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El pelotazo de Putin: recuperar los 260.000 millones congelados por Occidente
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EL 68% ESTÁ DEPOSITADO EN EUROCLEAR

El pelotazo de Putin: recuperar los 260.000 millones congelados por Occidente

La política de sanciones contra Rusia ha tenido su máxima expresión en la congelación de 260.000 millones de euros en el extranjero. Ahora, tras el inicio de las conversaciones de paz, se abre el melón de su devolución

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (EFE/Sergei Bulkin)
El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (EFE/Sergei Bulkin)
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No es una cantidad pequeña. Son alrededor de 260.000 millones de euros. Esto es lo que los países aliados de Ucrania (básicamente Europa y EEUU) han congelado a Rusia en el extranjero. De esa cantidad, a finales del año pasado, 176.000 millones, el 68%, están depositados en Euroclear, que es la entidad encargada de la liquidación de valores a nivel europeo. Este dinero procede, fundamentalmente, de la reserva de divisas del Banco Central de Rusia en el exterior, aunque también están depositados activos de empresas rusas que operan fuera del país y que, tras la invasión de Ucrania, vieron congelados sus depósitos.

El futuro de ese dinero también está en juego en las conversaciones de paz iniciadas esta semana en Riad. La paradoja radica en que, si la intención del G-7 era destinar esos fondos a la reconstrucción de Ucrania, ahora, en el nuevo escenario de entendimiento entre EEUU y Rusia, puede volver a las arcas del Kremlin. El Gobierno ruso siempre ha considerado que la incautación de esos fondos era un acto ilegal contrario a derecho, y, ante las dudas legales sobre su utilización, lo que ha hecho hasta ahora la comunidad internacional que apoya a Ucrania es aprovechar únicamente los cuantiosos rendimientos financieros generados por los activos rusos.

Según datos de Euroclear, en concreto, durante los primeros nueve meses de 2024, los intereses derivados de los saldos de efectivo de los activos sancionados a Rusia ascendieron a 5.150 millones de euros. Estos ingresos por intereses dependen de los tipos de interés vigentes en cada momento y de la cantidad de saldos en efectivo que Euroclear debe reinvertir a su vencimiento. Y se da la circunstancia de que, como los tipos de interés han bajado en los últimos tiempos, lógicamente también ha descendido la rentabilidad del dinero congelado. No menos paradójico es que esos rendimientos están sujetos al impuesto de sociedades de Bélgica, el país donde tiene su sede Euroclear, por lo que el Estado belga ha ingresado 1.270 millones de euros. Ahora bien, existe el compromiso de que la Hacienda de ese país aporte dichos ingresos al Fondo europeo de ayuda a Ucrania.

Una confiscación ilegal

Rusia siempre ha reclamado esos fondos porque considera que la confiscación viola el derecho internacional, ya que los estados, como tales —no los particulares o las empresas— gozan de inviolabilidad internacional. Incluso en Occidente, la utilización de esos fondos ha generado dudas, lo que explica que las entregas a Ucrania se realicen a través de rendimientos, sin utilizar el capital. Euroclear realizó un primer pago de aproximadamente 1.550 millones de euros al Fondo Europeo para Ucrania en julio de 2024.

Foto: Reconstrucción de un edificio en Irpin, Ucrania. (EFE/Oleg Petrasyuk)

No hay que olvidar que la inmunidad soberana de los Estados es parte esencial de un principio básico del Derecho internacional, por el cual un Estado no puede ser sometido a la jurisdicción de otro Estado (par in parem imperium non habet). La propia UE, según informó en su día Bloomberg, manejó documentos internos en los que se reconocía la ilegalidad de confiscar el dinero ruso.

Euroclear ha admitido en sus comunicaciones a los mercados financieros que, como consecuencia de las sanciones y contramedidas contra Moscú, la entidad que liquida las transacciones se enfrenta a “múltiples procedimientos en los tribunales rusos”. Lo que reclaman las autoridades es que se les devuelva una cantidad equivalente en rublos. Euroclear reconoce que, pese a todas las acciones legales emprendidas hasta ahora por su organización y los considerables recursos movilizados, “la probabilidad de que los tribunales rusos dicten sentencias desfavorables es alta [para sus intereses], ya que Rusia no reconoce las sanciones internacionales”.

Moscú, como respuesta, también ha amenazado con confiscar los bienes de las empresas occidentales que operan en Rusia

Ucrania y otros países, sin embargo, sostienen que hay base jurídica para utilizar esos fondos en la reconstrucción del país, ya que Rusia es el país invasor. Los posibles acuerdos de paz, no obstante, cambiarían el escenario de manera radical, pues no parece probable que Rusia renuncie a recuperar los fondos congelados. Entre los 10 puntos que, hace algún tiempo, propuso Zelenski para alcanzar un acuerdo de paz estaba, precisamente, la utilización de los fondos rusos en las labores de reconstrucción. Entre los fondos requisados no sólo hay activos del banco central ruso, sino también de oligarcas y de empresas privadas que realizan transacciones comerciales fuera de Rusia.

