La madre de todas las guerras: la hegemonía del dólar está en peligro
La hegemonía del dólar es todavía imbatible, pero algo ha comenzado a cambiar. Esto explica la dureza con que ha respondido Trump a la idea de los países BRICS de impulsar una alternativa al billete verde
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Lo dijo Trump el pasado jueves en el Despacho Oval de la Casa Blanca, convertido en una especie de púlpito desde el que el presidente de EEUU dicta sus decretos y proclamas: "Los BRICS fueron creados con un mal propósito y si juegan con el dólar, el mismo día les aplicaremos un arancel del 100%".
La amenaza de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es real. Como ha reconocido el BCE en sus documentos, el riesgo geopolítico será durante la próxima década un factor cada vez más importante en la gestión de las reservas oficiales de divisas. Nada menos que el 40% de los bancos centrales planea, según una encuesta del BCE, aumentar sus tenencias de renminbi en los próximos diez años, más que en el caso de cualquier otra moneda. ¿El motivo? Los encuestados le dan más importancia a la diversificación y al papel creciente de China en la economía global.
Lo que se sabe es que en la última cumbre de Kazán (Rusia) las potencias emergentes retomaron la idea de desvincular sus monedas del dólar. Anunciaron, en concreto, la creación de BRICS Clear. Es decir, un nuevo sistema de pagos transfronterizo destinado a liquidar valores sin tener necesidad de pasar por el dólar como moneda de conversión gracias a tecnologías avanzadas como el blockchain y los tokens. En la misma línea, plantean crear BRICS Bridge, un nuevo sistema de pagos diseñado para desafiar la hegemonía del dólar en las transacciones internacionales a través del sistema SWIFT.
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Aunque todavía ninguno de los dos sistemas es operativo, entre otras razones porque algunos miembros adheridos en los últimos años (Emiratos o Egipto) son todavía muy dependientes del dólar, tiene razones Donald Trump para estar preocupado. No en vano, la fortaleza del dólar es una de las señas de identidad del nacionalismo económico.
El dólar pierde peso
Hay un dato que acredita su inquietud. Aunque el dólar sigue siendo hegemónico, la utilización del billete verde como moneda de reserva de los estados sigue cayendo. El dólar representa aproximadamente el 58% de las reservas mundiales de divisas, una cifra que se sitúa ya lejos del 70% observado al comenzar el siglo. Es verdad que el porcentaje sigue siendo muy superior al euro (20%), el yen (5%) y el renminbi chino (3%), pero la tendencia descendente es clara.
Esto ocurre pese a que la sucesión de crisis financieras en las dos últimas décadas han favorecido el uso del dólar como valor refugio. Esta ventaja estructural fue más evidente durante la pandemia, cuando los inversores globales buscaron refugio en valores denominados en dólares, lo que redujo los costes de endeudamiento de EEUU, incluso cuando el gobierno Biden aprobó enormes paquetes de estímulo fiscal. El miedo al futuro también explica que los bancos centrales tomaran la decisión de comprar en 2023 nada menos que 1.000 toneladas de oro, el mayor aumento registrado. Casi la cuarta parte fue a parar a China.
Un estudio del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), una especie de patronal bancaria mundial que preside Ana Botín, ha estimado que las liquidaciones comerciales realizadas en monedas de los BRICs han aumentado significativamente, y el comercio entre China y Rusia ahora se liquida en un 90% en renminbi y rublos. Lo que preocupa ahora a la Casa Blanca es que las tensiones comerciales con China puedan reavivar la inquietud sobre la fragmentación financiera, ya que las autoridades chinas "pueden acelerar los esfuerzos de desdolarización expandiendo el uso del renminbi en los acuerdos comerciales". En el peor de los casos, estas medidas comerciales podrían desencadenar aranceles de represalia, como los anunciados por Trump, exacerbando aún más las disrupciones en la cadena de suministro global y, al mismo tiempo, creando volatilidad en los mercados de divisas. Es decir, justamente lo que plantea Trump como mecanismo de respuesta.
China, en particular, ha estado a la vanguardia de la promoción de la internacionalización de su moneda. La participación del renminbi en los pagos globales e internacionales (a través de la red SWIFT) aumentó al 3,8% a fines de 2024, superando al yen, pero todavía muy lejos del dólar. En concreto, el Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS, por sus siglas en inglés), la alternativa de China a SWIFT, procesó casi 127 billones de renminbis (alrededor de 15 billones de dólares) en transacciones en 2023, lo que refleja un impulso significativo para eludir los canales financieros dominados por el dólar.
El BCE ha puesto un par de ejemplos. A partir de marzo de 2023, el 80% del comercio bilateral entre Irán y Rusia se liquidó en monedas nacionales y 20 países, según Moscú, se han unido al Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS), la alternativa local a SWIFT. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Rusia por promover el rublo, el renminbi chino ha surgido como la principal moneda vehicular. En junio de 2023, Pakistán comenzó a pagar las importaciones de petróleo crudo ruso con descuento en la moneda china.
