Es noticia
Malas noticias para Trump: los datos económicos muestran un frenazo en sus primeros días
  1. Economía
Primeros indicadores relevantes

Malas noticias para Trump: los datos económicos muestran un frenazo en sus primeros días

La inflación fue la tumba de Biden, pero está yendo a peor con Trump. Los consumidores temen una subida de precios aún más rápida y están optando por aumentar su ahorro

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters/Leah Millis)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters/Leah Millis)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La exuberancia de anuncios sorprendentes (y rectificaciones) del nuevo presidente de Estados Unidos han generado un clima de confusión que está siendo nocivo para su economía. Los indicadores económicos son todavía escasos, pero la mayoría apuntan en una misma dirección: más inflación y menos crecimiento. Los hogares temen que el efecto de sus políticas acelere más los precios, por lo que están optando por reducir su consumo y elevar su ahorro. Malas noticias en una economía tan dependiente de la demanda doméstica.

El gasto en consumo de los estadounidenses se redujo un 0,2% en enero respecto de diciembre (con datos ajustados de estacionalidad y calendario), según los datos publicados por la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés). Los hogares redujeron sus compras en 30.700 millones de dólares en el primer mes de mandato de Donald Trump. En precios reales, la caída fue del 0,5%.

Esta caída del consumo contrasta con el aumento de los ingresos de los hogares, que crecieron un 0,9% mensual, 194.000 millones de dólares más. Esto significa que los estadounidenses optaron por elevar su ahorro ante el escenario de incertidumbre económica que abría el nuevo presidente.

Una vez más se constata que la incertidumbre no depende de la ideología de quien gobierne, sino de los resultados previstos de sus políticas. En este caso, las familias creen que se avecina una nueva crisis inflacionista debido a los aranceles y a la política fiscal expansiva. Los hogares elevaron su ahorro hasta el 4,6% de su renta disponible, superando así la media histórica.

La caída del consumo fue especialmente intensa en el sector de la automoción. Las ventas de vehículos se redujeron en 41.000 millones de dólares. Pero también destaca la caída de compras de diversos bienes de consumo duradero, como muebles, electrodomésticos, o informáticos. Esto significa que las familias han optado por recortar gastos que suponen un gran desembolso. Por el contrario, las compras de alimentación o los servicios de turismo y ocio siguieron creciendo a lo largo del mes.

En circunstancias normales, la desaceleración del consumo empujaría a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés. Pero la coyuntura actual es excepcional, porque la caída de la demanda se produce en paralelo al temor inflacionista. Según la encuesta mensual que elabora la Universidad de Michigan, las familias estadounidenses creen que están comenzando el mayor ciclo inflacionista de los últimos 30 años, con una media de inflación del 3,5% anual.

"La economía parece estar ahogada por la incertidumbre creada por la formulación de políticas económicas al azar en Washington", escribía el lunes en X el economista jefe de Moody’s, Mark Zandi. "Las guerras arancelarias, los recortes de empleos, programas y agencias gubernamentales del DOGE y las deportaciones están sembrando confusión, lo que pone un freno a la inversión, la contratación y el gasto".

No sólo es la confianza de los consumidores. Las peticiones semanales del seguro por desempleo también han aumentado en los últimos días, indicando un aumento del paro. En concreto, se registraron 242.000 solicitudes, el dato más alto desde antes de la victoria de Trump en las elecciones de noviembre. Todo apunta a que las empresas también están dudando sobre sus contrataciones.

Los ahorradores también están reposicionando sus carteras de inversión para protegerse de la incertidumbre de Trump. Los más valientes están optando por las criptodivisas, pero los que invierten en activos tradicionales han girado de la bolsa hacia la deuda. "Los bonos del Gobierno estadounidense están subiendo porque la gente está posicionándose a nivel defensivo. Si vienen mal dadas en la economía, mejor tener bonos", explica Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Partners.

¿Hacia una recesión?