Moscú, como respuesta, también ha amenazado con confiscar los bienes de las empresas occidentales que operan en Rusia. Moscú, de hecho, ya ha restringido los derechos de los inversores occidentales a disponer de su propio capital en Rusia desde el comienzo de la invasión. Así, por ejemplo, se les ha privado de la capacidad de repatriar su capital sin un permiso especial del Gobierno. Además, los activos que poseen sólo pueden venderse a un precio reducido (hasta el 50% de su valor), mientras que se aplica un impuesto del 15% sobre las ganancias. Estas transacciones también requieren la aprobación del Gobierno.

Hasta 50.000 millones

El último préstamo de hasta 35.000 millones de euros entregado a Kiev a cuenta de los fondos requisados fue aprobado por el Parlamento Europeo en octubre de 2024. El crédito debe pagarse con los intereses obtenidos por la tenencia de los activos rusos congelados. El préstamo forma parte de una iniciativa del G-7 acordada en junio para proporcionar hasta 50.000 millones de dólares a la economía ucraniana. El importe final que aportará la UE podría ser inferior, dependiendo del volumen de los préstamos concedidos por otros socios del G-7. A 16 de diciembre de 2024 se habían desembolsado 19.600 millones de euros en el marco del Mecanismo para Ucrania.

Foto: El Canciller Federal alemán Olaf Scholz llega a su rueda de prensa. (EFE / Olivier Mattys)

Se da la circunstancia de que la utilización de esos fondos destinados a Ucrania requiere un acuerdo unánime de los 27 cada seis meses. Para evitar este trámite, máxime cuando algunos países son más proclives a Moscú, Josep Borrell, en calidad de Alto Representante de la política exterior, propuso en su día que la Unión Europea utilice los fondos rusos congelados —y no solo sus beneficios— para continuar ayudando a Ucrania tanto económica como militarmente si Donald Trump retira la ayuda de EEUU. Como se sabe, las probabilidades de que esto ocurra han crecido de forma significativa desde que Trump tomó posesión, en coherencia con la sintonía que ha encontrado con Putin, el presidente ruso.

Esto explica que sustituir a EEUU representaría un esfuerzo financiero e industrial considerable, lo que obligaría a la Unión Europea a replantearse cuestiones ya debatidas, como qué hacer con los fondos congelados de Rusia, señaló Borrell en un debate en el Parlamento Europeo poco antes de abandonar el puesto.

El debate para Europa, en definitiva, consiste en determinar si se mantienen los fondos congelados a Rusia con su estatus actual o, por el contrario, se da un paso más y se confisca el dinero que hoy está depositado en Euroclear. Es decir, apropiarse de ese capital para financiar la guerra y/o la reconstrucción, como ha sugerido recientemente Kaja Kallas, la Alta Representante para la política exterior.

Foto: Trump y Putin en una reunión de 2019. (Reuters/Kevin Lamarque)

El problema para Europa es que, muy probablemente, esto le enfrentaría aún más a EEUU, que en abril de 2024, bajo la presidencia de Biden, aprobó la llamada Ley REPO, que permite, pese a las dudas legales, la confiscación de los activos rusos. La Ley para la Reconstrucción de la Prosperidad Económica y Oportunidades para los ucranianos (REPO, por sus siglas en inglés), establece que los activos deben ir a un fondo de apoyo ucraniano sin intereses, que se utilizará para la ayuda humanitaria y la reconstrucción, cuyo coste, según estimó el Banco Mundial, rondaría los 486.000 millones de dólares. El fondo estaría bajo la administración de la Secretaría de Estado. Ahora bien, si Trump ejecuta esos planes, lo que parece improbable debido a que podría dar una señal preocupante a China y Arabía Saudí, que podrían decidir rescatar sus fondos en EEUU ante la posibilidad de que Washington, en un contexto de máxima tensión, les haga lo mismo que a Rusia. Se trata, por lo tanto, de una decisión sumamente relevante.

Y es que no parece probable que Putin acepte un acuerdo de paz que no incluya la devolución de los fondos actualmente congelados, lo que sugiere que Trump presionará para desbloquear el dinero. Algunas fuentes estiman que el dinero ruso congelado en EEUU se sitúa entre 4.000 millones y 5.000 millones de dólares. Lo singular es que Trump, antes de volver a la Casa Blanca, se mostró favorable a confiscar definitivamente los fondos rusos para destinarlos a la compra de armamento y a la reconstrucción, con la misma lógica que quiso aplicar a México para que financiara un muro que evitase la entrada de inmigrantes. Hoy, en un contexto geopolítico totalmente distinto, todo ha cambiado: la Casa Blanca es aliada de Putin frente a Europa y los fondos pueden volver a Moscú.

No es una cantidad pequeña. Son alrededor de 260.000 millones de euros. Esto es lo que los países aliados de Ucrania (básicamente Europa y EEUU) han congelado a Rusia en el extranjero. De esa cantidad, a finales del año pasado, 176.000 millones, el 68%, están depositados en Euroclear, que es la entidad encargada de la liquidación de valores a nivel europeo. Este dinero procede, fundamentalmente, de la reserva de divisas del Banco Central de Rusia en el exterior, aunque también están depositados activos de empresas rusas que operan fuera del país y que, tras la invasión de Ucrania, vieron congelados sus depósitos.

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