El comercio mundial avanza a pesar de la geopolítica y el sur global liderará el crecimiento
Las mercancías recorrieron una nueva distancia récord en 2024 y el peso del comercio entre regiones disminuyó. Las políticas de Trump pueden desacelerar la globalización de bienes, aunque es difícil estimar hasta qué punto
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Donald Trump se ha propuesto cambiar el rumbo de la política comercial de EEUU, pero difícilmente podrá determinar la evolución de la globalización de bienes porque su dominio y capacidad de influencia en los flujos comerciales mundiales ha disminuido. En 2023, EEUU solo realizó el 9% de las exportaciones globales y el 13% de las importaciones y la mayor parte de los países comercian actualmente más con China que con EEUU. El aislacionismo que pretende Trump puede desacelerar el comercio global, pero las previsiones todavía apuntan a crecimientos robustos por el auge de nuevos actores.
Intuitivamente, el clima geopolítico señala que el comercio global de bienes está retrocediendo. Las principales potencias se han blindado con más barreras comerciales en los últimos años y los conflictos abiertos en la Organización Mundial del Comercio crecen. Los flujos comerciales entre EEUU y China descienden, del 3,5% en 2016, justo antes del primer mandato de Trump, al 2,6% entre enero y septiembre de 2024. También decrece el porcentaje de comercio mundial que tiene lugar entre los países alienados con uno de los dos bloques, pasando del 13,7% en 2021 al 10,6% en 2024, en gran medida debido a las sanciones de occidente a Rusia tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, los países del sur global, muchos de ellos poco alineados políticamente, tienen un papel cada vez más relevante.
El Altas de Comercio de 2025 presentado este miércoles por DHL y elaborado por la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York aporta un dato revelador sobre el estado de la globalización de bienes: la longitud media recorrida por las mercancías marcó otro máximo histórico en los nueve primeros meses de 2024, 5.000 km. Esto se debe al “Factor Asia”, un continente que ha ganado mucha centralidad en los negocios comerciales en este siglo gracias en primer lugar a China, pero más recientemente gracias a los países del Asia lejana, políticamente menos alineados. Desde 2021, Norteamérica y Europa han intensificado los flujos comerciales con estos últimos.
De hecho, los países que no son aliados cercanos ni de EEUU ni de China son los que mayor crecimiento del comercio han tenido en los últimos años. Según el informe, el porcentaje del comercio mundial que implica a estos países ha pasado de ser el 42% en 2016 al 47% en 2024. Ejemplos de esta tendencia son el auge de Emiratos Árabes Unidos, India, Vietnam, Brasil y México.
En paralelo, la apuesta por el comercio mundial de estos países geográficamente alejados hace que el porcentaje del comercio realizado entre regiones haya caído al 51% en 2024, por lo que no hay un vuelco general hacia la regionalización o el nearshoring. La principal excepción en esta tendencia general es Norteamérica, que registra una tendencia creciente a la regionalización desde 2018 a la espera de los datos definitivos de 2024 y de cómo queden las relaciones entre EEUU, Canadá y México tras las amenazas de Trump.
Perspectivas de crecimiento
Según el informe, el volumen de los flujos comerciales creció un 2% anual en promedio entre 2019 y 2024 a pesar de la batalla entre bloques y de las interrupciones de la pandemia y los autores proyectan un crecimiento mayor para el próximo lustro a pesar de la vuelta de Trump. Su escenario central se ha construido con la hipótesis de que las propuestas originales de incremento de aranceles se terminarán negociando, de manera que se implementarán medidas más rebajadas respecto a las inicialmente anunciadas y se regularán excepciones ante el aumento de la inflación interna.
“EEUU no está liderando un movimiento global de retirada del comercio”, advierten los autores, y señalan que muchos otros países continúan impulsando el crecimiento comercial como “una clave de su desarrollo económico”. “No es probable que otros le sigan en ese camino porque los más pequeños sufrirían en exceso las consecuencias de una retirada global del comercio”, señala Steven A. Altman, investigador principal del informe. Además, considera que la posible retirada de EEUU puede hacer que los estados afectados “redoblen esfuerzos” para asegurarse el acceso a otros mercados internacionales.
En la misma línea se ha manifestado John Pearson, CEO de DHL, que se ha mostrado optimista respecto a la evolución del comercio global en los próximos años a pesar de la vuelta de Trump. “Ya no hay manera de revertir el comercio internacional. No debemos subestimar la creatividad de los compradores y vendedores que quieren hacer negocios con otros”, defiende. Señala además que hay “mucho espacio para crecer” porque solo el 21% de los bienes y servicios que se producen en los países abandonan las fronteras y terminan en otro estado.