Tengan o no razón con sus temores, lo importante es que este pesimismo está afectando a la economía. La Reserva Federal de Atlanta elabora uno de los indicadores más importantes de medición del crecimiento en tiempo real, el GDPNow (PIB ahora). Se trata de un modelo de nowcasting que hace una predicción de la variación del PIB en el trimestre en curso a partir de los indicadores económicos que se van publicando. Desde el inicio del año arroja lecturas más negativas: comenzó con una previsión de crecimiento del 3% y se ha ido frenando hasta anticipar una caída del 2,8% en tasa anualizada. Esto es, estaría indicando el inicio de una contracción en EEUU.

Este indicador todavía no es muy fiable, porque se conocen muy pocos datos del trimestre. De hecho, la caída del último indicador no se debe al consumo minorista, sino al brusco aumento de las importaciones en enero. Las empresas están metiendo todas las mercancías que pueden a EEUU antes de que entren en vigor los aranceles. Las importaciones crecieron un 11,9% y el déficit comercial se disparó un 25,6%. Las importaciones en contenedores procedentes de China marcaron un récord histórico en enero.

Las importaciones restan en el cálculo del PIB, de modo que estas compras acercan la recesión. Sin embargo, es previsible que se trate de un episodio transitorio. Cuando los aranceles suban (hoy entran en vigor los de México y Canadá y el incremento de las tarifas a China) las importaciones volverán a caer. De hecho, el objetivo de Trump es que caigan a niveles previos a su mandato.

Foto: Pantallas del Foro de Davos durante la intervención de Donald Trump. (EFE/Laurent Gillieron)

No se puede concluir, a partir del dato de enero, que EEUU vaya a sufrir una recesión. Las fábricas americanas también se están beneficiando de estas adquisiciones anticipadas, según los datos de la última encuesta PMI publicada el lunes. Las empresas declararon que tanto la producción como los nuevos pedidos aumentaron a pesar de la ralentización del consumo. "Hay evidencia de que la expansión del sector está provocada parcialmente por compras adelantadas ante el previsible incremento del coste de los insumos y disrupciones en las cadenas globales de valor por los aranceles en los próximos meses", explica la agencia S&P en el informe. Este aumento coyuntural de la actividad en las fábricas podría compensar la caída provocada por las importaciones.

La clave estará en el consumo privado. Indudablemente se está parando, pero todavía es pronto para saber si lo hace con una magnitud suficiente como para provocar una contracción del PIB. Esta vez hay un factor adicional: la Reserva Federal no puede venir al rescate. El temor a la inflación maniata a la entidad, que se ve obligada a mantener una política monetaria restrictiva para frenar la demanda. Esto es, la Fed seguirá tirando hacia abajo del PIB.

El golpe económico podría forzar a Trump a ser más pragmático en sus políticas arancelarias

"La Fed no puede actuar porque la inflación está alta y porque los consumidores temen que los precios aceleren", explica de la Torre. En su opinión, esto acerca la posibilidad de "un Trump más pragmático, que no aplique los aranceles para contener la inflación". Sin embargo, el presidente ha confirmado este martes la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá y ha avisado de que también penalizará, a partir de abril, la importación de productos agrícolas.

En cualquier caso, la inflación es un asunto peliagudo para el nuevo presidente. Trump se pasó toda la campaña electoral hablando de la inflación y desde que es presidente ha desterrado este tema de su discurso. Ni siquiera a pesar de la crisis que vive el país con los huevos.

Pero la inflación está ahí, por mucho que Trump intente ignorarla o menospreciarla. Y, hoy por hoy, es su gran debilidad. El presidente intenta desviar la atención a la política internacional y a sus conflictos comerciales con otros gobiernos, pero la realidad que viven los estadounidenses es que los precios están acelerando y que los tipos de interés ya no bajan. El caldo de cultivo propicio para que la popularidad de Trump empiece a deteriorarse.

La exuberancia de anuncios sorprendentes (y rectificaciones) del nuevo presidente de Estados Unidos han generado un clima de confusión que está siendo nocivo para su economía. Los indicadores económicos son todavía escasos, pero la mayoría apuntan en una misma dirección: más inflación y menos crecimiento. Los hogares temen que el efecto de sus políticas acelere más los precios, por lo que están optando por reducir su consumo y elevar su ahorro. Malas noticias en una economía tan dependiente de la demanda doméstica.

Estados Unidos (EEUU) Economía
El redactor recomienda