Tras la pandemia Europa encara ahora la mejor oportunidad para volver a emitir eurobonos
Los ministros de Finanzas empiezan a discutir de dónde sacar el dinero para financiar el aumento de la inversión en defensa. Para algunos, ha llegado el momento de volver a hablar de eurobonos
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Los defensores de la emisión de ‘eurobonos’, deuda conjunta de la Unión Europea, están de vuelta ante su particular momento de la verdad. Mientras Europa se enfrasca en un nuevo debate respecto a cómo aumentar la inversión militar está surgiendo una extraña coalición entre los defensores clásicos de esta idea, y algunos de sus tradicionales opositores. Esta deuda conjunta es vista como una de las mejores opciones para que Europa aumente sustancialmente su gasto en defensa, también en proyectos conjuntos en el campo de la industria militar. Según la Comisión Europea los Veintisiete necesitarán destinar 500.000 millones de euros a la defensa en los próximos años. ¿De dónde va a salir ese dinero? Solamente hay un punto de acuerdo: no va a salir de un único sitio.
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reunieron este martes en Bruselas con el reto de aumentar el gasto en defensa como uno de los principales asuntos de la agenda, especialmente después de que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunciara durante la Conferencia de Seguridad de Múnich que propondría que la inversión militar no se tengan en cuenta a la hora de analizar el cumplimiento de las reglas fiscales de la Unión Europea. Hay un alto nivel de consenso respecto a que se permita a los países un mayor gasto nacional en el ámbito militar, aunque todavía faltan muchos detalles por conocer, que Dombrovskis ha prometido que se irán conociendo en las próximas semanas, especialmente en el marco del Libro Blanco sobre industria de la defensa, que el Ejecutivo comunitario pretende publicar en marzo. Pero algunos quieren ir más allá de lo anunciado por Von der Leyen.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, ha insistido en la necesidad de que el debate sobre el margen de maniobra fiscal nacional y las iniciativas de financiación europeas, que deben incluir instituciones como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pero también una capacidad centralizada que se financie con la emisión de deuda conjunta, ha sido una de las voces más contundentes al respecto. España es uno de los siete países de la Unión Europea que por ahora gastan menos del 2% del PIB en defensa, el objetivo que la OTAN se impuso en 2014 en Gales, y que ahora se busca revisar al alza. Los defensores de los ‘eurobonos’ lograron una victoria clara en 2020, cuando lograron que la Unión los emitiera por primera vez de manera masiva para crear un Fondo de Recuperación para la recuperación de la economía de los países más golpeados por el Covid-19.
España no está sola, y en los últimos tiempos algunos Estados miembros más expuestos a la amenaza rusa han ido posicionándose a favor de los ‘eurobonos’ destinados a defensa. También Francia se ha mostrado a favor de dar este paso. Benjamin Haddad, ministro de Asuntos Exteriores francés, hablando de la necesidad de tomar decisiones “históricas”, ha asegurado que “la cuestión de los eurobonos, por ejemplo, es uno de los mecanismos de los que deberíamos hablar”. En el pasado, Kaja Kallas, ahora Alta Representante de la Unión para Política Exterior, pero entonces primera ministra de Estonia, ya defendió la creación de un fondo de 100.000 millones de euros.
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Pero no es para nada una posición compartida por todos. Von der Leyen siempre evita abrir la puerta a la financiación conjunta, haciendo referencia al espacio que permiten las reglas fiscales y a las posibilidades que permitiría el nuevo Marco Financiero Plurianual (MFP), el siguiente presupuesto de la Unión Europea que no entrará en vigor hasta el 2028. En esta reunión del Ecofin, las voces críticas también se han escuchado. Jörg Kukies, ministro de Finanzas del Gobierno socialdemócrata y ecologista de Alemania, ha sido crítico. “Tenemos que ser conscientes de que cualquier cosa que hagamos tiene que respetar el principio de estabilidad fiscal y sostenibilidad a largo plazo. No se trata de eurobonos, no se trata de financiación común, sino de modificar las normas europeas para permitir nuevos objetivos de defensa potencialmente comunes a nivel nacional", ha explicado.
Eelco Heinen, ministro de Finanzas de Países Bajos, también se ha mostrado contrario. "Una vez que se afronta un endeudamiento común, en algún momento llega la factura y entonces hay que tomar decisiones difíciles", ha asegurado el político liberal holandés. Con el debate abierto de cómo pagar los intereses de los 650.000 millones de euros emitidos para financiar el Fondo de Recuperación, el instrumento creado por la UE para responder al Covid-19 y la primera gran operación que incluyó eurobonos en la historia del club comunitario, algunas capitales van a mostrar una especial resistencia a esta propuesta.
"Al igual que con el euro o la crisis de la corona, existe un paquete financiero para la seguridad en Europa. Eso llegará en un futuro próximo”
Aunque Alemania muestre por ahora una oposición clara, en Bruselas se espera que Berlín pueda cambiar de posición una vez haya un nuevo Gobierno después de las elecciones federales que se celebrarán este domingo. Friedrich Merz, líder de los democristianos (CDU/CSU) y miembro de una de las ramas conservadoras del partido, se ha mostrado abierto durante la campaña a aceptar bonos conjuntos de defensa. Annalena Baerbock, todavía ministra de Defensa y una de los líderes de Los Verdes, unos de los posibles socios de Merz después de las elecciones, también ha apuntado a que se lanzará “un gran paquete nunca visto en esta dimensión”. “Al igual que con el euro o la crisis de la corona, ahora existe un paquete financiero para la seguridad en Europa. Eso llegará en un futuro próximo”, ha señalado Baerbock. Además de las resistencias políticas, el Tribunal Constitucional alemán también ha mostrado su desconfianza hacia programas como el Fondo de Recuperación, aunque justificó ese instrumento dadas las circunstancias excepcionales.
Andrzej Domanski, ministro de Finanzas de Polonia, que ahora ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, aseguró a finales del año pasado que una de las prioridades durante el semestre polaco sería intentar impulsar una iniciativa de endeudamiento europeo. Varsovia espera que los líderes tengan ya ideas concretas sobre la mesa cuando se reúnan para un Consejo Europeo hacia finales de marzo, ya con el Libro Blanco de la Comisión sobre la mesa. Domanski ha asegurado que aunque se tendrían estos debates en los próximos meses los últimos movimientos de la administración americana ha hecho que sea necesario “acelerar radicalmente” la búsqueda de soluciones.
Para España, el debate de la deuda común está empezando a estar maduro. El Gobierno lleva ya mucho tiempo hablando de “bienes públicos europeos” que, en consecuencia, al ser comunes, requieren de una financiación común, lo que, dado el pequeño tamaño del presupuesto común de la Unión Europea, significa que es necesario emitir bonos conjuntos como durante la pandemia. “El caso de la defensa es el más evidente de un bien público europeo”, ha apuntado Cuerpo.
Los defensores de la emisión de ‘eurobonos’, deuda conjunta de la Unión Europea, están de vuelta ante su particular momento de la verdad. Mientras Europa se enfrasca en un nuevo debate respecto a cómo aumentar la inversión militar está surgiendo una extraña coalición entre los defensores clásicos de esta idea, y algunos de sus tradicionales opositores. Esta deuda conjunta es vista como una de las mejores opciones para que Europa aumente sustancialmente su gasto en defensa, también en proyectos conjuntos en el campo de la industria militar. Según la Comisión Europea los Veintisiete necesitarán destinar 500.000 millones de euros a la defensa en los próximos años. ¿De dónde va a salir ese dinero? Solamente hay un punto de acuerdo: no va a salir de un único sitio.