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El Gobierno utiliza cada año la mitad del Fondo de Contingencia para gastos recurrentes
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Mala práxis presupuestaria

El Gobierno utiliza cada año la mitad del Fondo de Contingencia para gastos recurrentes

El gran instrumento que quiere utilizar el Ejecutivo para elevar el gasto en Defensa sin pasar por el Congreso se utiliza, por ejemplo, para financiar la casilla de 'fines sociales' en la declaración del IRPF

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Diego Radamés)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Diego Radamés)
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El Gobierno quiere elevar el gasto en Defensa sin pasar por el Congreso para evitar una derrota parlamentaria a manos de los partidos de la izquierda o depender del apoyo del PP. Uno de los instrumentos más asequibles es el Fondo de Contingencia, una partida presupuestaria dotada anualmente con el 2% del gasto total que se reserva para episodios excepcionales. Precisamente por su carácter de excepcionalidad, el Gobierno puede usar este fondo sin necesidad de autorización del Parlamento, de modo que se gana en agilidad.

Si el Gobierno quiere utilizar este fondo para potenciar la Defensa, tendrá que dejar de usarlo para financiar el resto de gastos que hoy carga sobre esta partida. El Ejecutivo agota anualmente algo más del 80% del Fondo de Contingencia, por lo que apenas deja margen para incorporar nuevos gastos. Además, una buena parte de estos recursos se emplea para financiar gastos recurrentes. Esto es, nada tiene que ver con disponer de una reserva para imprevistos.

Esta reserva anual es una tentación en la que han caído sistemáticamente los distintos gobiernos. Desde 2012, han utilizado el 43% del gasto ejecutado del Fondo de Contingencia para financiar operaciones no imprevistas, esto es, de carácter recurrente. Así lo pone de manifiesto un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que ha analizado el uso de este mecanismo excepcional en un análisis sobre los riesgos fiscales.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha elevado el recurso al Fondo de Contingencia para gastos habituales, incrementándolo hasta el 45% en el periodo 2018 a 2024, sin contar el año de la pandemia. En varios años, como 2018, 2019 y 2023, el gasto en operaciones recurrentes superó el 50% del presupuesto ejecutado del Fondo. Esto es, la mitad del dinero de este fondo se utilizó para gastos que nada tienen que ver con imprevistos, sino con partidas discrecionales.

"Una parte significativa del gasto financiado con cargo al Fondo de Contingencia carece de carácter imprevisto y no discrecional", advierte la AIReF en su informe, "el uso discrecional aumenta el riesgo de desviaciones y compromete la transparencia del presupuesto".

Hay tres grandes partidas que el Gobierno financia con cargo al Fondo de Contingencia: las misiones de paz en el extranjero, varias prestaciones sociales y la financiación de la asignación a fines de interés social en el IRPF y el impuesto sobre sociedades. En 2024, por ejemplo, el Gobierno retiró 361 millones de euros para cubrir una parte del coste de la casilla de la "asignación a fines de interés social" en la declaración anual del IRPF. Esta partida nada tiene que ver con eventos inesperados; de hecho, la AIReF defiende que este presupuesto es bastante estable, porque los ciudadanos no suelen cambiar mucho de opinión sobre la selección de esta casilla. Sin embargo, el Gobierno lleva desde 2019 elevando el recurso al Fondo de Contingencia para financiar este coste, que va aumentando como consecuencia de la creación de empleo y la inflación.

Esta decisión la adopta el Consejo de Ministros anualmente y la cuantía crece cada ejercicio. Cada año hay un día en el que el Consejo de Ministros aprueba retirar una parte del Fondo de Contingencia para financiar el coste de esta casilla en el IRPF.

Este Fondo también se emplea para financiar algunas prestaciones sociales. El Gobierno carga algunas facturas de dependencia, prestaciones de la Seguridad Social e incluso del Ingreso Mínimo Vital. Este conjunto de prestaciones sociales supone el 8% del presupuesto ejecutado anualmente del Fondo de Contingencia.

Pero el mayor gasto financiado con cargo al Fondo de Contingencia son las misiones de paz en el extranjero del Ejército. Estas operaciones tampoco son imprevistas, de modo que se deberían financiar con el presupuesto ordinario del Ministerio de Defensa. Sin embargo, el Gobierno recurre al fondo para minimizar este coste, lo que también resta transparencia al gasto militar. Según la AIReF, el Gobierno emplea anualmente el 33% del gasto del Fondo de Contingencia para financiar estas misiones de paz.

Si el Gobierno quisiese emplear este fondo para financiar el gasto en Defensa, necesitaría sacar estas partidas de gasto y recolocarlas en el resto del presupuesto. Esto restaría margen de gasto para otras políticas públicas. Estas partidas computarían dentro del techo de gasto, limitando así la capacidad para elevar otros créditos presupuestarios.

La AIReF ha recomendado al Gobierno que introduzca criterios más estrictos para el uso del Fondo de Contingencia. Una reclamación que probablemente caerá en saco roto si el Ejecutivo quiere utilizar este fondo para financiar un aumento estructural del gasto en Defensa mientras no tiene mayoría para aprobar unos nuevos presupuestos.

Foto: Vista del Tribunal Constitucional. (Europa Press)

"Recomendamos al Ministerio de Hacienda definir criterios más estrictos para evitar que el Fondo de Contingencia sea utilizado recurrentemente para financiar gastos discrecionales", explican fuentes de la AIReF. También reclama al Gobierno que publique informes periódicos en los que explicite la naturaleza de los gastos financiados. Esto es, dotar de transparencia al Fondo de Contingencia, que tradicionalmente se ha utilizado de forma opaca y al margen del control del Parlamento.

La tentación de utilizar el 2% del presupuesto que hay que destinar anualmente al Fondo de Contingencia siempre es fuerte. Para cualquier Gobierno, usar estos recursos basta con un acuerdo del Consejo de Ministros. Sin embargo, este fondo es todavía más tentador cuando el Gobierno no es capaz de tramitar unos presupuestos, ni de pasar decretos por el Congreso, que sería la forma normal de aumentar el gasto en Defensa en un contexto de prórroga de las cuentas públicas.

El Gobierno quiere elevar el gasto en Defensa sin pasar por el Congreso para evitar una derrota parlamentaria a manos de los partidos de la izquierda o depender del apoyo del PP. Uno de los instrumentos más asequibles es el Fondo de Contingencia, una partida presupuestaria dotada anualmente con el 2% del gasto total que se reserva para episodios excepcionales. Precisamente por su carácter de excepcionalidad, el Gobierno puede usar este fondo sin necesidad de autorización del Parlamento, de modo que se gana en agilidad.

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