Las pymes desconfían de la reducción de jornada: "Va a ser más dañina que para las grandes firmas"
Más de la mitad de las pequeñas y medianas empresas de España tienen dudas sobre si el recorte de horas laborales les brindará más consecuencias positivas que negativas
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"Vamos a reducir la jornada laboral que lleva congelada 40 años en nuestro país, pero sin reducción salarial, porque esto es lo que va a hacer que sigamos subiendo los salarios en nuestro país", así anunció a principios de 2024 Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, la bajada de horas laborales por semana.
Por aquel entonces, el acuerdo entre PSOE y Sumar contemplaba reducir la jornada laboral desde las 40 horas semanales actuales a las 37,5 horas para 2025 (sin que conlleve una bajada de sueldos) y, entre medias, la idea es que en 2024 la jornada se hubiese recortado hasta las 38,5 horas. ¿Qué ha sucedido un año después?
Durante las semanas próximas, llegará al Congreso de los Diputados el proyecto de ley que reduce la jornada laboral máxima legal, no sin trabas y complicaciones en el camino. Ha tenido dificultades internas dentro del Gobierno y, muy probablemente, las discrepancias no hayan concluido, además de que el recorte hasta las 38,5 horas en 2024 nunca ocurrió.
Si se cumplen los plazos del Ministerio de Trabajo y los sindicatos, finalmente, la reducción entraría en vigor en enero de 2026, es decir, un año más tarde de lo que Díaz pretendía. Pero sea más tarde o más temprano, las empresas españolas deben prepararse para esa reducción de jornada, aunque permanece la tensión para un grupo concreto de ellas: las pymes.
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En general, las multinacionales ven con buenos ojos esta bajada de horas laborales (el 55% de las multinacionales y el 47% de las grandes empresas tienen una visión positiva). Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas de España no lo ven tan claro. De hecho, más de la mitad desconfía de esta medida.
Según la Guía Laboral 2025 de la consultora Hays, el 54% de las pymes españolas desconfía de la reducción de jornada laboral a 37,5 horas. Este no es un problema menor, teniendo en cuenta que España es un país que se nutre de las pequeñas y medianas compañías. En concreto, el 90% del tejido empresarial en España está compuesto de pymes.
"La medida de la reducción de jornada laboral va a ser más dañina para las pymes que para las grandes empresas. Las grandes están en muchos casos ya con jornadas de 37 horas, pero las pymes no tienen mucha menos flexibilidad para aplicarla", explica Álvaro Bañón, profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra.
"Las pymes, sobre todo las de sectores específicos, desconfían de la reducción de jornada porque temen un aumento de costes"
De esta forma, hay una fuerte disparidad de opiniones y visión entre las grandes corporaciones de este país y las más pequeñas respecto a que los empleados trabajen menos horas a la semana. ¿Qué les preocupa a las pymes de que el Gobierno reduzca el tiempo semanal de trabajo obligatorio?
Para empezar, esta medida puede requerir unos costes que muchas pymes no tienen la capacidad de cubrir. "Las pymes, sobre todo las de algunos sectores específicos, desconfían de la reducción de jornada porque temen un aumento de costes", asegura Alfonso Gironza, profesor de ESIC University.
Su desconfianza proviene de su realidad económica y organizativa, dice Luis Cortés, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Francisco de Vitoria. "Este tipo de empresas operan con márgenes más ajustados y cuentan con menores recursos para adaptarse a cambios que impliquen costes adicionales y a las propias novedades que introduce el legislador en la ley laboral".
"Simplemente, la reducción de la jornada, con el mismo salario, supone un alza del 6,7% del coste por hora de trabajo"
"La reducción de la jornada de trabajo unida al mantenimiento del salario y al incremento de los costes de las cotizaciones social, las pymes asumen la necesidad de contratar más personal o reestructurar sus procesos —lo que podría aumentar sus costes y afectar su competitividad—, en comparación con las grandes empresas. Simplemente, la reducción de la jornada, con el mismo salario, supone un alza del 6,7% del coste por hora de trabajo (tomando en consideración una jornada completa de 40 horas de trabajo de promedio en cómputo anual)", sigue.