Con este planteamiento y basándose en cuatro fuentes distintas de datos de 200 países hasta enero de 2025, los autores calculan que el comercio global crecerá, de media, un 3,1% anual entre 2024 y 2029. No obstante, si Trump cumpliera con todos los aumentos de aranceles de su programa electoral, el volumen del comercio global crecería menos o incluso decrecería. Oxford Economics calcula que el avance en promedio en el periodo citado caería por debajo del 2% frente al 3,1% señalado, pero otros analistas, como Bloomber Economics y el instituto Kiel son menos optimistas y apuntan a descensos del entorno del 7%.
El momento del sur global
En este contexto de nueva e incierta guerra arancelaria por la forma en la que Trump toma decisiones, los países ubicados en el sur global y los menos alineados con uno de los dos bloques rivales tienen más posibilidades de crecimiento comercial al poder sortear mejor la creciente hostilidad geopolítica. Se trata de países de ingresos medios o bajos que buscan hacer de la expansión comercial su pilar de crecimiento y prosperidad económica y tienen margen para ello.
El informe proyecta crecimientos por encima del 5% para tres regiones: Asia Central y del Sur, África Subsahariana y ASEAN (Asociación de Países del Sudeste Asiático). Este escenario contrasta con el crecimiento mucho menor previsto de un 2,8% para China y de un 2,7% para Europa y Norteamérica, sin contar cómo le va a perjudicar a este último la incertidumbre generada y las futuras medidas. Entre los países más boyantes destacan especialmente tanto por su rapidez en el crecimiento proyectado como por el volumen absoluto la India, Indonesia, Filipinas y Vietnam, aunque como región el mayor avance se produce en el sur de África, con tan solo un crecimiento del comercio del 0,8% entre 2019 y 2024 frente a un 5,3% previsto para los próximos cinco años.
El caso de la India no es nuevo, a principios de siglo generaba unos ingresos por exportaciones inferiores a los de España y actualmente es ya el 13º exportador mundial. De hecho, la India ya tiene mayor intensidad comercial que China si se cuenta el peso que el comercio internacional de bienes y servicios tiene sobre su PIB. Vietnam, por su parte, también ha tenido un crecimiento progresivo y más rápido en los últimos años, pasando de un peso del comercio en su PIB del 10% en 1985 al 82% en 2023, lo que le ha permitido salir del grupo de países pobres en renta per cápita al rango intermedio.
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En consonancia, el centro geográfico de gravedad del comercio, que ya se había ido desplazando paulatinamente desde el noroeste hacia el suroeste por la irrupción de China durante los 2000, intensificará esta tendencia si se cumplen las proyecciones. Este centro de gravedad se calcula usando el peso comercial de los países a través de sus latitudes y longitudes y ha pasado de estar en algún punto del norte del océano Atlántico en 1950 a algún punto de Rusia central actualmente. Aunque el mayor movimiento lo ha provocado China, cuyos flujos comerciales superaron a los de EEUU en 2012, ahora son otros países de Asia y del sur global los que están ahondando más en la tendencia.
Este reequilibrio de pesos en los flujos comerciales y el posicionamiento político de gran parte de los estados en auge, menos encasillados en uno de los dos bloques rivales, hace factible que en los próximos años surja una nueva gobernanza global en algún punto del sur global, siendo India y una ciudad como Delhi una de las principales candidatas. Aunque la India es más cercana políticamente a EEUU y es el país al que más exporta, tiene buenas relaciones comerciales con China, que es el principal origen de sus importaciones.
La estrategia más reciente de la Unión Europea pasa precisamente por acercarse al boyante sur global dada la nueva política del principal aliado político y la intención de dejar de depender de China. Ejemplo de ello es la reanudación de las conversaciones para cerrar el acuerdo con Mercosur y el reciente viaje oficial de la nueva Comisión a la India. Las economías de la UE son las más abiertas a la globalización de bienes y necesitan hacer nuevos aliados para sostener su crecimiento económico y una posición geopolítica propia.
Donald Trump se ha propuesto cambiar el rumbo de la política comercial de EEUU, pero difícilmente podrá determinar la evolución de la globalización de bienes porque su dominio y capacidad de influencia en los flujos comerciales mundiales ha disminuido. En 2023, EEUU solo realizó el 9% de las exportaciones globales y el 13% de las importaciones y la mayor parte de los países comercian actualmente más con China que con EEUU. El aislacionismo que pretende Trump puede desacelerar el comercio global, pero las previsiones todavía apuntan a crecimientos robustos por el auge de nuevos actores.