Las monedas estables
En la misma dirección, el yuan digital se está integrando en los acuerdos comerciales internacionales, con transacciones que superarán los 250.000 millones de dólares en 2024. A esta presión, recuerda IIF, se suma el auge de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) y las llamadas monedas estables (stablecoin), que amenazan con acelerar la desdolarización en los mercados financieros. Más de 130 países, que representan el 98% del PIB mundial, están explorando ahora las CBDC, y las principales economías como China, la Unión Europea y la India están avanzando rápidamente en su desarrollo. Ahora bien, todavía la gran mayoría de las monedas estables, tanto en términos de emisión como de uso, están respaldadas por dólares.
A diferencia de las monedas de reserva tradicionales, las CBDC —divisas digitales— ofrecen un mecanismo de liquidación alternativo que podría permitir a las naciones eludir la infraestructura financiera basada en el dólar. El proyecto Bridge (una plataforma transfronteriza de CBDC que están desarrollando China, Tailandia, los Emiratos Árabes Unidos y Hong Kong) ya ha procesado más de 30.000 millones de dólares en transacciones piloto, lo que demuestra una creciente disposición a realizar movimientos en monedas digitales en lugar de depender de liquidaciones en dólares.
"A pesar de representar únicamente alrededor del 10% del comercio mundial, el dólar todavía se utiliza en más del 50% de la facturación global"
Aún así, recuerdan los banqueros privados, la centralidad del dólar en el comercio global es otro pilar de su dominio. A pesar de representar únicamente alrededor del 10% del comercio mundial, el dólar todavía se utiliza en más del 50% de la facturación global, lo que subraya su papel como moneda ancla del sistema.
Lo que inquieta a Washington, sin embargo, es el futuro a causa de los importantes desequilibrios macroeconómicos de EEUU, tanto en su balanza de pagos como en las cuentas públicas. La deuda pública, en concreto, se situará en torno al 135% del PIB en 2034, y de ahí que, según el estudio de los banqueros privados, si los desequilibrios fiscales continúan ampliándose "sin medidas creíbles para abordarlos, las preocupaciones sobre la solvencia crediticia de EEUU podrían erosionar aún más la posición del dólar con el tiempo". Trump no solo necesita un dólar fuerte por razones electorales para demostrar quién manda en el mundo, sino también porque se trata del instrumento más eficaz para abaratar las importaciones, lo que ayudaría a EEUU a controlar la inflación que puede generar la imposición de aranceles.
Cabe recordar que el Acuerdo de Bretton Woods de 1944, que sentó las bases del capitalismo después de la II Guerra Mundial, estableció formalmente el papel del dólar como ancla del sistema monetario global, vinculándolo inicialmente al oro mientras que las demás monedas estaban vinculadas al billete verde. Incluso después de que la Administración Nixon decidiera abandonar el sistema de Bretton Woods en 1971, el dólar mantuvo su preeminencia debido a su liquidez, estabilidad y gran tamaño de la economía estadounidense, que representaba entonces casi el 40% del PIB mundial. Hoy, por el contrario, EEUU supone en torno al 25% del PIB mundial.
Un privilegio exorbitante
Su hegemonía se ha visto reforzada por la fuerza de los bonos del Tesoro de EEUU. A fines de 2024, las tenencias globales ascendían a 8,6 billones de dólares. Japón y China eran los mayores tenedores extranjeros, con 1,1 billones y 770.000 millones de dólares, respectivamente. La liquidez y la seguridad percibida de la deuda del gobierno estadounidense la han convertido en el activo preferido de los bancos centrales y los inversores institucionales de todo el mundo, creando un ciclo que se retroalimenta a sí mismo en el que la demanda de bonos del Tesoro respalda la demanda del dólar.
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Algunas investigaciones han encontrado evidencias de que el llamado 'rendimiento de conveniencia' proporciona una ventaja de financiación que puede alcanzar los dos puntos porcentuales en comparación con los bonos extranjeros. EEUU también disfruta de lo que durante mucho tiempo se ha descrito como el 'privilegio exorbitante' al poder emitir deuda en su propia moneda, lo que reduce los riesgos asociados con el endeudamiento externo. Gracias a este privilegio, puede generar inmensos déficits.
Esto es así porque la mayor parte del comercio mundial se realiza en dólares. Mientras que las empresas y las instituciones financieras estadounidenses tienen menores riesgos cambiarios, las europeas o asiáticas tienen que pagar costosas coberturas para cubrirse de un movimiento brusco en el tipo de cambio. Algo, sin embargo, empieza a moverse.
Lo dijo Trump el pasado jueves en el Despacho Oval de la Casa Blanca, convertido en una especie de púlpito desde el que el presidente de EEUU dicta sus decretos y proclamas: "Los BRICS fueron creados con un mal propósito y si juegan con el dólar, el mismo día les aplicaremos un arancel del 100%".