEAT. Por eso lo más normal es que este tipo de inspecciones terminen en vía administrativa, con una regularización de la cantidad defraudada y una multa.

El plan de la Agencia consiste en hacer “comprobaciones formales”, conocidas coloquialmente como “peinados”. Es decir, no serán inspecciones como tal, sino visitas de carácter más censal para tomar nota de lo que sucede. Los funcionarios de la Agencia se presentarán en determinados establecimientos haciendo consultas y preguntas sobre cuestiones que pueden ser muy variadas. A partir de lo que se encuentre en algunos casos, después se hará algún tipo de inspección más rigurosa.

Esta insistencia de la AEAT de aumentar las comprobaciones se debe a que “el movimiento en efectivo se considera riesgo de fraude”, precisa José María Peláez, portavoz de Inspectores de Hacienda del Estado. Las instituciones financieras españolas tampoco pueden hacer mucho más, pues la ley no obliga a los comercios a aceptar los pagos con tarjeta. Lo único que puede hacer Hacienda es “vigilar a todos los negocios que cobran exclusivamente en efectivo”.

Comisiones altas y ruralidad, causas frecuentes

Si Hacienda materializa su empeño y detecta bastante agua turbia corriendo por el río, “podría ser bueno” para la economía española, según Gómez. “No vale que unos, porque estén más controlados legislativamente con una nómina, tengan que tributar al 100% de sus ingresos, y otros tributen menos porque los controles sean diferentes. Hacienda va a encontrar lo que está buscando”, detalla.

No todos los comercios que cobran solo en metálico lo hacen para obtener beneficios económicos al disminuir sus declaraciones, también pueden influir las comisiones bancarias y el coste administrativo que provoca gestionarlas. Además, a muchos emprendimientos de zonas rurales o poco desarrolladas productivamente les resulta imposible asumir los sobrecostes de las comisiones y por eso solo trabajan con efectivo.

Castilla y León es una región envejecida, con una edad media de 60 años”, explica Gómez. “Aquí hay pocos establecimientos en los que no se admiten tarjetas. Yo diría que solo lo ponen como requisito en un 10% de los sitios, pero lo tienen más o menos fácil, porque sus clientes habituales son gente que por la edad está habituada a llevar efectivo y pagar con él”.

"Quién sabe la cifra del dinero que hay tras bambalinas, pero sí que existe una economía sumergida importante en España"

La elevada carga impositiva debería ser otro de los elementos a revisar para que disminuya el cobro exclusivo con dinero físico, señala Gómez. “Una parte de la solución depende de que las comisiones bancarias sean más ajustadas, y la otra sería articular sistemas para que todos tributen por igual. En un país como España, con una carga impositiva tan alta, la gente huye de los impuestos. Eso de no cobrar con tarjetas es como una evasión natural”.

La AEAT no adelantó a este diario qué tipos de negocios serán los más investigados, ni cuánto se espera recuperar tras el “peinado” anunciado. Podría tratarse de millones de euros, opina Gómez. “Quién sabe la cifra del dinero que hay tras bambalinas, pero sí existe una economía sumergida importante en España. Eso afecta a los establecimientos, a la gente que está parada. Estamos en un país donde hay dos millones y medio de parados y aun así no se encuentra gente para trabajar. Como hay muchas ayudas, y no entro a valorar si son buenas o malas, se fomenta la existencia de una economía sumergida. Algunas personas, con tal de no perderlas, prefieren cobrar en negro teniendo incluso más de un trabajo”.

No solo los comercios físicos evitan los pagos con tarjeta. Un abogado puede ofrecer un mismo servicio por 250 euros en efectivo, o por 302,5 euros (con IVA) si el pago no se realiza con billetes. Lo mismo puede pasar con un cerrajero o un lavadero de coches. Jerónimo* es una de esas personas mencionadas por Gómez que prefiere trabajar completamente en negro para no perder su retribución por desempleo. Lava coches a domicilio y trabaja eventualmente en la construcción. “Me meto en los anuncios de internet y llamo a los clientes. Pongo mis propias cosas para limpiar y cobro entre 60 y 70 euros”, detalla el joven colombiano sobre el dinero que gana trabajando y evita ingresar a sus cuentas para no levantar sospechas de Hacienda.

"Lo que busca la Agencia es acabar con esa economía sumergida que se da con la no declaración de ciertos ingresos"

El plan de Jerónimo es terminar los tres meses que le quedan de paro y luego salir de España: “Aquí no vale la pena trabajar, porque se pagan muchos impuestos y el sistema es muy controlador. Las autoridades tienen esclavizadas a las personas. Este país sirve para estudiar o estar pensionado, pero para trabajar no. Intenté más de una vez hacerme autónomo para fregar coches, pero no me daban las cuentas y tuve que darme de baja. Por eso ahora todo lo que trabajo lo cobro en efectivo”.

Debido a las innegables ventajas que ofrece para el público, Gómez cree que debería ser obligatorio admitir el pago con tarjeta: “Será cuestión de tiempo que se haga, es una calle sin retorno. Lo que busca la Agencia es acabar con esa economía sumergida que se da con la no declaración de ciertos ingresos. Quiere terminar con la evasión fiscal”.

Los clientes de una de las cadenas de hamburguesas más populares del centro de Madrid solo pueden pagar en efectivo. Sus dependientes señalan a un cartel que alerta sobre su negativa a cobrar con tarjeta, pero callan cuando se les pregunta por qué operan así. Lo mismo hacen los responsables de estos locales, que parecen tener motivos inconfesables a este diario. La empresa que dirige estos establecimientos es una de las que podría recibir pronto una visita de funcionarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). El Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2025 que acaba de aprobar el Gobierno va a “intensificar el control sobre determinados colectivos, como el de aquellos empresarios o profesionales sin ingresos de tarjetas de crédito (cuando estos sean habituales en el sector en que operen)”.

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