Con una actualización del salario del IPC de 2024, el 2,8%, el coste de la hora de trabajo se incrementa en un 9,8%, todo ello sin tomar en consideración otros costes adicionales derivados de obligaciones formales o cotizaciones.
Por su parte, Christopher Dottie, director general regional de Hays para el Sur de Europa, coincide en que "la reducción de la jornada laboral podría implicar la necesidad de contratar más personal o pagar horas extras para mantener los niveles de producción, lo que incrementa costes laborales. Para determinados tipos de empresas, sobre todo las del ámbito sanitario, que operan 24h sin detener su actividad, mantener los niveles de producción o servicio podría volverse más difícil, obligando a contratar más trabajadores para compensar la reducción de horas trabajadas".
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"En hostelería o comercio minorista, donde el servicio al cliente requiere presencia física continua, reducir la jornada puede implicar la necesidad de contratar más personal para cubrir horarios o pagar horas extras. De igual manera, las empresas manufactureras pequeñas temen que una menor carga horaria afecte los tiempos de producción y entrega", argumenta Manuel Molina, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad CEU San Pablo. Cuando nos referimos a problemas en la gestión de talento por el recorte de horas, no solo es la contratación. También surgirán problemas de rotación de empleados y captación.
A los costes y problemas de talento, se une que las pymes enfrentan desafíos como la productividad, incide Dottie, lo que las hace más vulnerables a cambios significativos. "El rechazo de las pymes hacia la reducción de la jornada laboral está ligada a su estructura limitada y a la percepción de vulnerabilidad frente a cambios que podrían afectar su productividad y rentabilidad. A diferencia de las grandes empresas, las pymes cuentan con menos margen operativo para caídas en la producción. Los impactos negativos son muchos y afectan principalmente a la productividad de la propia empresa", subraya Molina.
Bien es cierto, cita Gironza, que en sectores creativos o tecnológicos, donde prima la eficiencia sobre las horas trabajadas, una jornada más corta puede mejorar la productividad y el bienestar del equipo sin afectar los resultados. De hecho, algunas empresas ya aplican modelos de 4 días sin pérdidas.
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En resumen, más de la mitad de pymes desconfía porque sufren una situación muy diferente respecto a las grandes compañías. No solo por las trabas mencionadas, también a nivel legal. "Las normas laborales parecen estar destinadas a grandes empresas, si bien el legislador parece desconocer que, en España, la mayoría de las empresas tienen la consideración de pymes. Cada vez es más grande la brecha entre la legislación laboral y su realidad", expresa Cortés.
Asimismo, tendrán una diferente posición respecto al extranjero. Bañón aclara que las pymes exportan y compiten con otras empresas del resto del mundo que no están en las mismas condiciones. Varias empresas han expresado que esto supondrá un sobrecoste de un 5-6% y que eso les puede sacar de los mercados. Actualmente, van ya muy justas de margen y, por tanto, puede suponer un peligro importante para las pymes.
Aún hay que conocer exactamente los detalles de su aplicación. Sin embargo, y a pesar de que Trabajo ofreciese a las pymes bonificar la contratación para suplir la reducción de jornada, los expertos ya advierten de lo que supondrá la reducción de jornada laboral para las pymes: sobrecostes, diferencias legales, menos productividad, menos rentabilidad y problemas de talento y competitividad. Ya lo avisa Bañón: "Es una medida complicada".
"Vamos a reducir la jornada laboral que lleva congelada 40 años en nuestro país, pero sin reducción salarial, porque esto es lo que va a hacer que sigamos subiendo los salarios en nuestro país", así anunció a principios de 2024 Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, la bajada de horas laborales por semana.