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Stiglitz: "Europa tiene que quitarse el complejo de inferioridad con Estados Unidos"
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Entrevista al Premio Nobel

Stiglitz: "Europa tiene que quitarse el complejo de inferioridad con Estados Unidos"

El economista mira a Europa con admiración tras los últimos acontecimientos en EEUU. Cree que es el último bastión de la Democracia y los Derechos Humanos y recomienda tener más confianza en su modelo económico, político y social

Foto: El Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. (EFE)
El Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. (EFE)
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El Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, acaba de publicar Camino de libertad, un ensayo en el que se adentra en el concepto sagrado del capitalismo, la libertad. Argumenta que hemos comprendido la libertad como una cuestión absoluta, cuando realmente es relativa: la libertad de unas personas puede mermar la de otras, lo que hace imprescindible una regulación que defienda la libertad más relevante o la que beneficie a más individuos.

Lamenta que el nuevo presidente de EEUU, lejos de defender las tesis neoliberales, lo que busca es beneficiar a unos pocos: los ricos. En el contexto internacional tan complejo que ha provocado EEUU, pide a Europa que siga siendo el adalid de la Democracia, los Derechos Humanos y la justicia social. Europa tiene que creer en los logros que ha conseguido, porque es la región del mundo con mayor calidad de vida.

PREGUNTA. Libertad es la gran palabra de la democracia, pero en las últimas décadas la hemos entendido como ausencia de regulación. Usted está en contra de esta concepción.

Respuesta. La idea central y básica del libro es que la libertad de una persona puede pisar la libertad de otra. No se puede mirar la libertad de una persona de forma aislada. Cuando una empresa pide libertad para contaminar, supone que otras personas pierden la libertad de respirar aire puro e incluso pueden perder la salud si tienen asma. La libertad de uno de contaminar está suprimiendo la libertad de otra persona para vivir una vida sana. La libertad de no vacunarte en plena pandemia puede significar que otra persona va a enfermar de covid e incluso puede morir. Es decir, la libertad de no usar mascarilla o de no vacunarte merma la libertad de otra persona de vivir. Cada sociedad tiene que hacer un juicio a la hora de equilibrar la libertad, porque no hay una libertad absoluta. Cuando esto se reconoce, entendemos que la sociedad debería imponer ese tipo de regulación.

P. ¿El malestar social es consecuencia de un capitalismo que es poco humanista?

R. Yo creo que sí. El capitalismo ha puesto la economía por encima de la persona: la persona tiene que servir a la economía en lugar de la economía servir al individuo.

P. Usted argumenta que la liberalización de la economía está en la base del auge de la desigualdad.

R. La ideología económica dominante, el neoliberalismo, básicamente dice que no hay que regular los mercados, porque se autorregulan y terminarán permitiendo que todo el mundo se beneficie de ello. Sin embargo, esta idea ha fallado en muchos sentidos y nos ha llevado a esta desigualdad que hoy vemos. La desigualdad ha concedido a algunas personas la capacidad de explotar al resto, o al planeta, generando contaminación y poniendo a millones de personas en riesgo. Podemos ver que hay ciertos éxitos en la economía actual, pero hay que ponerlos en comparación con los fracasos, y éstos son tan importantes que hay una parte importante de la población que se siente alienada, apartada y abandonada.

placeholder Stiglitz en un evento en Cartagena de Indias, Colombia. (EFE)
Stiglitz en un evento en Cartagena de Indias, Colombia. (EFE)

Precisamente por eso tenemos unas elecciones en Estados Unidos en las que los americanos acaban escogiendo a alguien que es un un racista, mentiroso, machista y tantos atributos que son en realidad lo opuesto de lo que pensaríamos que constituye o que forma un buen líder. Es curioso cómo, el discurso neoliberal de que el crecimiento iba a permear a toda la sociedad ha fallado y, sin embargo, vemos unas elecciones en EEUU que abundan más en estos principios.

