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La UE intenta que el acero y el aluminio que EEUU rechaza no acabe en Europa
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La UE intenta que el acero y el aluminio que EEUU rechaza no acabe en Europa

La Comisión Europea lanza una investigación sobre las importaciones de acero y aluminio para evitar que el mercado europeo se inunde con productos que ya no vayan a EEUU

Foto: Las banderas de la UE en la Comisión Europea. (EFE/Olivier Matthys)
Las banderas de la UE en la Comisión Europea. (EFE/Olivier Matthys)
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Si algo tenían claro en la Comisión Europea cuando Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció aranceles del 25% al acero y el aluminio de todo el mundo es que esos productos, muchos de ellos más baratos que los europeos, pero menos especializados y producidos en el mercado asiático, no se iban a evaporar. Si ya no logran entrar en Estados Unidos debido al aumento del coste, los productores van a buscar un mercado rico y abierto alternativo en el que poder colocarlo. Se está rifando una inundación del mercado con acero y aluminio barato y la Unión Europea está comprando todos los números.

Por eso, la Comisión Europea ha presentado este miércoles su plan de acción para un sector que, desde la anterior campaña de aranceles de la primera presidencia de Trump y después con la pandemia, no ha terminado de levantar cabeza. Los precios de la energía estructuralmente más altos que los de sus competidores tampoco han ayudado. Ante el riesgo de que la industria ahora tenga que afrontar un aumento de la disponibilidad de productos baratos ha hecho que el Ejecutivo comunitario anuncie que ha comenzado "a reunir pruebas pertinentes con vistas a utilizar los instrumentos de defensa comercial, incluida la puesta en marcha de una investigación". La Comisión ha explicado que los aranceles contra el aluminio pueden "empeorar todavía más la situación" del sector del aluminio "dada la importante amenaza de desviación del comercio desde múltiples destinos". Bruselas señala que los productores europeos han "perdido una cuota de mercado sustancial en la última década".

De esta manera, y en base a las conclusiones de sus pesquisas, Bruselas podría anunciar contramedidas para evitar la llegada de aluminio al mercado europeo, una muestra del efecto global que tiene el anuncio de aranceles por parte de Trump, que distorsiona todos los mercados y obliga a tomar medidas restrictivas también entre el resto de actores. No sería la primera vez que la UE haría esto, ya que en 2018, cuando en su primera etapa en la Casa Blanca Trump anunció también aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, Bruselas estableció una serie de cuotas para la importación de acero a partir de las cuales se imponían aranceles del 25%. Esta medida de hecho sigue vigente, aunque caduca en junio de 2026, aunque la Comisión Europea ha anunciado también este miércoles que propondrá "una medida a largo plazo que proporcione un nivel de protección eficaz para el sector siderúrgico" de la UE más allá de junio de 2026.

Por lo tanto, el Ejecutivo comunitario podría replicar este mismo modelo para el aluminio: cuotas que permitirían al mercado europeo seguir importando aluminio, pero estableciendo un tope para evitar que otros países puedan intentar colocar en el mercado europeo el aluminio que ya no vaya a ser adquirido por Estados Unidos. La Unión Europea importa la mayoría del aluminio de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), seguido de Bahrein y la Federación Rusa, aunque los socios europeos se han comprometido a dejar de importar en 2026 como parte de las medidas contra Moscú por la invasión de Ucrania. Pero estos datos no tiene en cuenta los actores del Área Económica Europea, como Noruega, Islandia o Suiza, que previsiblemente quedarían exentos de medidas por parte del Ejecutivo comunitario.

Uno de los problemas que afronta la Comisión Europea es que los productores de países terceros pueden esquivar los instrumentos de defensa comercial, como por ejemplo las cuotas. De hecho, Bruselas señala que es una "tendencia creciente". "Esto significa que, si bien la medida antidumping o antisubvenciones específica aborda adecuadamente las importaciones directas, estas últimas pueden sustituirse por importaciones indirectas en las que la última fase del proceso de producción tiene lugar en un tercer país no sujeto a las medidas, antes del envío a la UE, evitando el pago de aranceles", explica el Ejecutivo comunitario en un documento.

Es decir, que un país sujeto a aranceles a partir de una determinada cuota, haga un último proceso en otro país tercero, desde el que se envía el producto terminado al mercado europeo sin estar sometido a aranceles. Por eso, el Ejecutivo comunitario señala que está sopesando utilizar una "norma de fundido y vertido" para actuar contra el país en el que se fundó originalmente el metal.

Si algo tenían claro en la Comisión Europea cuando Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció aranceles del 25% al acero y el aluminio de todo el mundo es que esos productos, muchos de ellos más baratos que los europeos, pero menos especializados y producidos en el mercado asiático, no se iban a evaporar. Si ya no logran entrar en Estados Unidos debido al aumento del coste, los productores van a buscar un mercado rico y abierto alternativo en el que poder colocarlo. Se está rifando una inundación del mercado con acero y aluminio barato y la Unión Europea está comprando todos los números.

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