P. ¿Realmente Trump defiende el liberalismo?

R. No deberíamos pensar que Trump y el Partido Republicano hoy apoyan el neoliberalismo, lo que apoyan es lo que podríamos denominar la ruptura del sistema neoliberal. La doctrina neoliberal estricta es la defensa del libre comercio y la liberalización de los mercados. A Trump le encantan los aranceles y eso es romper la doctrina neoliberal. En segundo lugar, también está realizando un ataque a las instituciones, como por ejemplo las universidades o la prensa, que han sido fundamentales en el funcionamiento del sistema.

Si observamos la agenda de Trump, vemos que hay una combinación muy peculiar de populismo electoral que le brinda apoyo social, y un apoyo desigual a favor de los ricos, lo cual le ofrece apoyo económico. Habla en términos de populismo, pero lo que hace es eliminar regulaciones de los bancos para que puedan explotar a las personas de a pie todavía más. Por tanto, tiene esa doble cara, pero lo hace de una forma muy inteligente. Él siente la ira de la gente e intenta romper los argumentos del establishment, pero utilizándolos a favor de los multimillonarios.

P. Desde el punto de vista de la economía de Estados Unidos, ¿las políticas que ha anunciado Trump son positivas o son negativas para el crecimiento del país?

R. Yo creo que son muy negativas para el crecimiento económico del país. A corto plazo, sus aranceles van a activar la inflación. La gente, que estaba preocupada por la inflación y votó a Trump, va a tener doble ración. Pero mi preocupación máxima es de largo plazo, porque no puedes atacar a las universidades, a las instituciones de investigación o a los medios y mantener una sociedad vibrante a largo plazo. Tampoco puedes eliminar el Estado de derecho, que es básico para la economía. Él está atacando todo esto globalmente, por tanto, a largo plazo, está socavando las fuentes de la productividad o lo que permite mantener un estándar de vida elevado.

P. ¿Cuál debería ser la respuesta de Europa a las políticas proteccionistas?

R. Europa debería responder a Estados Unidos buscando los aranceles que maximicen el daño para EEUU. Europa sabe cómo hacerlo. Lo único que parece que Trump respeta es el poder y la fuerza, como se ha visto con Canadá y México. La gente se ha dado cuenta de que Trump es un matón al que le encanta mostrar su poder. No podemos permitir que vaya pisando a la gente. Es más, es más. Europa tiene que organizarse para tener también su propia fuerza de defensa. Lamentablemente, y tristemente, Estados Unidos ya no es un aliado fiable en ningún sentido. Lamento decirlo, pero es así.

"Estados Unidos ya no es un aliado fiable. Lamento decirlo, pero es así"

P. ¿Europa ya no puede seguir confiando en la defensa que brinda Estados Unidos?

R. Así es.. Creo que Europa tiene que tener su propia fuerza de defensa. Yo espero que tengamos una Administración demócrata en algún momento que invierta todo esto porque los demócratas entiendan que vivimos en un mundo complejo y que hay gente que intenta destruir la Democracia y que nosotros tenemos que luchar por ella. Por tanto, no estoy diciendo que hayan desaparecido los Estados Unidos, pero es cierto que ha habido un cambio no sólo con Trump, sino con todo el partido republicano. Hay que reconocer esa realidad política. Para mí, Europa es el último bastión, la última esperanza por los Derechos Humanos y por la Democracia. Estadounidenses como yo, que hemos vivido toda la vida luchando por los Derechos Humanos, la Democracia y la justicia social, esperamos que Europa se mantenga de pie y luche por todo esto.

P. Desde Europa se observa la desregulación del mercado de EEUU con cierta envidia. ¿Tiene sentido económico?

R. Si uno no sabe en qué parte de la distribución de rentas va a nacer, preferiría hacerlo en Europa, pero si sabe que va a nacer en el 1% más rico, Estados Unidos será un buen lugar. Los estudios que analizan el bienestar, la satisfacción y el estilo de vida de la gente, observan que los países que están mejor posicionados en el mundo están todos en Europa, no en Estados Unidos. Vivir en Estados Unidos es realmente muy difícil, la verdad. No sabes si tendrás asistencia sanitaria, no sabes si tus hijos podrán acceder a una educación, no sabes si va a haber un tiroteo en tu escuela... Hay unos problemas sociales inmensos.

El PIB no mide bien el funcionamiento de una sociedad, de alguna manera, nos han guiado a fijarnos en un indicador que no es correcto. Las cifras muchas veces son erróneas y pueden llevar a Europa a conclusiones erróneas. Si nos planteamos una pregunta existencial, como el cambio climático, vemos que Europa lo está haciendo mejor que Estados Unidos. ¿Cómo medimos el PIB y el rendimiento económico y el progreso social? Yo creo que Europa está funcionando mucho mejor que Estados Unidos.

P. ¿Los europeos debemos quitarnos el complejo de inferioridad que tenemos?

R. Sí, Europa tiene que quitarse el complejo de inferioridad. En áreas como la investigación científica o la computación cuántica, Europa está consiguiendo premios Nobel y está logrando avances fantásticos. Claro que hay cosas que se pueden hacer mejor, como refrozar el gasto en investigación y desarrollo, o conseguir más capital riesgo. Es decir, no digo que en Europa no haya nada para criticar, pero lo que digo es que Europa debería darse cuenta de que, en lo que es realmente importante para los seres humanos, está haciendo las cosas mejor.

P. Defiende en su libro que los impuestos son un acto moral.

R. El Tribunal Supremo ha dicho que los impuestos son el precio que pagamos por la civilización. Y creo que es mejor intentar crear un mundo civilizado en el que podamos existir, cohabitar. Los impuestos nos permiten ampliar las libertades. Lo ilustro con un ejemplo: muchos de nosotros no estaríamos aquí hoy si no hubiera sido por las vacunas de covid 19 y no habríamos tenido las vacunas sin la investigación que contó con el apoyo fundamental por parte de los gobiernos. El sector privado nunca hace este tipo de investigación fundamental. Los impuestos nos permiten hacer conjuntamente cosas que de forma individual no podríamos hacer y, por lo tanto, amplían en ese sentido nuestra libertad. Y sobre todo, la libertad de la gente más humilde que, de lo contrario, no podría haber sobrevivido.

"Los impuestos nos permiten hacer cosas que de forma individual no podríamos"

P. ¿Cuál cree que es el futuro de la globalización?

R. Creo que el problema no es tanto la globalización sino cómo la hemos gestionado. Ampliar las relaciones internacionales es fundamental para tratar cuestiones como el cambio climático. Sin embargo, el orden mundial actual no es bueno. Dos ejemplos. Hemos creado un orden mundial que permite que la gente rica escape de pagar impuestos y permitimos que algunas empresas escapen a cualquier tipo de normativa. Hay muchas cosas que funcionan en contra de los pobres a nivel internacional. Pero bueno, yo soy un optimista y creo que podemos reconfigurar la globalización. Tenemos que tratar la libertad de cada país dentro del contexto de interdependencia, ese es uno de los principales mensajes del libro. En ese sentido, tenemos que gestionar la globalización de una forma que suponga una ventaja mutua.

"Tenemos que gestionar la globalización de una forma que suponga una ventaja mutua"

P. Dice que es optimista, pero ¿ve motivos para este optimismo?

R. Es una buena pregunta. Hay algunos motivos para el optimismo: veo entusiasmo entre la gente joven, al menos con la que yo interactúo. Veo que crece un movimiento progresista en todo el mundo, así que si hay base para el optimismo. Pero también hay mucha base para el pesimismo. En las últimas elecciones vemos que hay demasiada gente joven apoyando a Trump, y eso sí me ha preocupado. Creo que entiendo los motivos, porque se ha creado un mundo que no es bueno para nosotros y por tanto queremos destruir ese sistema que ha creado este mundo. Sin embargo, lo que estas personas no piensan es que no hay que destruir, simplemente hay que recrear, y la creación en el formato Trump no es un no es algo que vaya en la dirección adecuada.

El Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, acaba de publicar Camino de libertad, un ensayo en el que se adentra en el concepto sagrado del capitalismo, la libertad. Argumenta que hemos comprendido la libertad como una cuestión absoluta, cuando realmente es relativa: la libertad de unas personas puede mermar la de otras, lo que hace imprescindible una regulación que defienda la libertad más relevante o la que beneficie a más individuos.

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